Hakuho rompe con la Asociación de Sumo: ¿fin de una era o el nacimiento del sumo global?
El campeón más laureado de la historia transforma su legado en un proyecto mundial tras una disputa con las autoridades japonesas
Hakuho Sho, el legendario yokozuna nacido en Mongolia y considerado por muchos como el mejor luchador de sumo de todos los tiempos, ha anunciado su salida oficial de la Asociación Japonesa de Sumo (JSA) tras una larga disputa con la organización. Esta decisión marca un punto de inflexión histórico en el tradicional deporte japonés y abre la puerta a un ambicioso proyecto: la globalización del sumo.
El legado de Hakuho: cifras de una leyenda
Hakuho, cuyo nombre real es Mönkhbatyn Davaajargal, nació en 1985 y llegó a Japón siendo adolescente. Ingresó al mundo del sumo a los 15 años sin respaldo familiar en Japón, pero con una herencia deportiva destacada: su padre, Jigjidiin Mönkhbat, ganó la medalla de plata en lucha libre en los Juegos Olímpicos de 1968 y fue un héroe nacional en Mongolia.
Su carrera fue simplemente monumental. Hakuho ostenta números que ningún otro luchador ha logrado:
- 45 títulos de yusho (torneos nacionales ganados), el máximo en la historia.
- 1.187 victorias en torneos oficiales, también un récord.
- Participación activa durante más de 1.500 combates profesionales.
- 14 campeonatos perfectos (15-0), firmando torneos sin una sola derrota.
Estos números son aún más impresionantes si consideramos que el segundo luchador con más títulos, Taiho, había ganado 32 torneos, un hito que no se superó por más de cuatro décadas. Hakuho elevó el estándar del deporte a niveles míticos.
Caída del favor institucional
Tras su retiro en 2021, Hakuho asumió el cargo de oyakata (maestro de sumo) bajo el nombre de Magaki oyakata y lideró su propio establecimiento o heya. Sin embargo, su camino fuera del ring no fue menos desafiante. En 2022, la JSA cerró su heya tras acusaciones de violencia física protagonizadas por uno de sus discípulos. Aunque se trataba de un acto individual, la asociación optó por castigar al maestro y no al luchador directamente implicado, hecho que Hakuho consideró como injusto y desproporcionado.
“Los luchadores que formé no recibieron un trato justo”, afirmó el exyokozuna durante una rueda de prensa en Tokio donde oficializó su renuncia. Durante meses intentó negociar con la JSA la reapertura de su heya, pero sin éxito. Finalmente, llegó a la amarga conclusión: “No tiene sentido seguir luchando desde dentro, es mejor contribuir al sumo desde fuera”.
Un sueño nuevo: el Sumo Mundial
Durante la misma comparecencia, Hakuho presentó su siguiente reto: crear una organización de sumo a nivel internacional. El proyecto, denominado World Sumo Project, tiene como primer objetivo realizar campeonatos globales que incluyan atletas amateurs, mujeres y niños de distintas naciones.
“Después de 25 años de amar el sumo y ser amado por el sumo, quiero avanzar hacia un nuevo sueño”, declaró con emoción, vestido de traje y acompañado de abogados y directivos que le apoyan.
Este paso es revolucionario. El sumo, guardián de tradiciones milenarias, usualmente ha estado cerrado a aperturas internacionales, incluso contra el deseo de muchos de sus mejores talentos extranjeros. El deporte tiene reglas rígidas sobre nacionalidad, comportamiento, antigüedad y obediencia a estructuras de poder muy particulares.
Aliados corporativos: Akio Toyoda y mucho más
Uno de los apoyos más sorprendentes es el de Akio Toyoda, presidente de Toyota. Según declaraciones ofrecidas por la propia empresa:
“Hakuho está comprometido con unir al mundo a través del sumo.” – Akio Toyoda
Toyota ha sido durante décadas patrocinadora de múltiples disciplinas deportivas, desde competencias de automovilismo hasta lucha olímpica. Sumar el sumo a su portafolio fortalece el componente cultural que la automotriz busca posicionar en el mundo.
El debate sobre tradición y modernización
Este giro ha dividido al mundo del sumo:
- Los puristas temen la pérdida de identidad del sumo. Ven la internacionalización como una amenaza al aura espiritual del deporte, que se basa en rituales sintoístas, jerarquía extrema, y una estricta vida monástica.
- Los modernizadores, por otro lado, lo ven como una evolución natural. Aplauden la inclusión de mujeres, la oportunidad de hacer del sumo un deporte olímpico y fomentar nuevas generaciones de luchadores desde temprana edad fuera de Asia.
La iniciativa no es del todo inédita: ya existen competiciones internacionales de sumo amateur, como el Campeonato Mundial de Sumo Amateur organizado por la International Sumo Federation, pero rara vez captan atención mediática y están desconectadas del mundo profesional japonés.
Un momento bisagra para Japón… y el mundo
El mensaje de fondo de Hakuho va más allá del deporte. Se trata de replantear cómo una tradición fuertemente ligada a la identidad nacional japonesa puede adaptarse al siglo XXI. Japón ya ha vivido otras aperturas culturales: el judo y el karate se convirtieron en deportes globales sin perder sus raíces.
¿Por qué el sumo no podría seguir este mismo camino?
Además, en un mundo pospandemia que busca diálogo intercultural e inclusión como pilares de crecimiento, la idea de una federación mundial de sumo puede convertirse en un puente cultural más poderoso que muchos tratados diplomáticos.
¿Y el futuro de Hakuho?
Fuentes cercanas revelan que sus planes están avanzando rápidamente. Se proyectan los primeros torneos de exhibición para 2026 con sedes en Mongolia, Estados Unidos y Brasil. Ya se están inscribiendo luchadores aficionados de distintos países y federaciones locales.
Además, se prepara una academia internacional de sumo en Mongolia, donde se espera que entrenadores japoneses, mongoles y de otras partes del mundo capaciten a nuevas generaciones. El modelo será menos estricto, más inclusivo y con enfoque educativo.
De yokozuna a ícono cultural global
Hakuho cerró su comparecencia con palabras que ya han comenzado a circular en redes sociales como lema del cambio:
“Hoy dejo atrás una institución, pero no abandono al sumo. Hoy comienzo a construir el sumo del mundo”.
Lo que queda claro es que, a diferencia de otros deportistas retirados, Hakuho no se va a descansar. Ha optado por enfrentarse a un reto mayor: reinventar desde fuera el deporte que lo convirtió en leyenda. Y quizás, en el proceso, cambiará no solo cómo se ve el sumo, sino cómo se entiende el equilibrio entre tradición e innovación.