La era Ancelotti en Brasil: primeras señales de un nuevo ciclo con sabor europeo
El empate sin goles ante Ecuador marca un inicio cauteloso del técnico italiano al frente de la ‘Canarinha’, despertando dudas y expectativas sobre el rumbo hacia el Mundial 2026.
Una nueva era con viejas preguntas
El debut de Carlo Ancelotti al frente de la selección brasileña ha generado tanto expectativa como escepticismo. En un empate 0-0 frente a Ecuador en Guayaquil por las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de 2026, Brasil mostró nuevamente una versión apagada, lenta y sin ideas claras en ofensiva, a pesar de algunos cambios interesantes en la alineación.
El empate dejó a Brasil en cuarta posición con 22 puntos, mientras que Ecuador se mantiene segundo con 24, detrás del puntero absoluto Argentina (34 puntos), que ya aseguró su lugar en la cita mundial.
Ancelotti, un DT europeo para un fútbol sudamericano
Desde que se anunció su llegada, la figura de Ancelotti ha despertado entusiasmo por su impresionante historial con clubes como el Real Madrid, Bayern Múnich o Milan, pero también curiosidad sobre cómo podría adaptarse al contexto sudamericano. Es la primera vez que dirige una selección nacional, lo cual representa un desafío completamente nuevo para el estratega italiano.
Durante su rueda de prensa tras el encuentro, Ancelotti declaró:
“Este fue un buen empate y nos vamos satisfechos. Defensivamente estuvimos bien organizados. Nos faltó más ofensiva, pero eso cambiará en el próximo partido en casa frente a Paraguay”.
Pero la pregunta es inevitable: ¿bastará un entrenador europeo, acostumbrado a contextos y ritmos distintos, para devolver a Brasil su brillo perdido?
Una selección que sigue sin identidad
El mayor problema que Brasil viene arrastrando desde el final de la era Tite es la falta de una identidad clara de juego. Ni Dorival Júnior ni ahora Ancelotti han logrado romper con la imagen de una selección que defiende con orden pero crea poco y depende casi exclusivamente de alguna jugada individual de Vinícius Júnior o Rodrygo para generar peligro.
En el partido ante Ecuador, se vieron algunos ajustes interesantes:
- Vinicius Júnior con el dorsal 10, símbolo de liderazgo ofensivo.
- El regreso de Casemiro, ausente por más de un año.
- Richarlison como referencia en ataque.
- Debut del defensor Alex.
- Presencia del juvenil Estêvão por la banda izquierda ante la suspensión de Raphinha.
Sin embargo, más allá de las piezas, el equipo parece no tener un plan claro. Ante un Ecuador que sigue siendo una fortaleza en casa (14 partidos invicto como local), Brasil tuvo solo una ocasión clara, una volea de Vinícius en el minuto 22 que fue bien detenida por el arquero Gonzalo Valle.
La sombra del pasado y la luz del futuro
Brasil todavía arrastra el peso de la humillante goleada 4-0 contra Argentina en noviembre —la peor derrota contra su archirrival en décadas—, y está buscando recomponer la moral y el juego antes de que la cita mundialista lo encuentre en modo improvisación.
Casemiro, de 33 años y con una trayectoria gloriosa tanto en la selección como en Real Madrid, expresó confianza en el nuevo proceso:
“Poco a poco vamos a crecer. Fue mi primer partido en más de un año y me sentí cómodo. El equipo defendió con solidez.”
Por su parte, Vinicius Júnior manifestó:
“Ancelotti aún no ha mostrado su idea de juego por completo. Estará con nosotros hasta el Mundial, y confiamos en su trabajo. Esto recién empieza.”
Comparaciones y contexto en las eliminatorias sudamericanas
Mientras Brasil tropezaba ante Ecuador, Argentina continuaba su marcha triunfal. En Santiago de Chile, la albiceleste venció 1-0 al local con gol de Julián Álvarez. Lionel Messi jugó algunos minutos en el segundo tiempo, regresando a la selección después de siete meses.
Otras selecciones también mostraron signos de solidez:
- Paraguay escaló al tercer lugar, con 24 puntos, tras vencer 2-0 a Uruguay.
- Uruguay cayó al quinto lugar con 21 puntos.
Hasta el momento, la tabla de clasificación mantiene a Brasil dentro de los seis puestos que otorgan cupos directos al Mundial, pero su margen de maniobra es cada vez más estrecho.
Brasil vs Paraguay: el partido clave
El siguiente encuentro entre Brasil y Paraguay en São Paulo no solo será el debut de Ancelotti como local, sino una oportunidad dorada para cerrar la clasificación anticipadamente. Si la Canarinha gana y mantiene una diferencia de más de seis puntos sobre el séptimo lugar, su participación en el Mundial estaría prácticamente asegurada.
Además, será la ocasión perfecta para que Ancelotti muestre más señales del fútbol que quiere para su Brasil: ¿apostará por una posesión agresiva al estilo europeo o buscará revalorizar el jogo bonito perdido desde hace años?
¿Qué necesita Brasil para resurgir?
No se trata solo de nombres, aunque perlas como Endrick, Estêvão, Rodrygo y Vinícius hacen ilusionar a cualquier aficionado. La clave del éxito estará en:
- Afirmar un estilo de juego propio que combine disciplina táctica con creatividad ofensiva.
- Dar confianza a los jóvenes y no sobrecargar de responsabilidades a Vinícius.
- Superar la dependencia histórica del '10' tradicional proponiendo un esquema coral.
- Actualizar tácticas defensivas integrando pressing moderno y salidas ordenadas.
El factor psicológico: ¿dónde está la garra brasilera?
Brasil lleva años mostrando un aspecto psicológico debilitado en partidos decisivos. Derrotas contra Bélgica (Mundial 2018), Argentina (Copa América 2021 y eliminatorias) o Croacia (Mundial 2022) han dejado huellas profundas. Ancelotti tiene una experiencia enorme en manejar vestuarios complejos, y su relación con figuras como Casemiro o Vinícius puede ser clave para reconstruir la mentalidad ganadora.
En resumen: ¿esperanza o decepción anunciada?
El empate con Ecuador debe leerse no solo como una oportunidad desaprovechada, sino como el inicio de una travesía incierta. Ancelotti posee la sabiduría táctica para ordenar el engranaje, pero Brasil necesita mucho más: pasión, idea, hambre. Tiene los jugadores y el tiempo justo, pero nada es seguro. Todos en Sudamérica querrán bajarlo del pedestal.
¿Será este ciclo el que devuelva a Brasil al trono mundial? La Copa Mundial 2026 marcará la respuesta. De momento, todo es promesa.