El ambicioso reto de Pochettino con EE. UU.: ¿es realista hablar del Mundial tras otra derrota?

Tercera caída consecutiva para los estadounidenses en la era Pochettino, aunque el argentino afirma que el equipo 'mereció más' ante Turquía. ¿Hay esperanza o solo humo?

Nuevo ciclo, mismo resultado

Cuando Mauricio Pochettino asumió las riendas de la selección masculina de Estados Unidos, muchos pensaron que su experiencia europea —al mando de clubes como Tottenham, PSG y Chelsea— traería orden y competitividad a un equipo que careció de rumbo tras su temprana eliminación en la Copa América. Sin embargo, el panorama no ha mejorado de forma tangible.

El pasado sábado, en un amistoso disputado en East Hartford, Connecticut, Estados Unidos sumó su tercera derrota consecutiva al caer 2-1 frente a Turquía. A pesar de marcar a menos de un minuto del inicio gracias a Jack McGlynn, los errores defensivos y la inexperiencia de una plantilla renovada le costaron caro al equipo local.

La dura realidad de los números

Bajo el mando de Pochettino, Estados Unidos registra un récord de 5-4. Lejos del ideal. Es más, se trata de la segunda vez en apenas un año que los estadounidenses sufren una racha de tres derrotas consecutivas, algo atípico para una selección que aspira a convertirse en potencia regional y mundial.

El rendimiento colectivo está por debajo de las expectativas. Si bien frente a Turquía se tuvo un 60% de posesión y se remataron más veces al arco (13 contra 11), el desorden defensivo y la falta de experiencia internacional pesaron, y mucho.

Pochettino: 'Vamos a poder ganar el Mundial'

Declaraciones como estas resuenan con fuerza, especialmente tras una derrota. El argentino declaró al finalizar el partido: “Necesitamos creer. Necesitamos competir como hoy y, seguro, vamos a tener la posibilidad de ganar el Mundial.”

Una opinión que puede interpretarse como optimismo o como una desconexión de la realidad, considerando que Estados Unidos no alcanza unas semifinales mundialistas desde 1930 y no superaba cuartos de final desde 2002, cuando fueron eliminados por Alemania en Corea-Japón.

Renovación total: caras nuevas, problemas idénticos

De los once titulares que cayeron ante Canadá en la CONCACAF Nations League, solo tres repitieron ante Turquía: Max Arfsten, Diego Luna y Patrick Agyemang. Un cambio que denota el deseo de darle oportunidad a nuevas generaciones, pero también una urgencia por encontrar soluciones en poco tiempo.

El debut del portero Matt Freese y del defensor Alex Freeman (hijo del ex NFL Antonio Freeman) puede representar el inicio de una transición generacional. Sin embargo, figuras como Matt Turner (habitual titular del arco) ni siquiera estuvieron en la convocatoria al no tener minutos con el Crystal Palace desde marzo.

Errores fatales, goles evitables

Después del gol tempranero de McGlynn —el más rápido desde 2021 cuando Shaq Moore marcó a los 20 segundos frente a Canadá— parecía que Estados Unidos tenía el control. Pero Turquía aprovechó errores groseros en la defensa local.

En el minuto 24, un pase impreciso de Johnny Cardoso tras una entrega de Freese terminó en el tanto del joven Arda Güler, promesa del fútbol otomano que ya acumula cinco goles internacionales. Solo tres minutos después, Kerem Aktürkoğlu aprovechó otro rebote mal despejado por Miles Robinson para sellar el definitivo 2-1. Fue el gol número 12 en su cuenta internacional y sexto en sus últimos ocho partidos.

El futuro inmediato: ¿más pruebas o reacción real?

Con apenas un año para que Estados Unidos coorganice el Mundial 2026 junto a México y Canadá, las pruebas y experimentos de Pochettino deben empezar a mostrar frutos. Su próximo reto será un amistoso ante Suiza en Nashville, seguido del debut en la CONCACAF Gold Cup frente a Trinidad y Tobago el 15 de junio.

Pochettino defiende con fuerza el trabajo de esta nueva generación: “Estoy realmente triste porque creo que este grupo de jugadores está trabajando muy duro y merecían un mejor resultado. La actitud fue valiente, queríamos presionar, competir en todos los aspectos frente a una gran selección como Turquía.”

Los jóvenes al poder: ¿la apuesta correcta?

Una de las claves de este nuevo ciclo es la apuesta por la juventud. Jugadores como Jack McGlynn (20 años), Quinn Sullivan (20), Alex Freeman (20) y Nathan Harriel (23) fueron protagonistas frente a Turquía.

Tyler Adams, uno de los líderes del plantel, lo resume así: “Hay chicos que entran al campo y no tienen miedo, que no dudan en encarar. Eso va a ayudarnos: tener jugadores jóvenes, audaces y sin temor.”

Sin embargo, la juventud también trae errores, y la falta de experiencia internacional puede costar caro en torneos donde la presión es máxima.

¿Cuál sería un estándar realista?

No es descabellado pensar que Estados Unidos aspire a llegar a cuartos de final en un Mundial en casa. Tiene infraestructura, una liga competitiva y una creciente base de talentos. Pero hablar de ganar el campeonato del mundo sigue siendo más un sueño que un objetivo tangible.

Según Transfermarkt, el valor de mercado de la plantilla estadounidense ronda los 250 millones de euros, muy por debajo de potencias como Francia (1.200 millones), Inglaterra (1.100) o Brasil (950). En términos presupuestarios y futbolísticos, la diferencia aún es abismal.

Turquía, el rival subestimado

Vale mencionar que Turquía no fue un simple sparring. El conjunto otomano acumula seis victorias, una derrota y un empate en sus últimos ocho partidos, y ya se prepara para el arranque de la clasificación al Mundial en septiembre. Destacan jóvenes talentos como Güler, así como la experiencia táctica de su entrenador, quienes perfectamente podrían dar la sorpresa en eliminatorias europeas.

Optimismo desbordado o visión a largo plazo

El tiempo dirá si las palabras de Pochettino son las de un líder que cree en su proyecto o solo declaraciones que buscan calmar la tempestad. Aún queda un año crucial donde deberá definir un equipo base, pulir errores defensivos y consolidar a sus jóvenes promesas.

En una realidad donde perder tres partidos consecutivos es motivo de alerta, hablar de levantar la Copa del Mundo suena, cuanto menos, como una apuesta temeraria. Pero una cosa está clara: el fútbol estadounidense está cambiando, y Pochettino quiere ser el arquitecto de esa revolución.

¿Logrará el técnico argentino dejar huella al mando de una selección históricamente irregular, o será otro nombre más en la larga lista de promesas incumplidas?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press