Tragedia aérea en India: El siniestro de Air India que dejó al país en duelo

Una mirada profunda al accidente del vuelo AI786 en Ahmedabad, sus víctimas, el impacto nacional y las preguntas sin respuesta que enfrenta el sector aeronáutico

Un vuelo que nunca debió caer

El 13 de junio de 2025 marcó uno de los días más sombríos en la historia de la aviación india. El vuelo AI786 de Air India, con destino a Londres, se desplomó minutos después de despegar del aeropuerto internacional Sardar Vallabhbhai Patel en Ahmedabad. El Boeing 787 impactó contra el edificio de una residencia estudiantil del colegio médico local, provocando una catástrofe total. Murieron al menos 270 personas: 241 a bordo del avión y 29 en tierra. Milagrosamente, un solo pasajero sobrevivió.

Esta tragedia no solo destrozó familias y comunidades enteras, sino que también generó una potente sacudida emocional y crítica en torno a la seguridad aeronáutica en India. Las imágenes del fuselaje calcinado, los gritos desesperados de familiares frente al hospital y el devastador impacto estructural del edificio afectado se volvieron virales como símbolo de una nación en shock.

La magnitud de la tragedia

Las autoridades sanitarias del Hospital Civil de Ahmedabad confirmaron que habían recibido 270 cuerpos, muchos de ellos irreconocibles por las quemaduras y destrozos provocados por la explosión y el fuego. Cientos de familiares acudieron al hospital para realizarse pruebas de ADN con la esperanza de identificar a sus seres queridos.

"El proceso de identificación se hace más complicado por el estado de los cuerpos, pero es nuestro deber realizar este trabajo con celeridad y dignidad", explicó el doctor Dhaval Gameti, quien encabeza el equipo forense. Las autoridades aseguraron que el proceso tomará 72 horas, aunque muchos expresaron su frustración por la lentitud.

No faltaron escenas dolorosas. Rafiq Abdullah, quien perdió a su hija política, su sobrino y dos nietos, reclamó: “¿Dónde están mis niños? Nadie me da respuestas. ¿Por qué esto tuvo que pasar?”

El milagro entre la tragedia

Entre las ruinas carbonizadas y cuerpos sin vida, emergió un rayo de esperanza: un sobreviviente. Identificado solo como Anil S., el hombre ha estado bajo observación médica desde el impacto. Según testimonios, fue encontrado atrapado entre un asiento y los restos de la cabina de pasajeros, protegido de las llamas por un milagroso capricho del destino.

“Sentí que estaba suspendido en el aire justo cuando el avión tembló. Luego vino el estruendo y no recuerdo nada más”, contó Anil desde su cama de hospital. Su recuperación ha sido rápida y los médicos esperan darle el alta pronto.

¿Qué causó el accidente?

La gran incógnita ahora es: ¿qué provocó el desplome del vuelo AI786? La aeronave, un Boeing 787 Dreamliner de 12 años, había acumulado más de 44,000 horas de operación y no presentaba fallas reportadas antes del despegue. Sin embargo, los expertos apuntan a varios posibles factores, incluyendo un fallo en los flaps, pérdida de potencia en los motores, o errores humanos ante condiciones exteriores adversas (altas temperaturas, sobrepeso por combustible, etc.).

El viernes se recuperó el grabador de vuelo (la conocida “caja negra”) de un tejado cercano. Según el ingeniero mecánico Paul Fromme, esta pieza contiene información crucial “sobre la configuración de los motores y controles, y también grabaciones de audio desde la cabina”. Jeff Guzzetti, exinvestigador de la NTSB de EE.UU., indicó que “si el dispositivo se encuentra en buen estado, podríamos tener respuestas clave en menos de una semana”.

Además, el Ministerio de Aviación Civil de la India formó un comité multidisciplinario para evaluar los protocolos de emergencia aérea y evitar tragedias similares en el futuro, sin interferir con las investigaciones formales que realiza la Aircraft Accident Investigation Bureau.

Boeing 787 Dreamliner: ¿una historia manchada?

Este siniestro marca la primera pérdida de vidas humanas en un Boeing 787 desde que comenzó a operar hace 16 años. Diseñada como una aeronave eficiente y de largo alcance, el Dreamliner tiene una reputación general de seguridad, aunque no ha estado exento de polémicas. Problemas con baterías de litio, fuselajes mal ajustados y retrasos en las entregas han sido parte de su historia reciente.

Aunque hay alrededor de 1,200 unidades operando globalmente, esta tragedia ha puesto nuevamente en tela de juicio la fiabilidad del gigante aeronáutico estadounidense. ¿Se avecinan demandas o bloqueos regulatorios para Boeing en el sur de Asia? Aún es pronto para saberlo, pero la presión está sobre la corporación.

Incertidumbre y dolor nacional

India ha vivido desastres aéreos en el pasado -como el choque de dos aviones en Charkhi Dadri en 1996 que mató a 349 personas–, pero la escala de daño en este caso ha tocado fibras nuevas. La tragedia ha agotado la capacidad de los servicios de emergencia. Miles de voluntarios trabajaron día y noche entre los escombros del edificio alcanzado por el avión, y hospitales colapsaron por el volumen de atención y los protocolos de verificación de ADN.

El primer ministro de India, Narendra Modi, expresó vía Twitter: “Una tragedia indescriptible. Mis pensamientos están con las víctimas y sus seres queridos. Se hará justicia.” Sin embargo, muchos ciudadanos cuestionan si se están tomando las medidas necesarias para reforzar las normativas de seguridad.

Implicaciones a nivel internacional

La comunidad internacional también ha reaccionado. Varias aerolíneas han pospuesto sus vuelos hacia o desde Ahmedabad hasta nuevo aviso. Reuniones de la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) en Ginebra ya debaten nuevas medidas de mitigación, después de una serie de sucesos de seguridad este año, incluyendo incidentes con aviones Boeing y un incremento del tráfico aéreo postpandemia.

Además, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha ofrecido asistencia técnica a la India para analizar los datos del vuelo, revisar protocolos de emergencia y colaborar con la evaluación de la caja negra.

Una herida abierta

El vuelo AI786 debió haber sido otro puente entre naciones, conectando la ciudad de Ahmedabad con Londres. En lugar de eso, se convirtió en una trampa mortal para más de 270 almas. La escala de la tragedia todavía está siendo digerida por la comunidad india, mientras el país trata de sanar, entender y evitar que una historia tan catastrófica se repita.

Hoy, India no solo llora la pérdida de sus ciudadanos, sino que también se enfrenta a duros cuestionamientos sobre su infraestructura aérea, su respuesta ante emergencias y, sobre todo, la fragilidad inherente de cualquier sistema humano ante el más mínimo error o falla.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press