‘Ocean' de David Attenborough: El rugido silencioso del mar que no queremos oír

El nuevo filme del célebre naturalista revela la verdad cruda tras el colapso de nuestros océanos y el poder de una esperanza documentada

Una obra de denuncia con la estética de la belleza

En su más reciente obra maestra “Ocean”, el legendario David Attenborough —a sus 99 años— transforma la pantalla en un grito urgente por la preservación marina. Con una trayectoria que abarca más de siete décadas explorando el mundo natural, Attenborough abandona el tono armónico y contemplativo que caracterizaba sus documentales anteriores para ofrecer una denuncia desgarradora contra la destrucción industrial del océano.

“Después de vivir casi un siglo en este planeta, ahora entiendo que el lugar más importante de la Tierra no está en tierra firme, sino bajo el mar”, declara en el filme. No es solo el retrato de paisajes subacuáticos hipnóticos; es una confrontación visual con nuestras acciones colectivas.

La amenaza invisible: arrastre de fondo industrial

“Ocean” presenta imágenes inéditas de la pesca de arrastre de fondo —una técnica legal pero brutal empleada por flotas pesqueras industriales para arrastrar redes por el lecho marino. La escena impactante de una nube de lodo y escombros formada por una red que destroza arrecifes y arrastra rayas y peces en su camino marca un giro narrativo hacia lo que pocos se atreven a mostrar.

Colin Butfield, co-director del documental, explica: “Nunca antes se había filmado profesionalmente el arrastre de fondo. Y sin embargo, ocurre prácticamente en todas partes”. Este método, altamente destructivo, no solo está permitido, sino también subsidiado por algunos gobiernos.

Según estimaciones de la FAO, se capturan y descartan alrededor de 10 millones de toneladas de vida marina anualmente como bycatch o captura incidental. En algunas pesquerías de arrastre, estos descartes pueden representar más del 50% de la captura total.

Los océanos, en crisis

Más allá de la pesca intensiva, el documental señala con el dedo a otros culpables silenciosos: la contaminación plástica, la minería submarina emergente y el calentamiento global. Imágenes de la Gran Barrera de Coral blanqueada o de bolsas plásticas flotando entre cardúmenes evidencian la fragilidad del ecosistema marino. Un estudio publicado en Nature Communications en 2022 estimó que las poblaciones de peces grandes han disminuido en un 90% desde 1950.

Pese a las reservas marinas existentes, solo el 2.7% del océano global está actualmente protegido de manera efectiva, según el Atlas de Áreas Marinas Protegidas (MPAtlas). Y aun dentro de esas áreas, la pesca destructiva continúa impune, revela el filme.

Cambio de narrativa: de reverencia a urgencia

Mientras veíamos anteriormente a Attenborough maravillarse ante la vida silvestre, “Ocean” lo muestra con un tono sombrío, casi paternal. Reconoce que estamos ante una encrucijada y no vacila en mostrar escenas que muchos científicos han pedido visibilizar: el sacrificio del océano en nombre del consumo.

El filme integra entrevistas con biólogos, comunidades costeras y activistas medioambientales. Testimonios en cámara como el de Sylvia Earle, reconocida oceanógrafa estadounidense, refuerzan el mensaje: “Sin océano saludable, no hay planeta saludable”.

El contrapunto: esperanza y resiliencia

Pese al tono sombrío, el documental cierra con una nota esperanzadora. Áreas marinas que han sido protegidas adecuadamente nos ofrecen un atisbo de recuperación. Kelp forests que reverdecen, arrecifes que comienzan a regenerarse y poblaciones de especies que vuelven tras décadas de ausencia muestran que la naturaleza recompensa el espacio que le damos para sanar.

“No son utopías. Son pruebas tangibles de que el cambio es posible”, subraya Butfield. Lugares como el Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea en Hawái —el área marina protegida más grande del mundo— albergan la mayor colonia de albatros del planeta, un testimonio de resiliencia ecológica.

¿Por qué ver “Ocean”?

“Ocean” no es simplemente otro documental de vida salvaje. Es un manifiesto visual dirigido a toda la humanidad. Visto en el contexto del Día Mundial de los Océanos y la Conferencia de la ONU sobre los Océanos 2025 en Niza, su estreno es estratégico y simbólico.

Attenborough ha dicho: “Este podría ser el momento del cambio”. Y el filme se convierte en una herramienta poderosa para catalizar ese cambio. Nos mira a los ojos y nos pregunta: ¿estás dispuesto a sacrificar un estilo de vida para salvar el planeta azul del que depende nuestra existencia?

Crítica final: Resonar para transformar

Con una edición impecable, imágenes impresionantes y una narrativa cargada de urgencia moral, “Ocean” es una pieza que se graba a fuego en la conciencia. Es cine ambiental en su forma más pura y necesaria. No romantiza. Denuncia. Pero también invita a actuar.

Sir David Attenborough no quiere que lo recordemos como el hombre que mostró las maravillas del mundo natural. Quiere ser recordado como quien tocó la alarma —y que al hacerlo, ayudó a salvar lo que aún queda flotando bajo el azul profundo.

“Ocean” se estrena en National Geographic y estará disponible en Disney+ y Hulu desde el domingo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press