Rockies en caída libre: un récord histórico de derrotas que sacude la MLB

Con 13-57 en 70 juegos, Colorado establece la peor marca en la era moderna… ¿hay esperanza o está condenado al olvido?

Una temporada que pasará a la historia (por las razones equivocadas)

El 14 de junio de 2025 será recordado como un día negro en la historia del béisbol moderno. Los Colorado Rockies cayeron 4-1 ante los Atlanta Braves, y con ello firmaron su lugar en los libros de récords con un balance de 13-57 en 70 partidos, la peor marca en más de 120 años de MLB.

Esta caída rompe el vergonzoso récord que ostentaban los Boston Red Sox de 1932, quienes registraron 14-56 en ese mismo número de encuentros. Desde 1901, ningún otro equipo había tenido un rendimiento tan dramáticamente mediocre como el actual roster de Colorado.

No es un mal bache: es una crisis de identidad

La desolación no solo se refleja en los números. El equipo fue víctima de una brutal paliza psicológica al ser ponchado 19 veces en nueve entradas, un nuevo récord negativo para la franquicia.

El pitcher de los Braves Spencer Strider se encargó de 13 de esos ponches en solo seis entradas. Los relevistas Rafael Montero y Dylan Lee completaron la masacre con los seis restantes. Esta cantidad igualó el récord histórico de los Braves para ponches en un juego de nueve entradas.

"No nos importa": la preocupante indiferencia

Uno esperaría respuestas autocríticas o arengas motivacionales tras un desempeño tan decadente. Pero no fue el caso. Cuando se le preguntó al primera base Kyle Farmer por este deshonroso récord, simplemente respondió:

“No nos importa. Es lo que es. No podemos hacer nada al respecto. Solo tenemos que aparecer mañana y jugar.”

Farmer, quien está en su primera temporada con Colorado, representa con su apatía la desconexión emocional que parece reinar en el vestuario. ¿Cómo se reconstruye un equipo en caída libre si sus propios jugadores parecen indiferentes al fracaso?

Chase Dollander: una chispa de esperanza

Pese al desastre colectivo, hay pequeños destellos de esperanza. Uno de ellos es Chase Dollander, novato derecho que lanzó seis entradas permitiendo 4 carreras (3 limpias), además de mostrar entereza emocional frente al ambiente gris que lo rodea.

“Este juego es complicado. Hay muchos altos y bajos. Lo más importante es mantener una mentalidad neutral,”

dijo el joven lanzador, quien fue seleccionado como el número 9 general en el Draft 2023 y se perfila como parte de la reconstrucción.

¿Y los números? Terribles por donde se mire

  • Récord actual: 13 ganados – 57 perdidos
  • Porcentaje de victorias: 18.6%
  • Peor marca anterior: 1932 Boston Red Sox (14-56)
  • Promedio de bateo colectivo: .212 (puesto 29 de 30)
  • Promedio de carreras permitidas: 6.14 (últimos de la MLB)
  • Juegos decididos por una carrera: 5-15

Los Rockies no solo pierden; lo hacen sin competitividad. Prueba de ello son los 15 juegos decididos por una carrera, donde solo han sacado 5 victorias. Sin un bullpen efectivo ni una ofensiva que produzca en momentos clave, el equipo se hunde partido tras partido.

Una franquicia sin rumbo ni alma

Desde su fundación en 1993, los Rockies han tenido sus momentos de gloria, incluyendo una aparición en la Serie Mundial de 2007, donde fueron barridos por los Red Sox. Pero más allá de esa fugaz explosión, la franquicia ha vivido a la sombra de su propia incompetencia: apenas ocho temporadas ganadoras en más de 30 años.

La franquicia acumula decisiones dudosas, como haber dejado ir sin justa retribución a Nolan Arenado, uno de los mejores jugadores defensivos de la última década, o la errática contratación de veteranos sin contexto en procesos de reconstrucción.

El nuevo núcleo joven: ¿revisión o ilusión?

Junto a Dollander, destacan algunos otros jóvenes talentos que podrían formar la columna vertebral del futuro:

  • Hunter Goodman (cátcher): candidato al Juego de Estrellas 2025, gran capacidad defensiva y poder al bate.
  • Jordan Beck (jardinero): velocidad y alcance en los jardines, aún necesita regularidad ofensiva.
  • Brenton Doyle (jardinero): ha demostrado flashes de grandeza, pero inconsistencias lo aquejan.

Depender de juveniles sin cultura ganadora puede ser una apuesta riesgosa. Como bien dijo Farmer:

“Tienes que presentarte y jugar cada día sin importar nuestro récord. Es tu trabajo, trabajaste duro toda tu vida para llegar aquí. Disfrútalo.”

Pero, ¿cómo pueden disfrutarlo cuando las derrotas se acumulan como una bola de nieve sin freno?

La afición, la víctima silenciosa

Quizá quienes más sufren esta debacle son los fanáticos. El Coors Field ha visto desplomarse la asistencia en un 28% comparado con el año anterior. De ser un recinto vibrante, hoy se parece más a un funeral deportivo.

En redes sociales, los seguidores piden cambios masivos: desde la venta del equipo, hasta la destitución del gerente general Bill Schmidt y reformulación de la dirección deportiva, que claramente ha fallado en todos los frentes.

¿Cambio posible o condena perpetua?

Los Rockies necesitan algo más que talento joven: requieren una revolución estructural. A diferencia de otras franquicias en reconstrucción (como los Orioles o los Reds), Colorado carece de un plan obvio, una filosofía organizacional o una visión clara.

Hasta que eso no cambie, seguiremos viendo noticias como la de este fin de semana, donde se rompen récords… pero por las razones más tristes.

En palabras del novato Dollander:

“Sabemos que nuestro momento llegará. Tenemos que seguir en el camino, aprender y crecer.”

Lo cierto es que el tiempo corre, y mientras se espera ese anhelado "momento", la historia dirá que en el 2025, los Rockies alcanzaron el fondo de la MLB.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press