Israel vs. Irán: ¿Estamos al borde de una guerra regional nuclear?

El ataque israelí sobre instalaciones nucleares iraníes y la muerte del jefe de la Guardia Revolucionaria marcan una nueva escalada en un conflicto que puede envolver a toda la región.

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Una guerra en las sombras que ya no se oculta

Lo que durante años fue un enfrentamiento encubierto entre Israel e Irán ha estallado en una confrontación abierta de potenciales consecuencias catastróficas. En la madrugada del viernes, Israel lanzó un ataque aéreo de gran envergadura sobre territorio iraní, alegando la necesidad de impedir que Teherán adquiera un arma nuclear.

El bombardeo, confirmado por ambas partes, alcanzó instalaciones nucleares clave como la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz y objetivos militares estratégicos como depósitos de misiles y la sede de la Guardia Revolucionaria.

La ofensiva no solo causó severos daños estructurales en la capital iraní, Teherán, sino también la muerte de figuras prominentes: el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, y dos científicos nucleares de alto rango.

¿Por qué ahora?

El contexto geopolítico de Medio Oriente es volátil, y el enconado enfrentamiento entre estas dos potencias regionales se ha agravado en los últimos años, especialmente tras la salida unilateral de EE. UU. del Plan de Acción Integral Conjunto (acuerdo nuclear de 2015), bajo la administración Trump.

Desde entonces, Irán ha intensificado el enriquecimiento de uranio, alcanzando niveles del 60%, muy cercanos al grado armamentístico (90%). Aunque tanto Teherán como los servicios de inteligencia de EE. UU. aseguran que Irán aún no está desarrollando un arma nuclear, Israel sostiene lo contrario.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró durante el anuncio de la operación: “El tiempo se ha agotado. Irán está a un paso de la bomba y no podemos permitirlo.”

Impacto inmediato en Irán

Las consecuencias fueron inmediatas. Según la televisión estatal iraní, varias explosiones sacudieron barrios residenciales de Teherán. Las imágenes transmitidas mostraban techos ardiendo, ventanas rotas y estructuras colapsadas. La muerte del general Salami representa un golpe devastador a la cúpula militar iraní.

Salami no era solo el líder de la Guardia Revolucionaria desde 2019, sino también un ideólogo clave del expansionismo militar de Irán en la región. Conocido por su retórica agresiva contra EE. UU. e Israel, Salami había supervisado ataques con misiles balísticos en Siria, Irak, Líbano e incluso contra Israel directamente.

Ayatolá Ali Jameneí, líder supremo de Irán, prometió “un castigo severo” como represalia. “El brazo poderoso de Irán no dejará esto sin respuesta”, afirmó en un mensaje difundido por redes sociales.

Un arsenal en expansión

La Guardia Revolucionaria, bajo liderazgo de Salami, no solo se fortaleció internamente. Ampliamente considerada una organización estatal dentro del Estado iraní, controla desde empresas económicas hasta operaciones en el extranjero.

Su brazo más temido es la Fuerza Quds, responsable de apoyar militarmente a Hezbollah en Líbano, las milicias chiitas de Irak, los hutíes en Yemen y a Bashar al-Assad en Siria. Además, Irán ha desarrollado misiles de corto y mediano alcance; productos militares hoy en manos de múltiples actores no estatales de la región.

En abril, la Guardia Revolucionaria lanzó más de 300 drones y misiles contra Israel como represalia por un ataque en Siria que mató a varios comandos iraníes, incluyendo dos generales. Aunque el 99% fueron interceptados, algunos causaron daños leves en una base aérea israelí.

La comunidad internacional en alerta

El ataque ha generado escepticismo entre los analistas diplomáticos. El embajador ruso ante la ONU declaró: “Esta acción pone en riesgo la seguridad global”. China instó a la moderación “de todas las partes involucradas” y la Unión Europea convocó a una reunión de emergencia.

Desde Washington, el expresidente Donald Trump negó cualquier participación estadounidense y advirtió a Teherán que no ataque intereses norteamericanos. “No estamos involucrados, pero toda agresión contra nuestras tropas será respondida con fuerza”, dijo en un comunicado.

Estados Unidos también ha suspendido provisionalmente las negociaciones indirectas con Irán que se desarrollaban en Omán, donde se intentaba reactivar las condiciones de control nuclear a cambio del levantamiento de sanciones.

¿Qué pasará con las instalaciones nucleares iraníes?

Irán tiene en funcionamiento dos instalaciones claves: Natanz y Fordo. Natanz, bajo tierra en la provincia de Isfahan, es el mayor complejo de enriquecimiento. Ha sido atacado previamente: en 2010 por el virus Stuxnet, presuntamente diseñado por EE. UU. e Israel, y más recientemente por sabotajes que Irán atribuye al Mossad.

Fordo, más pequeña pero igualmente estratégica, está protegida en el interior de una montaña. Israel afirma haber inutilizado parte de la planta con los ataques recientes, pero expertos nucleares advierten que la capacidad de restauración de estas instalaciones es alta y que la destrucción total requeriría una campaña prolongada.

Según un informe reciente del OIEA, Irán ha aumentado sus reservas de uranio enriquecido en un 30% desde principios de 2024, un indicador que, como mínimo, enciende todas las alarmas.

¿Guerra abierta o disuasión estratégica?

Esta crisis abre dos posibles escenarios. El primero, y más peligroso, es una guerra regional directa entre Israel e Irán que arrastre a países vecinos como Líbano (a través de Hezbollah), Siria, Irak e incluso Arabia Saudita.

El segundo, más probable pero igualmente tenso, es una nueva era de disuasión estratégica nuclear y no convencional, con enfrentamientos limitados y ataques de represalia medidos que no buscan una escalada, sino una reafirmación del poder.

Pero la muerte del general Salami podría cambiar esa narrativa. Su figura era crucial dentro de la narrativa de Irán como víctima del “sionismo global” y “la agresión occidental”. En palabras del analista Reza Marashi: “Para Irán, esta no es solo una provocación; es una decapitación estratégica que requiere respuesta real, no simbólica.”

Lo que podría venir

  • Represalias directas desde Siria o Líbano: Israel podría enfrentar nuevos lanzamientos de misiles en las próximas 72 horas desde estos territorios donde Irán tiene milicias aliadas.
  • Ataques cibernéticos: Irán podría activar su unidad de guerra cibernética y paralizar infraestructura crítica israelí, como ocurrió en 2020.
  • Sabotajes internacionales: Desde la voladura de barcos en el Estrecho de Ormuz hasta la activación de células dormidas en Europa o América Latina.

Una nueva era geopolítica

No es exagerado decir que este ataque precipita un nuevo paradigma en las relaciones internacionales en Medio Oriente. La línea entre la disuasión y la guerra está más difusa que nunca. La sombra nuclear se cierne sobre la región, y la comunidad internacional parece atrapada en su propia parálisis diplomática.

Como dijo el exsecretario general de la ONU Ban Ki-Moon en 2012 frente a un escenario similar: “La paz nunca es tan frágil como cuando los misiles están listos y las palabras desaparecen.”

Hoy, esa frase resuena más que nunca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press