World Pride en la Era Trump: Resistencia Global en el Corazón de Washington

La celebración LGBTQ+ más importante del planeta llega a EE.UU. en medio de tensiones políticas, obstáculos migratorios y llamados a la visibilidad internacional.

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World Pride en Washington: un evento cargado de simbolismo

En un contexto global hostil para los derechos LGBTQ+, World Pride 2025 aterrizó en Washington, D.C. con una carga política nunca antes vista. Es la primera vez en 50 años que el festival del orgullo de la capital estadounidense acoge esta cita global, concebida para ser una celebración, pero que se ha convertido en un acto de resistencia política, solidaridad internacional y valentía en tiempos inciertos.

Para muchos, esta edición representa mucho más que una fiesta. Como dijo Yasmin Benoit, modelo británica y activista asexual: “Esto es World Pride en la puerta de Trump. Y por eso es aún más importante que estemos aquí. Queremos que Estados Unidos sepa que tiene los ojos del mundo encima.”

Un entorno estadounidense hostil para la comunidad LGBTQ+

El expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha retomado un papel central en la política nacional, ha hecho de la oposición a políticas de diversidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés), así como a los derechos de las personas trans, un pilar de su discurso. De hecho, ha afirmado que el género de una persona debe estar determinado al nacer, postura con la que casi dos tercios de los adultos estadounidenses están de acuerdo, según una encuesta del Centro AP-NORC para la Investigación de Asuntos Públicos.

En este entorno, es comprensible que muchos activistas LGBTQ+ internacionales decidieran no asistir. Países como Alemania, Dinamarca y Finlandia emitieron advertencias a sus ciudadanos queer sobre los peligros de viajar a EE.UU. Egale Canada, una de las principales organizaciones canadienses de defensa LGBTQ+, canceló toda participación en eventos estadounidenses hasta junio, citando preocupaciones por la seguridad.

La historia de Lady Phyll: una visa denegada

Uno de los casos más mediáticos fue el de Phyll Opoku-Gyimah, más conocida como Lady Phyll, cofundadora de UK Black Pride. Días antes de inaugurar con un discurso la conferencia de derechos humanos de World Pride, su visa fue revocada por haber viajado a Cuba este mismo año. A pesar de sus múltiples esfuerzos para solicitar otro visado, no obtuvo respuesta positiva: la próxima cita disponible era en septiembre.

“He llamado. He escrito. He implorado”, dijo a través de una transmisión en vivo. “La respuesta fue un ‘no’ frío y burocrático”.

Entre la paranoia y la resistencia: la vigilancia en las fronteras

Asistentes internacionales afrontaron hasta el último momento dudas sobre si debían asistir. La activista africana Essy Adhiambo, directora de INEND en Kenia, eliminó todas las aplicaciones de redes sociales de su teléfono por temor a ser revisada en los controles migratorios estadounidenses. Nikki Phinyapincha, cofundadora de Trans Pride Thailand, también asistió a pesar de emitir una advertencia de viaje para otras personas queer tailandesas.

“El clima político no es nuevo, pero esto hace que sea más importante estar aquí”, dijo Nikki. “Necesitamos seguir trabajando, organizándonos juntas y siendo adaptables.”

Una celebración rodeada de protestas

La African Human Rights Coalition incluso llamó al boicot del evento, argumentando que celebrar World Pride en una sede “gobernada por un régimen fascista antagonista” era irresponsable y peligroso. Aun así, cientos de activistas queer africanos, europeos, asiáticos y latinoamericanos rompieron ese cerco simbólico y también literal.

“Quienes pudimos venir sostenemos el espacio por quienes no pudieron hacerlo, especialmente nuestras hermanas y hermanos trans. Queremos amplificar nuestro mensaje en el territorio de quienes promueven la homofobia”, dijo Adhiambo.

El terreno simbólico de Washington, D.C.

Desde el punto de vista geopolítico, celebrar este evento en la capital de EE.UU. es estratégico. La ciudad, aunque gobernada por mayorías progresistas, está rodeada de estados conservadores que han aprobado más de 500 legislaciones contra personas LGBTQ+ en los últimos tres años, según la ACLU. En 2023, se batió un récord con más de 75 leyes activas anti-trans en el país.

John Tanzella, presidente de la Asociación Internacional de Viajes LGBTQ+, declaró que, aunque siempre hay preocupación por la seguridad, “también existe un profundo deseo de reunir a nuestra comunidad”.

Washington bajo vigilancia global

La inauguración de la conferencia estuvo a cargo de Jessica Stern, ex enviada especial para derechos LGBTQI+ de EE.UU. Ella admitió la incertidumbre que sienten muches activistas al entrar en territorio estadounidense: “Gracias por venir en un momento de tanta incertidumbre”.

Cuando se pidió a los asistentes que dijeran desde dónde viajaban, surgieron países como India, Zimbabue, Suecia, Australia, Kenia, Nigeria y Nueva Zelanda. Una verdadera red intercontinental que pone rostro a una resistencia global.

El orgullo como contraataque político

Para muchos, la resistencia queer es política. Se trata de una respuesta directa al retroceso en derechos y libertades que se está viviendo en EE.UU., especialmente desde que muchas políticas progresistas sobre igualdad de género, diversidad en el trabajo y autodeterminación fueron desmontadas o enfrentadas.

Opoku-Gyimah lanzó una advertencia crítica: “Cuando EE.UU. estornuda, el resto del mundo también se resfría”. Según ella, las políticas anti-DEI y anti-trans del país ya están teniendo efectos en Europa, especialmente en Reino Unido, donde las retóricas transfóbicas del Partido Conservador se han intensificado.

No sólo banderas: conexiones, recursos y acción

A pesar de la parafernalia colorida, World Pride 2025 ha sido una cumbre estratégica. Más allá de actuaciones y desfiles, se han tejido redes, compartido recursos y delineado agendas para frenar la ola conservadora y extremista en múltiples países del mundo.

Como recordó Benoit: “La oportunidad de reunir personas, de entender que todo está interconectado, es clave. Esta retórica dañina puede afectar a otros países. Y aquí podemos encontrar recursos que no tenemos en casa”.

Blindajes y protocolos inéditos para viajeros queer

Uno de los cambios más dramáticos este año se ha dado en los protocolos de seguridad. La misma World Pride DC, a través de la Capital Pride Alliance, incluyó una guía específica para viajeres trans y no binaries, así como protocolos de seguridad en alojamientos, transporte e identificación personal.

“Estamos redactando recomendaciones específicas para personas trans, especialmente en lo que respecta al desfile y la marcha”, dijo Tanzella, en alusión al esfuerzo por garantizar mínimas condiciones de seguridad.

¿El final de la era del escapismo?

La historia del Orgullo, desde sus raíces en Stonewall en 1969 hasta su consolidación global, ha estado profundamente ligada a la protesta. Sin embargo, muchos eventos en las últimas décadas priorizaron el consumo y el espectáculo, alejándose de sus orígenes radicales.

Mundialmente, eso parece estar cambiando. Las manifestaciones anti-LGBTQ+ en países como Polonia, Hungría, Uganda y Estados Unidos han reforzado la necesidad de un Pride con contenido político, estratégico y descolonizado.

Como dijo Lady Phyll desde su exilio forzado digital: “Para las personas negras, queer y trans, viajar ya es en sí mismo un acto de resistencia. Debemos demostrar nuestro valor en cada punto de control. Pero seguimos aquí. Seguimos resistiendo.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press