Tataloo: Del estrellato al corredor de la muerte — Un rebelde contra el régimen iraní

El ascenso, caída y sentencia a muerte del polémico rapero iraní que enfrentó al sistema con música, tatuajes y desafío

Una estrella nacida en las sombras

En 2003, un joven iraní de nombre Amir Hossein Maghsoudloo comenzó a abrirse camino en una escena musical clandestina que se abría paso pese a la férrea censura del Estado: el hip hop en Irán. Conocido como Tataloo, su estilo fusionaba rhythm-and-blues, rap y rock con letras en farsi que hablaban desde el corazón de una juventud oprimida.

Desde sus primeras canciones, la figura de Tataloo destacaba por su estética provocadora: tatuajes por todo el cuerpo —incluyendo su rostro—, letras desafiantes y un aura de rebeldía que lo hicieron idolatrado por muchos y perseguido por otros.

Entre la aprobación estatal y la polémica social

La relación de Tataloo con el régimen iraní siempre fue ambigua. En 2015 protagonizó un video musical llamado "Energy Hasteei" ("Energía Nuclear"), grabado a bordo de un buque militar iraní, en donde manifestaba su apoyo al programa nuclear del país. En el clip, músicos armados con rifles y la bandera de Irán ondeando de fondo daban la imagen de un artista que había sellado un pacto con el poder.

Ese mismo año gritó con voz grave: “¡Es nuestro derecho tener un Golfo Pérsico armado!”. El mensaje no pasó desapercibido: ¿se trataba de propaganda del régimen o de un joven artista tratando de ganarse un respiro de las garras de la censura?

Del respaldo conservador al desencanto total

En 2017 sorprendió al apoyar públicamente al ultraconservador Ebrahim Raisi en su campaña presidencial. Su presencia en medios estatalistas fue vista por muchos como un intento desesperado para evitar su expulsión de Irán.

Pero esta alianza fue efímera. Apenas unos años después, tras la muerte de Mahsa Amini en 2022 —joven arrestada y golpeada mortalmente por supuestamente usar mal el velo hijab— el tono del mensaje del rapero cambió radicalmente. Su música empezó a nombrar directamente al Líder Supremo Ali Khamenei y exigir el fin de la represión y violencia estatal.

Exilio en Turquía y el culto a los Tatalities

En 2018, ante múltiples cargos por depravación moral, insulto a las normas religiosas y más, Tataloo escapó rumbo a Turquía. Desde ahí continuó haciendo música en línea, dando entrevistas en vivo por redes sociales y acumulando millones de seguidores conocidos como los "Tatalities".

Su estética extremada —una mezcla de misticismo kitsch, hipersexualización y actitud provocadora— mantenía a millones atentos. Uno de sus tatuajes más polémicos: la cara de su madre, junto a una cerradura y una llave tatuada en su pecho.

En 2020, Instagram desactivó su cuenta tras pedir, en una controvertida publicación, que menores de edad se sumaran a su "equipo". A esto se sumaron confesiones sobre uso de drogas y escándalos sexuales que lo acercaban más al abismo.

De artista exiliado a prisionero condenado

Pero su exilio no duró. En 2023, tras la expiración de su pasaporte, fue deportado por Turquía y capturado inmediatamente por autoridades iraníes al regresar al país. Fue sentenciado inicialmente a cinco años por blasfemia, pero ese veredicto fue anulado por la Corte Suprema iraní.

En enero de 2024, un nuevo tribunal lo condenó a pena de muerte. Acusado de "promover prostitución", "corrupción moral" e "insultar las santidades islámicas", el veredicto cayó como una bomba en redes sociales y medios internacionales.

Activismo en su defensa

“Tataloo está en peligro inminente de ejecución”, advirtió Mahmood Amiry-Moghaddam, director de Iran Human Rights.

El caso ha concitado atención global. Activistas, músicos, ONGs y fanáticos han lanzado campañas bajo etiquetas como #SaveTataloo o #JusticeForTataloo, exigiendo que se detenga la ejecución. La presión internacional ha sido intensa, especialmente entre los iraníes en diáspora en Europa y Estados Unidos.

Incluso Amnistía Internacional ha reportado que Irán mantiene una de las tasas más altas de ejecuciones del mundo. En 2023, al menos 834 personas fueron ejecutadas, muchas de ellas por motivos de conciencia o escritos catalogados como insulto religioso.

Una última confesión y un intento de suicidio

Durante una audiencia, Tataloo confesó: “He cometido errores. Muchas de mis decisiones fueron equivocadas y pido disculpas por el daño causado”, según informó el diario estatal Jam-e Jam.

No obstante, poco después de conocer que su sentencia había sido ratificada por la Corte Suprema de Irán, Tataloo habría intentado suicidarse en prisión, según familiares. Sobrevivió, pero ello encendió aún más las alarmas sobre su salud física y psicológica.

También se supo que se casó mientras espera la ejecución, en lo que parece un acto tanto de amor como de desesperación. Su esposa, una joven seguidora suya, ha pedido públicamente clemencia para el artista.

Irán aislado y al borde del abismo

La Procuraduría iraní no ha dado más declaraciones sobre la fecha en que se consumará la sentencia, pero la presión local e internacional ha retrasado —por ahora— su ejecución.

Abbas Milani, académico de Stanford, resumía así el momento político del país: “Irán se encuentra en su punto más aislado. Está desesperadamente intentando reabrir negociaciones con EE.UU. para reactivar el acuerdo nuclear, y no se puede permitir más escándalos sociales. La ejecución de Tataloo podría ser el detonante de nuevas protestas”.

La revolución no será silenciada

Mientras, los “Tatalities” continúan movilizándose. Videos con sus canciones, peticiones de firmas en plataformas como Change.org, arte callejero en Estambul, Madrid y Montreal toman fuerza con una demanda simple: No ejecuten a Tataloo.

En su canción “Enghelab Solh” (Revolución de Paz), el ya condenado dejó versos que resuenan hoy con más fuerza que nunca: “No queremos gases lacrimógenos, las lágrimas ya están en todos los ojos”.

Sus canciones, una mezcla potente de dolor, rabia e identidad, han trascendido más allá de la música para convertirse en un símbolo de lucha contra un régimen dispuesto a apagar hasta las voces más populares.

¿Será Tataloo otro mártir de la libertad de expresión en Irán? ¿O el clamor global podrá salvar la vida de un artista que, entre contradicciones, jamás dejó de provocar, conmover y desafiar?

Mientras tanto, el mundo observa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press