La trampa de la ayuda humanitaria en Gaza: ¿Caridad o control militar?

El sistema alternativo de distribución de ayuda, promovido por Estados Unidos e Israel, ha generado violencia, desconfianza y un creciente número de víctimas civiles en Gaza

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La tragedia del 16 de junio en Rafah

El domingo 16 de junio de 2025, al amanecer, la tragedia volvió a teñir de sangre las calles de Gaza. Al menos ocho personas murieron y decenas más resultaron heridas cerca de puntos de distribución de alimentos respaldados por Israel y Estados Unidos en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Según testigos presenciales, las fuerzas israelíes abrieron fuego sobre una multitud desesperada que se acercaba a los sitios de reparto. El ejército israelí no comentó inmediatamente sobre el incidente.

“Había heridos, muertos y mártires”, relató con tristeza Ahmed al-Masri. “Es una trampa”, añadió.

Los nuevos centros de distribución: entre promesas y balas

Desde mayo, se han establecido tres centros de distribución con el apoyo del ejército israelí y el gobierno de Estados Unidos, gestionados por la Gaza Humanitarian Foundation. Estos tienen como objetivo reemplazar, progresivamente, el sistema de ayuda humanitaria administrado por las Naciones Unidas. No obstante, las controversias han rodeado la instalación y operación de estos centros.

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), al menos 100 personas han muerto o resultado gravemente heridas en las proximidades de estos puntos en el último mes debido a disparos. Médicos locales señalan que muchos heridos no logran llegar a los hospitales debido al caos reinante.

Una población al borde de la hambruna

Gaza lleva más de veinte meses inmersa en una guerra devastadora desde el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre de 2023, un evento que dejó 1,200 israelíes muertos y desencadenó una furiosa campaña militar de Israel.

Desde entonces, más de 55,000 palestinos han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, y aproximadamente el 90% de la población ha sido desplazada. La infraestructura agrícola está prácticamente destruida, lo que ha provocado una dependencia casi total de la ayuda internacional para sobrevivir. Expertos en seguridad alimentaria como el World Food Programme alertan que Gaza enfrenta un riesgo extremo de hambruna.

¿Una solución controlada?: el conflicto entre la ONU y la Gaza Humanitarian Foundation

La implementación del sistema alternativo de distribución promovido por EE.UU. e Israel ha sido duramente cuestionada por la ONU. Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general António Guterres, señaló: “Ese sistema es incompatible con los principios humanitarios básicos de neutralidad e imparcialidad”.

Estos nuevos puntos de ayuda están ubicados en territorios bajo control militar israelí y son inaccesibles para los medios independientes. Esto incrementa la percepción de que se trata de una herramienta más de control poblacional. Incluso organizaciones como Amnistía Internacional han señalado que este tipo de medidas pueden constituir una forma de castigo colectivo.

“Nadie puede hablar libremente desde esos centros. Hay miedo, disparos, confusión”, afirmó Umm Hosni al-Najjar, otra testigo del tiroteo en Rafah.

El desplazamiento inducido: otra forma de despojo

Una de las críticas más fuertes que se ha levantado contra el nuevo sistema de distribución es el riesgo de desplazamiento masivo. Los tres centros ubicados al sur de la Franja, incluyendo dos en Rafah, obligan a la población hambrienta a migrar de sus ya precarias ubicaciones hacia zonas militarizadas, exacerbando la crisis humanitaria en curso.

El Consejo Noruego para Refugiados indicó que “la localización de los centros parece diseñada no para facilitar ayuda, sino para condicionar el movimiento de la población y ejercer presión psicológica y territorial”.

Censura y narrativa oficial

A pesar de los reportes de violencia casi diaria, la Gaza Humanitarian Foundation ha negado que haya habido actos violentos en o alrededor de sus instalaciones. Su comunicado más reciente insta a los ciudadanos palestinos a no apartarse de las “rutas designadas”.

Esto ha sido duramente criticado por organizaciones internacionales, quienes aseguran que la censura y el acceso limitado a medios imposibilita verificar la veracidad de tales afirmaciones. A su vez, Israel ha justificado acciones tomando como argumento que supuestos “sospechosos” se acercan a sus tropas.

¿Qué dicen las cifras?

  • 55,000+ muertos en Gaza según el Ministerio de Salud local
  • 1,200 israelíes muertos en el ataque de octubre 2023
  • 90% de la población gazatí desplazada
  • Al menos 53 rehenes siguen en manos de Hamás
  • 20,000 supuestos militantes han sido eliminados según Israel (sin evidencia para corroborarlo)

La ayuda como instrumento político

El uso de la ayuda humanitaria como herramienta de presión no es nuevo en conflictos armados. Sin embargo, lo que ocurre en Gaza parece llevar ese principio más allá. EE.UU. y sus aliados buscan sustituir la distribución de ayuda de la ONU por una estructura directamente vinculada al aparato militar israelí, lo que anula la neutralidad del proceso.

Esto abre un debate fundamental sobre la politización de la ayuda humanitaria. ¿Se puede confiar en un sistema que depende del beneplácito de uno de los actores en conflicto? ¿Es moral implementar una red de ayuda que solo llega a quienes cruzan zonas de peligro extremo?

Testimonios de desesperación

“Fui a las cinco de la mañana. Dispararon sobre la multitud sin previo aviso. Todos caían”, relató Ibrahim Suleiman, quien perdió a su hermano en el tiroteo.

“Las mujeres gritaban, los hombres corrían por comida. Era un infierno”, agregó Fátima Al-Saleh, una madre de tres hijos que quedó herida.

Estos testimonios coinciden con denuncias documentadas por Médicos Sin Fronteras y la Cruz Roja Internacional, quienes han reportado ataques sistemáticos contra civiles que acuden a recibir ayuda.

¿Humanitarismo o geopolítica? Una línea cada vez más delgada

Lo que ocurre actualmente en Gaza refleja la creciente instrumentalización de los derechos humanos y los principios humanitarios. Estados Unidos, bajo el argumento de prevenir “el uso indebido” de la ayuda por parte de Hamás, ha promovido un sistema que los críticos catalogan como hostil, jerárquico y deshumanizante.

Mientras tanto, la ONU insiste en que no hay pruebas fehacientes de que Hamás haya controlado de manera sistemática la ayuda distribuida por las agencias humanitarias.

La pregunta inevitable es: ¿cuál es el verdadero propósito de estos nuevos centros? ¿Salvar vidas, o reconfigurar la geografía humana de Gaza para futuros objetivos militares o diplomáticos?

Una crisis sin fin a la vista

El conflicto entre Israel y Palestina ha sido históricamente complejo, pero lo que presenciamos hoy en Gaza imprime una nueva capa de urgencia y horror. Controlar el acceso a comida se ha convertido en parte del arsenal.

Ante este panorama, el mundo debe preguntarse: ¿hasta qué punto puede permitirse usar la ayuda humanitaria como arma de guerra? Y más importante aún: ¿por qué tantas voces poderosas guardan silencio?

La ayuda que mata no es ayuda. La caridad bajo fuego no es caridad. Es otro frente de batalla.

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Este artículo fue redactado con información de Associated Press