La democracia en la mira: violencia política y tensión judicial sacuden EE. UU. en 2025

La trágica muerte de Melissa Hortman: ¿inicio de una nueva era de violencia política?

El 14 de junio de 2025, Estados Unidos fue sacudido nuevamente por una tragedia política sin precedentes. Melissa Hortman, legisladora estatal en Minnesota y presidenta de la Cámara de Representantes del estado, fue asesinada junto a su esposo en su domicilio en Brooklyn Park. El agresor, un hombre de 57 años que se hacía pasar por un oficial de policía, sigue siendo buscado por las autoridades. En lo que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, catalogó como un episodio de "violencia política dirigida", las alarmas sobre la seguridad de los funcionarios públicos se han encendido en todo el país.

La violencia también alcanzó a otro legislador estatal, el senador John Hoffman y su esposa, quienes fueron heridos en otro tiroteo en su hogar. Las autoridades sospechan que ambos atentados están relacionados y responden a un mismo motivo político: silenciar voces. Este tipo de actos estremecen los cimientos democráticos de una nación que ya atraviesa una polarización política sin precedentes.

Una nación fragmentada: protestas, polarización y tensiones sociales

Mientras el país lamenta la pérdida de Hortman, miles de ciudadanos llenaban plazas y bulevares al unísono bajo un mismo grito: "No Kings". Esta manifestación, realizada en más de 2.000 localidades a nivel nacional, fue convocada para protestar contra las políticas autoritarias del expresidente Donald Trump, quien en medio de su carrera de reelección para 2028, ha restablecido narrativas y decretos que la mayoría de sus opositores consideran antidemocráticos.

Desde Los Ángeles hasta Philadelphia, los estadounidenses salieron a las calles para defender los principios republicanos frente a lo que consideran como una deriva autocrática. La participación de figuras como Martin Luther King III y su esposa Arndrea Waters King intensificaron el mensaje, comparando la lucha actual con la que enfrentaron sus antepasados en los años 60.

La Corte Suprema como escenario de las grandes batallas culturales

A la creciente violencia política y las protestas masivas se suma otro frente clave: el judicial. La Corte Suprema se encuentra en el tramo final de su año judicial y tiene entre manos decisiones que marcarán el rumbo del país en materia de derechos civiles, políticas migratorias y libertad religiosa. Entre los fallos más trascendentales que aún deben dictarse se encuentran:

• La constitucionalidad de la prohibición del tratamiento de afirmación de género para menores trans en Tennessee.
• La decisión sobre una demanda religiosa que busca retirar libros LGBTQ+ de las escuelas públicas en Maryland.
• El rechazo o aceptación de una ley de verificación de edad en Texas para acceder a contenido pornográfico.
• El controversial intento de negar la ciudadanía por nacimiento a hijos de inmigrantes indocumentados, promovido por Trump.
• La posible invalidación de un nuevo mapa político en Louisiana por motivos raciales.

Como señaló el analista judicial Adam Liptak en una entrevista reciente con The New York Times, "esta Corte está marcando una transformación estructural en los fundamentos constitucionales del país, y lo está haciendo en un clima social y político especialmente volátil".

Atentados políticos como síntoma del descontento extremo

El ataque a Melissa Hortman no puede ser visto sólo como un evento aislado. Desde la insurrección en el Capitolio el 6 de enero de 2021, Estados Unidos ha vivido un resurgimiento de milicias armadas, teorías de conspiración y violencia dirigida. Según estadísticas del Southern Poverty Law Center, el número de grupos extremistas activos en EE. UU. creció en un 21% entre 2020 y 2024.

En una era donde "fake news" y desinformación han contaminado el discurso público, las consecuencias se sienten no solo en las urnas, sino ahora también en los hogares de los legisladores. "Ya no basta con rumores o ataques verbales desde redes sociales; ahora tenemos ciudadanos que se ponen uniformes falsos y cometen asesinatos en función de una ideología radicalizada", indicó Rachel Kleinfeld, experta en democracia y conflicto del Carnegie Endowment.

La sociedad civil responde en masa

La protesta "No Kings" parece ser la respuesta directa de una sociedad cansada. Más allá de ser una reacción política, también representa el grito de alerta de una ciudadanía que se niega a que la democracia se ahogue bajo la sombra del miedo y la represión. Iconos de la cultura y celebridades han añadido sus voces al llamado, desde artistas como Billie Eilish hasta escritores como Colson Whitehead y Margaret Atwood.

Una imagen poderosa se volvió viral durante la protesta en Tallahassee: una mujer disfrazada de la Estatua de la Libertad sostenía un cartel que rezaba: “Primero censuran libros, después ideas, luego personas”. La conexión entre la violencia contra legisladores, la censura educativa y las decisiones de la Corte, han generado una narrativa colectiva en contra de lo que muchos consideran un intento de silenciar disidencias.

2025, el año decisivo

Con el telón de fondo de elecciones primarias, movimientos sociales, violencia política y tensiones jurídicas, 2025 ha empezado a perfilarse como el año más crítico para la democracia estadounidense en lo que va del siglo XXI. Las declaraciones del gobernador de Minnesota, Tim Walz, resumen el sentir nacional: “Tenemos que proteger no sólo a nuestros funcionarios, sino al mismo sistema democrático que representamos. Es hora de actuar con decisión, antes de que sea demasiado tarde”.

En los próximos meses, muchos ojos estarán puestos en los magistrados de la Corte Suprema, en los pasos del FBI para encontrar al agresor de Hortman, y en las miles de personas que seguirán marchando por un futuro donde disentir no sea una sentencia de muerte.