¿Salvar la pasión o patrocinar el lujo? El debate millonario por los estadios en Missouri
Entre la tragedia del tornado en St. Louis y la amenaza de perder a los Chiefs y Royals, Missouri se enfrenta a una decisión que mezcla emociones, economía y política
Una votación histórica en un contexto de emergencia
Missouri se encuentra en una encrucijada que combina deporte, tragedia y política fiscal. A raíz del devastador tornado que asoló St. Louis el pasado 16 de mayo, causando daños estimados en $1,600 millones, el estado decidió convocar una sesión legislativa especial para abordar la situación. Sin embargo, la discusión no solo giró en torno a la recuperación de las comunidades afectadas, sino también a evitar que los Kansas City Chiefs (NFL) y los Kansas City Royals (MLB) abandonen el estado.
Ambos equipos enfrentan el vencimiento de sus contratos de arrendamiento en enero de 2031, y la negativa de los votantes a extender un impuesto sobre ventas en abril de 2024 para financiar nuevas estructuras abrió la puerta para que el estado vecino, Kansas, hiciera una jugada agresiva para atraerlos. Missouri respondió con un paquete de medidas de ayuda de emergencia que no sólo busca rescatar a las víctimas del desastre, sino también blindar a las icónicas franquicias deportivas.
El paquete legislativo: dólares y decisiones
La legislación aprobada contempla:
- $100 millones en ayuda para la recuperación de St. Louis.
- $25 millones para asistencia habitacional de emergencia.
- Créditos fiscales de hasta $5,000 para compensar deducibles de seguros para damnificados.
- Emisión de bonos cubriendo hasta el 50% del costo de nuevos o renovados estadios.
- Hasta $50 millones en créditos fiscales por cada estadio para Royals y Chiefs.
La intención del gobernador republicano Mike Kehoe de ayudar tanto a víctimas como a equipos deportivos generó un debate moral, fiscal y social. Si bien Kehoe será quien firme la propuesta para hacerla ley, tanto opositores como defensores tienen razones de peso para defender su postura.
Los datos duros: ¿vale la pena invertir en estadios?
Los aprobadores del proyecto argumentan que Missouri tiene mucho por perder si las franquicias se mudan a Kansas. Los Chiefs han ganado tres de los últimos seis Super Bowls, lo que los convierte en una marca deportiva de alto valor internacional. A su vez, cada juego de temporada regular genera miles de empleos temporales, dinamiza hospedajes, restaurantes y comercios de Kansas City, y posiciona al estado en el mapa como un destino de clase mundial.
El economista deportivo Victor Matheson, de College of the Holy Cross, ha sido uno de los críticos más consistentes del uso de fondos públicos en estadios, argumentando en múltiples publicaciones que:
“Los estadios rara vez producen crecimiento económico directo. Lo que hacen es redistribuir gastos: la gente que va a los juegos habría ido al cine o a un restaurante. Es desplazamiento, no crecimiento”.
Pese a esto, la percepción pública y política del deporte como identidad estatal hace que la presión sea enorme. Como expresó el representante estatal Jim Murphy:
“Tenemos la oportunidad de salvar lo que es el símbolo del estado”.
La competencia de Kansas: una amenaza real
En 2023, Kansas autorizó bonos de hasta el 70% del costo para nuevos estadios como una estrategia de seducción. Los Royals, incluso, compraron una hipoteca sobre un terreno en ese estado, aunque aún exploran ubicaciones en Missouri.
El plazo que Kansas estableció para concretar negociaciones expira el 30 de junio de 2025, lo que dio urgencia a la respuesta legislativa de Missouri. La falta de una decisión clara por parte de equipos como los Royals mantiene la incertidumbre.
Explosión emocional: la voz de los damnificados
En medio de las cifras millonarias, uno de los momentos más conmovedores de la sesión fue cuando la legisladora Kimberly-Ann Collins relató, al borde de las lágrimas, cómo vio cómo un tornado le arrancó el techo a su vivienda:
“No tengo seguro. Dormí en mi vehículo y he tenido que aceptar comida de otros. Las familias están destrozadas. Esto duele en lo más profundo”.
Su testimonio recordó que más allá del deporte, hay una urgencia humana real y prioritaria que necesita atención. La mezcla de debates económicos con tragedia personal pone a prueba la ética legislativa de Missouri.
¿Subsidios al deporte o inversión cultural?
Quienes defienden las subvenciones deportivas aseguran que los equipos no son solo empresas. Representan identidad local, orgullo, historia y pertenencia. Los Chiefs, actuales campeones de la NFL, son un símbolo generacional. Los Royals han ganado dos Series Mundiales en su historia (1985 y 2015), y su traslado sería un golpe simbólico.
No obstante, las críticas señalan que, al final, lo que se está haciendo es invertir en multimillonarios a costa del contribuyente promedio. Las franquicias deportivas están valoradas en miles de millones; los Royals, por ejemplo, tienen un valor estimado de $1,200 millones según Forbes. Muchos cuestionan por qué esos dueños no pueden financiar sus propios estadios o renovaciones.
Impacto en otros equipos y ciudades
El proyecto legislativo también contempla beneficios similares para otros equipos si emprenden obras de al menos $500 millones. Eso incluye a los St. Louis Cardinals y abre la puerta a debates similares en otras ciudades del estado.
Y aunque todavía no se discute formalmente, si Kansas atrae a los Royals y Chiefs, la reputación política y económica de Missouri quedaría en entredicho. Perder dos equipos insignia sería percibido como un fracaso gubernamental monumental.
La ética de la ayuda selectiva
Uno de los puntos más controversiales fue la enmienda que otorga una deducción de impuestos solamente a ciertos condados, excluyendo a otros por completo. Para el representante republicano Bryant Wolfin:
“Este proyecto es inconstitucional, fiscalmente irresponsable y moralmente incorrecto”.
Las denuncias sobre trato preferencial y ayuda desigual han abierto un nuevo frente de críticas, acusando al Congreso de legislar para unos pocos y no para todos.
¿Y ahora qué?
Con la firma del gobernador pendiente, los esfuerzos se concentran en evitar que Kansas le arrebate el alma deportiva a Missouri. Sin embargo, esto deja preguntas sin resolver sobre prioridades legislativas, uso de fondos públicos y justicia social.
¿Es válido invertir cientos de millones en estadios cuando hay víctimas recientes del clima durmiendo en sus autos? ¿Debe el estado competir en una guerra de subsidios con un vecino para evitar la fuga de marcas deportivas?
La historia aún está por escribirse, pero una cosa está clara: Missouri está gastando para mantener su corazón deportivo latiendo, mientras lucha por reconstruir el suyo social.