La nueva NBA: Paridad total, jóvenes protagonistas y el futuro en juego
La temporada 2025 marca la consolidación de una era sin precedentes en la liga. ¿Estamos ante la etapa más emocionante e impredecible de la historia de la NBA?
Una nueva cara en las Finales: Cason Wallace, el joven que hace historia
El primer partido de las Finales de la NBA entre los Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers trajo consigo una sorpresa que marca una nueva etapa en la liga: Cason Wallace, con apenas 21 años y siete meses, fue titular en el equipo local. Wallace reemplazó al pívot titular habitual, Isaiah Hartenstein, rompiendo una alineación que el Thunder había mantenido durante los 16 juegos de los playoffs del Oeste. Curiosamente, este es su primer partido de titular en postemporada.
Con ello, Wallace se convierte en el jugador más joven en ser titular en unas Finales desde Tyler Herro en 2020, quien entonces tenía 20 años y nueve meses. En temporada regular, Wallace inició 43 partidos y promedió 8.4 puntos por encuentro, mientras que en playoffs ha sumado 5.4 puntos de media.
La confianza de Mark Daigneault en el joven base simboliza una tendencia creciente en la liga: dar protagonismo a la juventud, imprimir velocidad y energía en momentos clave, y adaptarse a una NBA donde los roles son cada vez más dinámicos.
Adam Silver y la era de la igualdad: siete campeones distintos en siete años
En su ya duodécimo año como comisionado, Adam Silver ha supervisado una NBA que poco se parece a la que dirigió su predecesor, David Stern. Mientras Stern presenció solo ocho franquicias campeonas en tres décadas —con los Lakers, Bulls y Spurs dominando gran parte de ese tramo—, Silver está por presenciar a la novena franquicia diferente coronarse en tan solo 12 años.
Desde 2019, año que marcó el final de la hegemonía compartida por Cleveland y Golden State (finales cuatro años seguidos), siete equipos distintos han conquistado el campeonato: Toronto (2019), Lakers (2020), Milwaukee (2021), Golden State (2022), Denver (2023), Boston (2024), y el 2025 tendrá su nuevo campeón entre Oklahoma City o Indiana.
“Creamos un sistema para fomentar más competencia en toda la liga”, explicó Silver. “El objetivo es que los 30 equipos puedan competir por campeonatos si son bien gestionados. Y eso es lo que estamos viendo ahora.”
Esto no solo ha multiplicado el entusiasmo de las bases de aficionados en nuevas regiones, sino también ha diversificado el foco del marketing y de los derechos televisivos. La NBA ya no gira entre Boston y L.A., como bromeaba Stern; hoy todo el mapa estadounidense y global puede soñar con el anillo.
Una liga que mira al futuro: ¿llegará la expansión?
Otro de los temas centrales abordados por Silver en su conferencia previa a las Finales fue el de la posible expansión. Aunque no está asegurada, parece cada vez más probable que la liga decida en los próximos meses si comenzará un proceso formal para añadir nuevas franquicias.
Los candidatos naturales son Seattle, que perdió a los SuperSonics en 2008, y Las Vegas, cuyo crecimiento como ciudad deportiva ha sido meteórico. Según Silver, múltiples grupos inversores han expresado su interés, aunque hasta ahora la liga solo respondía con agradecimientos. Eso está por cambiar.
El próximo mes, en la reunión de la Junta de Gobernadores en Las Vegas, los propietarios podrían dar luz verde para iniciar estudios formales —acompañados de asesores externos— que evalúen oportunidades de mercado, impacto mediático y viabilidad estructural.
“Mi sensación es que, en esa reunión, los propietarios nos darán instrucciones para seguir explorando”, dijo el comisionado.
Un All-Star internacional: ¿llegó el momento del ‘EE.UU. vs Mundo’?
La otra gran apuesta en evolución es el Juego de Estrellas. Deslucido en los últimos años, la liga busca revivir el atractivo con formatos innovadores. Una de las opciones más serias es un enfrentamiento entre jugadores de Estados Unidos y del resto del mundo.
Silver mencionó que la idea se alinea bien con el calendario de 2025, cuando el All-Star coincidirá con los Juegos Olímpicos de Invierno, lo que permitiría una narrativa patriótica e internacional en la cobertura televisiva de NBC.
La idea no es nueva, pero ahora toma fuerza real. Estrellas globales como Victor Wembanyama (Francia) y Giannis Antetokounmpo (Grecia) se han mostrado interesados, lo cual anticipa un evento más competitivo y atractivo para los fanáticos.
“Estamos explorando algo que le dé un sabor internacional al All-Star. Aún estamos experimentando con formatos”, afirmó Silver.
El ejemplo del Face-off de 4 Naciones en la NHL, que resultó un éxito mediático y competitivo, es un modelo a tener en cuenta para reimaginar el formato NBA.
¿Reducir la temporada? No, al menos por ahora
Uno de los temas recurrentes durante años ha sido el debate sobre reducir los 82 partidos de temporada regular. Aunque la opinión pública cada vez muestra más simpatía hacia esta idea —creyendo que impactaría positivamente en la salud de los jugadores y el espectáculo—, Silver descartó cambios a corto plazo.
“No tenemos datos que sugieran que acortar la temporada reduzca las lesiones. Y sí, el dinero es parte del asunto. Somos una empresa”, aseguró el comisionado.
Con lesiones afectando a megaestrellas como Jayson Tatum, Stephen Curry y Damian Lillard en esta postemporada, la presión mediática y de parte de algunos jugadores parece aumentar, pero la liga aún no encuentra una razón convincente —tanto médica como económica— para modificar su calendario histórico.
Finales inéditas, pero historia conocida: ¿cuánto pesa ganar el Juego 1?
Aunque el ganador del primer enfrentamiento entre Thunder y Pacers saldrá lleno de optimismo, la historia ofrece perspectivas realistas. De las 78 finales anteriores, 55 veces (aproximadamente un 71%) el vencedor del Juego 1 se coronó campeón.
Sin embargo, el dato es aún más interesante si consideramos la localía: cuando el equipo local gana el primer partido, el triunfo final ha llegado en 47 de los 60 casos (78%). Por el contrario, si el visitante se lleva ese primer choque, sus probabilidades se reducen al 44%.
Pero cuidado: la última vez que los Thunder disputaron unas Finales, en 2012 contra el Miami Heat de LeBron James, ganaron el Juego 1 en casa… y perdieron los siguientes cuatro, dando paso al surgimiento del “Rey”.
Más allá de un trofeo: una NBA más abierta, diversa e internacional
En resumen, el desafío actual —y futuro— de la NBA no es únicamente definir a su próximo campeón, sino consolidar un modelo de liga que sea sostenible, igualitario y excitante. La entrada de nuevos jugadores jóvenes como Wallace, la posible adición de nuevas ciudades, la renovación del All-Star y la paridad deportiva son los pilares de esta transformación.
Si alguien pensaba que la NBA sería aburrida sin LeBron, Steph o KD dominando cada año, está claro que se equivocó. Estamos en plena era dorada de la incertidumbre, y aunque eso dificulte las apuestas, hace del baloncesto un espectáculo aún más apasionante.