Benfica y Boca Juniors estallan en un partidazo de alto voltaje en Miami

Di María y Otamendi salvan a los portugueses en un empate 2-2 contra un Boca combativo, en un duelo que incluyó tres expulsiones, ambiente hostil e intensidad al límite

Por: Miguel Ledesma

Un enfrentamiento de alto voltaje en la tierra del fútbol globalizado

El Hard Rock Stadium de Miami Gardens fue el escenario de uno de los encuentros más electrizantes de la Copa Mundial de Clubes 2025. Benfica, histórico gigante portugués, se midió ante un Boca Juniors que llegó a tierras norteamericanas con todo el respaldo de su gigantesca hinchada. A pesar de ir ganando por dos tantos, los xeneizes no lograron mantener la ventaja y empataron 2-2 en un partido repleto de emociones, polémicas y expulsiones.

Un Boca arrollador en el arranque

El abanico ofensivo de Boca Juniors se abría con rapidez y eficacia. Miguel Merentiel, ex Palmeiras y Nacional, abrió el marcador al minuto 21 con un remate ajustado ante la tibia defensa portuguesa. Apenas seis minutos después, Rodrigo Battaglia amplió la ventaja con un cabezazo certero tras un tiro de esquina perfectamente ejecutado. Boca parecía tener el partido bajo control antes de que Benfica comenzara a reaccionar.

Benfica encontró el alma a tiempo: penal de Di María y empate agónico

La reacción portuguesa llegó al filo del descanso. Tras una revisión del VAR, el árbitro mexicano César Ramos sancionó penalti por una imprudente rodilla levantada de Carlos Palacios sobre Nicolás Otamendi. El encargado de ejecutarlo no fue otro que Ángel Di María, el campeón del mundo con Argentina y exjugador de Rosario Central, Real Madrid y PSG, quien no falló.

La gesta de Benfica se consumó en el minuto 84 con el gol del propio Otamendi, quien con un potente cabezazo en el primer palo tras un córner silenció parcialmente a los hinchas de Boca.

Un juego áspero marcado por las tarjetas

El partido terminó manchado —o intensificado, dependiendo del espectador— por su alto grado de fricción e intensidad. Se registraron tres tarjetas rojas y más de 20 faltas cometidas. Entre las acciones destacadas:

  • Ander Herrera fue expulsado al minuto 44, tras ser sustituido por lesión y luego protestar airadamente el penal sancionado.
  • Andrea Belotti, delantero de Benfica, vio la roja directa tras dar una patada alta que impactó la cabeza del defensor Ayrton Costa (72').
  • Nicolás Figal fue el último en irse antes del pitazo, por una agresiva entrada a Florentino Luis en el minuto 88.

El resultado final, aunque justo por lo visto en el campo, dejó con sabor amargo a muchos apoyantes de Boca, que veían precedente una victoria categórica sobre uno de los grandes de Europa.

Ambiente “de local” para Boca... en Miami

Los 55,574 espectadores que colmaron el estadio no dejaron lugar a dudas: el espíritu de la Bombonera viajó intacto a suelo estadounidense. La hinchada de Boca Juniors superó en número y en decibeles a los simpatizantes de Benfica. Cantos, banderas, bombos y papelitos —en pleno estilo sudamericano— envolvieron el partido de una atmósfera única. No fue casual la presencia de seguridad reforzada, incluyendo unidades policiales altamente armadas para controlar posibles desbordes.

Sin embargo, lo más caliente ocurrió donde debía: en el terreno de juego.

¿Un Boca con nuevos bríos?

Este partido representa un respiro para un Boca Juniors que viene de una temporada decepcionante en la Primera División Argentina y en la Copa Libertadores. La entrega exhibida en el campo, sobre todo en la primera mitad, es una muestra de que el equipo de la Ribera puede encontrar en este mundial una forma de rehabilitación competitiva y emocional.

El próximo reto para los dirigidos por Diego Martínez será nada menos que el Bayern de Múnich. Un gigante europeo que arrolló a Auckland City en su debut. La vara estará altísima: contener el poderío bávaro será una prueba de fuego para los argentinos.

Benfica, irregular pero con corazón europeo

Para Benfica, este empate debe servir como una advertencia y como aprendizaje. El cuadro lisboeta fue irregular, perdió demasiados balones sin presión y mostró un mediocampo desconectado. Sin embargo, el temple de figuras como Di María, Otamendi y el surgimiento de jóvenes como Samuel Dahl garantiza que los de Rui Costa puedan seguir peleando con seriedad.

Su segundo encuentro será ante Auckland City, el único equipo semiprofesional del torneo, vapuleado ya por el Bayern. El defensor Dahl fue claro: “Será una nueva experiencia, por supuesto vimos el resultado ante Bayern y tenemos que hacer lo mismo”.

Reflexiones tras un encuentro cargado de fútbol y emociones

Lo vivido en la cálida noche de Miami Gardens fue mucho más que un empate internacional. Fue una muestra del espíritu competitivo que aún albergamos en el corazón del fútbol de clubes, a pesar de las lógicas diferencias entre ligas, presupuestos y estilos. Fue también un recordatorio de que el público latinoamericano —sobre todo el argentino— puede seguir transformando cualquier estadio en una segunda casa.

Como dijo el mediocampista Alan Velasco de Boca Juniors, tras el pitazo final: “Este fue un partido donde hay dos equipos enormes, y van a dejar todo cada vez que tocan la pelota”. Una síntesis perfecta de lo que debe ser cada duelo en un campeonato de esta envergadura.

Esperamos con ansias el resto de este Mundial de Clubes que promete enfrentamientos memorables, emociones a flor de piel, y la consagración de un nuevo campeón mundial en el teatro global del fútbol moderno.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press