La doble cara de Calley Means: ¿Revolucionario de la salud o vendedor disfrazado?

El asesor clave del secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. predica contra las farmacéuticas y las agencias de salud, mientras se beneficia de la industria del bienestar no regulado

¿Quién es Calley Means?

En el centro del movimiento Make America Healthy Again (MAHA), que predica una renovación radical del sistema de salud estadounidense, se encuentra una figura cautivadora y polémica: Calley Means. Aunque se presenta como un reformador que busca desmontar el poder de la industria farmacéutica y alimentar cambios culturales, muchos expertos lo ven como una figura contradictoria, e incluso hipócrita.

Means, una figura visible del movimiento MAHA y asesor cercano del secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., ha desencadenado una tormenta de críticas por sus vínculos financieros con empresas del sector que él mismo critica. Su historial, palabras y, sobre todo, inversiones delinean una figura que encarna las tensiones entre activismo y lucro personal en la era del bienestar total.

El discurso: corrupción, comida procesada y medicamentos innecesarios

Desde su nombramiento en marzo como asesor de la Casa Blanca bajo la administración de Kennedy, Calley Means no ha cesado de lanzar ataques verbales contra las instituciones fundamentales del sistema de salud estadounidense. En entrevistas, apariciones en podcasts y conferencias, ha descrito a:

  • La Asociación Médica Estadounidense como "un grupo de presión farmacéutico".
  • La FDA como "un títere de la industria".
  • Los científicos gubernamentales como gestores de "un historial de fracaso total".

La misión, dice, es “recuperar la salud de los estadounidenses” y promover remedios naturales, ejercicio y nutrición en lugar de una dependencia de medicamentos y procedimientos costosos.

¿Héroe o vendedor encubierto?

Pero detrás de este discurso crudo hay una situación problemática: Means es el cofundador de Truemed, una plataforma que vende suplementos dietéticos, remedios herbales y productos de bienestar sin regulación rígida de la FDA. La ironía es palpable: mientras arremete contra el sistema por lucrar con la enfermedad, él mismo comercializa productos que se benefician de lagunas legales y, según críticos, podrían ser financieramente perjudiciales para los consumidores.

Dr. Reshma Ramachandran, investigadora en Yale, señaló:

“Representa otra industria que promueve productos no regulados, beneficiándose financieramente a la vez que critica a las estructuras de salud establecidas. Huele a hipocresía.”

Truemed y los beneficios fiscales que solo algunos pueden disfrutar

Uno de los modelos de negocio más innovadores —y controvertidos— de Truemed es permitir que las personas utilicen sus Cuentas de Ahorros de Salud (HSAs, por sus siglas en inglés) para comprar productos como:

  • Equipo de ejercicio
  • Remedios homeopáticos
  • Plataformas de entrega de comida saludable
  • Terapia con luz infrarroja

Esto se hace mediante la emisión de "cartas de necesidad médica" avaladas por doctores que, muchas veces, jamás conocen al paciente. Este mecanismo levantó banderas rojas en 2023, cuando la IRS emitió una alerta advirtiendo sobre empresas que promueven gastos no médicos como deducibles de impuestos.

El negocio del bienestar: una industria de $4.9 billones

Según estimaciones, el mercado estadounidense de la salud representa $4.9 billones anuales. Los emprendedores del bienestar, como Calley Means y su socia —su hermana Casey Means—, han encontrado formas de canalizar parte de esos fondos a través de productos no aprobados clínicamente.

Casey fue nominada como cirujana general por la administración de Kennedy, a pesar de no haber terminado su residencia médica, lo que suma mayor polémica al tema.

Pánico ético en el gobierno

Calley Means es un empleado gubernamental especial, categoría que le permite mantener inversiones personales y evitar la divulgación pública obligatoria de esas posiciones. Sin embargo, la ley federal prohíbe a cualquier funcionario trabajar en temas que puedan beneficiar directamente sus intereses financieros.

Es un gran problema,” subrayó Richard Painter, exabogado de ética de la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush. “La mera apariencia de conflicto ya es suficiente para dañar la confianza pública.”

Una cruzada personal con intereses colectivos

Means atribuye su pasión por la reforma del sistema de salud a la muerte de su madre por cáncer pancreático en 2021. Tras esa pérdida, vivió una experiencia transformadora tomando psicodélicos con su hermana. De ahí nació la idea del libro "Good Energy" y múltiples startups dedicadas al bienestar, muchas de ellas hoy afiliadas a Truemed.

“Haz menos para estar mejor”: el mantra del nuevo wellness

Means promueve una visión alternativa de atención médica centrada en:

  • Ejercicio regular
  • Suplementación dietética
  • Cambios en la dieta
  • Pausa en el uso extendido de medicamentos

No es una mala idea per se; sin embargo, las soluciones ofrecidas por su empresa —al igual que muchas en el espacio del bienestar— carecen de respaldo científico riguroso. Por ejemplo, las pruebas de laboratorio vendidas por Function Health, un socio de Truemed, son objeto de cuestionamientos sobre su confiabilidad.

Un sistema regresivo: los beneficios fiscales para los más ricos

Las HSAs, impulsadas por los republicanos hace dos décadas, fueron diseñadas para disminuir el gasto en salud incentivando la responsabilidad individual. Sin embargo, el Center on Budget and Policy Priorities encontró que:

  • Los estadounidenses que ganan más de $1 millón al año son los que más usan las HSAs.
  • Más del 50% de los titulares de cuentas tienen menos de $500 ahorrados.
  • El proyecto de ley “One Big Beautiful Bill” de Trump podría incrementar esa inequidad, permitiendo que membresías de gimnasio y otros productos tengan ventajas fiscales, a un costo estimado de $10 mil millones en ingresos perdidos.

Son recortes fiscales disfrazados de política de salud,” explicó Gideon Lukens, exempleado de la Casa Blanca, quien alertó que este tipo de expansión limitaría el acceso a servicios básicos de salud para quienes más lo necesitan.

¿Movimiento espiritual o conglomerado de intereses?

Calley Means a menudo dice que Kennedy tiene “un mandato espiritual para reformar nuestro sistema”, mezclando la política sanitaria con un lenguaje mesiánico. Pero mientras evangeliza sobre una nueva era de salud, los productos que vende —y los servicios que promueve— le generan ganancias cuantiosas.

Muchos expertos argumentan que esta mezcla entre activismo, espiritualidad y capital privado pone en riesgo la integridad de la política pública.

El debate sobre el papel de voces como la de Calley Means en la política de salud continuará intensificándose, especialmente si el movimiento MAHA gana tracción. La pregunta no es solo si su mensaje tiene mérito, sino si está promovido por la convicción o por el beneficio privado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press