La gran ruptura: Trump y los derechos LGBTQ+ en su regreso al poder
Entre promesas inclusivas y políticas restrictivas, el enfoque del expresidente marca un nuevo capítulo en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+ en EE.UU.
Un pasado que prometía inclusión
Cuando Donald Trump lanzó su primera campaña presidencial en 2016, sorprendió al posicionarse con una actitud aparentemente más tolerante hacia la comunidad LGBTQ+ que sus predecesores republicanos. Permitió que una mujer transgénero participara en su concurso Miss Universo y declaró que Caitlyn Jenner podía usar el baño que deseara en la Trump Tower. Además, fue el primer presidente en nombrar a una persona abiertamente gay (Richard Grenell) para un cargo a nivel de gabinete.
Un giro radical tras regresar al poder
Sin embargo, el tono cambió drásticamente tras su regreso al gobierno en 2025. Desde su nuevo mandato, las políticas respaldadas por Trump han sido calificadas por activistas como un ataque sin precedentes contra las personas LGBTQ+ en EE.UU. Kevin Jennings, presidente de Lambda Legal, expresó: “Estamos en el periodo más oscuro desde la crisis del SIDA.”
Las principales medidas incluyen:
- Una orden ejecutiva que prohíbe intervenciones médicas hormonales o quirúrgicas en menores transgénero.
- Restricciones a la participación de atletas transgénero en competiciones femeninas.
- Eliminación de financiamiento a organizaciones que promuevan políticas pro-trans.
- Cancelaciones de eventos culturales LGBTQ+ en instituciones como el Kennedy Center.
Incluso durante el Mes del Orgullo, la administración Trump declinó emitir una proclamación oficial, una ruptura con las tradiciones adoptadas por presidentes anteriores, incluidos Barack Obama y el mismo Trump durante 2019.
La estrategia: cultura e identidad como armas políticas
El regreso de Trump también ha estado marcado por una fuerte campaña de guerras culturales. Bajo el lema de establecer el “sentido común”, la administración ha utilizado el tema trans para canalizar el malestar social, especialmente dirigiéndose a grupos como los varones jóvenes e hispanos. Una campaña de TV emitida durante partidos de fútbol americano, declaraba: "Kamala es para they/them. El presidente Trump es para ti."
Según una encuesta de AP-NORC en mayo de 2025, el 52% de los estadounidenses aprueba la gestión de Trump en temas transgénero, pese a que su aprobación general como presidente apenas alcanza el 41%.
Las voces conservadoras LGBTQ+ dentro del gobierno y su papel
Curiosamente, Trump ha mantenido en su gabinete a figuras abiertamente homosexuales como Richard Grenell y Scott Bessent, secretario del Tesoro. Pero para muchos activistas, estos nombramientos son solo una táctica superficial. Como expresó Jennings: “Eso es mero maquillaje. No puedes expulsar a personas trans del ejército y decir que apoyas a la comunidad.”
Al otro lado del espectro, Ed Williams, director de Log Cabin Republicans (grupo LGBTQ+ conservador), defiende las acciones del presidente: “Trump ha hecho al Partido Republicano más inclusivo con personas gays. Es el mejor presidente que hemos tenido.”
Datos que evidencian el retroceso
La aceptación de derechos LGBTQ+ entre los votantes republicanos en EE.UU. ha disminuido. De acuerdo con datos de Gallup:
- El apoyo republicano al matrimonio entre personas del mismo sexo cayó de un 55% en 2021 a un 41% en 2024.
- La percepción de que las relaciones gay/lesbianas son moralmente aceptables cayó de 56% en 2022 a 38% en 2024.
Estas cifras reflejan una creciente intolerancia dentro de una parte del electorado conservador, lo que ha incentivado a líderes como Trump a radicalizar su discurso para consolidar esa base.
Un déjà vu ruso: ¿rumbo al autoritarismo moral?
Para Craig Konnoth, profesor de derechos civiles en la Universidad de Virginia, la evolución de EE.UU. recuerda a Rusia, donde la Corte Suprema criminalizó la “propaganda LGBT” en 2023. Konnoth advierte que en ambientes autoritarios, el deterioro de los derechos LGBTQ+ suele preceder a medidas más amplias contra las libertades civiles.
“Es una herramienta política. Primero van por las minorías menos defendidas ante el público, luego nadie está a salvo”, afirma.
El caso del Kennedy Center: censura cultural velada
Una de las señales más simbólicas del nuevo enfoque fue la cancelación del programa "Tapestry of Pride" en el famoso Kennedy Center for the Performing Arts. Trump no solo cesó a varios miembros de la junta, sino que directamente impuso restricciones a eventos con actores drag. Las luces arcoíris que iluminaban el centro durante junio fueron reemplazadas por los colores de la bandera estadounidense.
Varios artistas cuyas presentaciones estaban programadas entre el 5 y el 8 de junio tuvieron que buscar nuevos espacios de última hora. Aunque no hubo declaración oficial, los motivos fueron políticamente evidentes.
Un debate legal que se intensifica
Además de las decisiones ejecutivas, Trump respalda nuevas medidas legislativas que buscan impedir que estados promulguen sus propias regulaciones sobre inteligencia artificial (IA) si estas interfieren con cuestiones de identidad de género o libertad de expresión. El senador Ted Cruz propuso una enmienda para retirar fondos federales a estados que regulen políticas pro-LGBT o IA, alineando ambos temas como parte de una única narrativa conservadora de “control gubernamental excesivo”.
¿Qué nos depara el futuro?
Si bien todavía existen voces dentro del Partido Republicano que abogan por una postura más moderada, la tendencia actual parece encaminar a EE.UU. hacia una confrontación abierta entre federalismo cultural y los derechos civiles.
En palabras de Douglas Page, politólogo especializado en género de Gettysburg College: “Los derechos trans son menos populares que los derechos gays. Los políticos conservadores lo saben y se inclinan a atacar lo que consideran el eslabón más débil.”
En el marco de un World Pride que se celebra a pocas calles de una Casa Blanca cada vez más silenciosa ante la diversidad, la narrativa cambió. Lo que parecía una oportunidad histórica de inclusión ahora se lee como una regresión que preocupa tanto a activistas como a instituciones internacionales que abogan por los derechos humanos.
Desde la lucha por el matrimonio igualitario hasta el reconocimiento de las identidades trans, todo parece estar nuevamente en disputa dentro de la arena política estadounidense liderada por Trump. La comunidad LGBTQ+ enfrenta un nuevo escenario donde cada derecho deberá ser defendido con más fuerza que nunca.