Elon Musk y Donald Trump: Un divorcio público que podría costar millones
La ruptura entre dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos genera un temblor político y económico de grandes proporciones
Una alianza que se convirtió en enemistad
Pocas figuras han simbolizado el vínculo entre el poder empresarial y el político en Estados Unidos como Elon Musk y Donald Trump. Durante años, Musk fue considerado un poderoso aliado del expresidente, invirtiendo millones de dólares para respaldar su regreso a la presidencia. Sin embargo, en una sorprendente serie de publicaciones en X (antes Twitter), Musk arremetió contra Trump, acusándolo incluso—sin pruebas—de ocultar vínculos con el pedófilo Jeffrey Epstein.
Pero el magnate tecnológico no tardó en recular. En la madrugada del miércoles, escribió en su cuenta: “Lamento algunas de mis publicaciones sobre el Presidente @realDonaldTrump la semana pasada. Fueron demasiado lejos.”
¿Fin de una influencia en la Casa Blanca?
El arrepentimiento público de Musk no parece haber conseguido mucho hasta el momento. Trump, en una entrevista reciente con NBC, fue claro al decir que no tiene ningún interés en reparar la relación con el CEO de empresas influyentes como SpaceX, Tesla y X. Es más, lanzó una advertencia directa: Musk podría enfrentar “serias consecuencias” si decide apoyar a los demócratas en próximas elecciones.
La declaración de Trump ha dejado en vilo a los accionistas e inversionistas de Musk. Como proveedor importante de contratos gubernamentales, las empresas de Musk, especialmente SpaceX y Tesla, dependen en gran medida de la benevolencia política para mantener parte de sus operaciones.
Trump vs Musk: ¿qué hay detrás del enfrentamiento?
El conflicto entre ambos no es solo personal: es un choque de dos formas de entender el poder. Musk, que ha promovido una visión hiperlibertaria del internet y el mercado, se ha sentido frustrado con lo que considera un giro populista y represivo del expresidente. Durante el último año, Musk denunció públicamente legislaciones impulsadas por la administración Trump y llegó incluso a calificar un proyecto de ley de gasto como una “abominación”.
Los desacuerdos se intensificaron cuando Musk, a través de X, promovió teorías conspirativas sobre la supuesta relación entre Trump y Jeffrey Epstein, lo que exacerbó aún más las tensiones. Aunque luego borró dicha publicación, las consecuencias ya habían comenzado a rodar.
El costo empresarial de un tuit
Este no es el primer incidente en el que Musk ve afectadas sus empresas por declaraciones en redes sociales. En 2018, un tuit suyo donde afirmaba tener financiación asegurada para privatizar Tesla le costó una multa de $40 millones impuesta por la SEC y la obligación de dejar temporalmente la presidencia de Tesla.
Ahora, con Trump con posibilidades de regresar al poder y Musk enfrentando represalias, analistas señalan que SpaceX podría llegar a perder contratos millonarios con el Departamento de Defensa y NASA. En 2023, por ejemplo, se estimó que SpaceX obtuvo más de $2 mil millones en contratos gubernamentales, gran parte de ellos relacionados con sus servicios de lanzamiento y su red de satélites Starlink.
¿Qué dicen los mercados?
Hasta ahora, la reacción de los mercados ha sido contenida, pero no indiferente. Tras las publicaciones más polémicas, Tesla cayó un 3.5% en la bolsa en una jornada particularmente volátil. SpaceX, que aún no cotiza públicamente, enfrenta crecientes presiones para desvincular la figura de Musk de sus decisiones estratégicas frente a inversores privados.
La asesoría consultora RBC Capital Markets alertó en una nota a inversores: “Las relaciones políticas de Musk jugaron un papel clave en la adjudicación de contratos clave. Si se convierte en blanco político, podría haber una reevaluación significativa del riesgo percibido en sus negocios.”
La política como arma de negocios
El caso Elon Musk-Donald Trump es un ejemplo perfecto de cómo las relaciones políticas pueden tener repercusiones reales y cuantificables en el mundo de los negocios. En el caso de Musk, su apuesta por influir en el rumbo político estadounidense llegó a un punto de no retorno. Su apoyo inicial a Trump, matizado posteriormente por sus críticas, no solo afectó su imagen pública sino que también podría comprometer el futuro financiero de sus compañías.
Para los votantes, este enfrentamiento es también un reflejo de cómo los multimillonarios intentan moldear la política para servir sus propios intereses. Para los demás empresarios del ecosistema tecnológico, el mensaje es claro: la política da poder, pero también conlleva riesgos.
Perspectivas para 2025 y más allá
Con la carrera presidencial próxima a acelerarse, muchos se preguntan si Musk redoblará su apuesta y respaldará a un nuevo candidato, tal como se rumorea con Robert F. Kennedy Jr., o si se mantendrá al margen luego del precio pagado por su enfrentamiento con Trump.
Del otro lado, el propio Trump asumirá que su base no perdonará alianzas con figuras que han puesto en duda su legado. La política norteamericana se está alejando más que nunca de los acuerdos entre bastidores y se libra ahora en la arena pública de las redes sociales, donde todo tuit cuenta.
Mientras tanto, las empresas de Musk se enfrentan a una prueba de fuego: demostrar que su innovación y alcance global pueden mantenerse firmes incluso cuando su fundador se enfrenta al hombre más poderoso del Partido Republicano.