Israel e Irán al borde del abismo: el giro dramático en la política israelí bajo el fuego cruzado
La oposición israelí se une momentáneamente a Netanyahu tras el ataque a Irán, mientras el país enfrenta uno de sus momentos más críticos en décadas
Unidad forzada en tiempos de crisis
La política israelí atraviesa una de sus etapas más convulsas en las últimas décadas. En un giro inesperado, los líderes de la oposición, quienes durante meses han fustigado al primer ministro Benjamin Netanyahu, han cerrado filas en torno al gobierno tras los recientes ataques israelíes contra blancos estratégicos en Irán. Esta decisión se produce en medio de un conflicto en expansión que conecta los frentes en Gaza, Líbano e Irán.
El trasfondo: una nación polarizada
Desde hace más de un año, Israel ha estado inmerso en una profunda crisis política y militar. Todo comenzó con el brutal ataque liderado por Hamas el 7 de octubre de 2023, el más mortífero en la historia de Israel. A ello le siguieron operaciones en Gaza, combates intermitentes con Hezbollah en el norte y un deterioro de la imagen de Netanyahu, quien se enfrenta a varios cargos de corrupción y lidera una coalición con partidos ultraortodoxos y de ultraderecha.
En este contexto, la oposición encabezada por Yair Lapid, ex primer ministro y líder del partido centrista Yesh Atid, ha sido una feroz crítica del rumbo que ha tomado el mandatario. Lapid llegó a pedir elecciones anticipadas y acusó al primer ministro de anteponer sus intereses políticos sobre la seguridad nacional.
El ataque a Irán: una maniobra de alto riesgo
La escalada se intensificó cuando Israel, de manera unilateral, lanzó una ofensiva contra objetivos clave en Irán: líderes militares, instalaciones de enriquecimiento de uranio y científicos nucleares. Estas acciones, justificadas por el peligro que según Israel representa un Irán nuclear, han reconfigurado de forma instantánea las alianzas internas dentro del país.
“Este no es el momento para hacer política”, aseguró Lapid durante una entrevista con medios internacionales. Y agregó: “Necesitamos enfrentar una amenaza existencial primero. Luego discutiremos cómo reconstruimos la democracia israelí”.
Golpe directo: el conflicto se vuelve personal
El conflicto escaló aún más cuando Irán respondió atacando objetivos en Israel. Uno de estos misiles impactó cerca de la vivienda del hijo de Lapid. Si bien no había personas en el lugar, el suceso marcó un punto de inflexión: los líderes políticos israelíes comenzaron a actuar como un bloque unido frente al enemigo común.
“No nos alineamos con el gobierno”, dijo Lapid, “nos alineamos con la necesidad de actuar cuando la situación lo requería”.
Netanyahu: de criticado a respaldado (por ahora)
Benjamin Netanyahu, quien gobierna casi de forma ininterrumpida desde 2009, ha sido una figura divisiva. Sus críticos argumentan que ha usado el conflicto prolongado en Gaza como una estrategia para evitar elecciones y conservar el poder. Sin embargo, en los momentos de guerra, suele experimentar un repunte fugaz en su popularidad.
Durante operaciones previas, como las incursiones contra Hezbollah, Netanyahu logró un repunte temporal en los sondeos. Datos recientes indican que, antes del ataque a Irán, su coalición tenía pocas probabilidades de ganar una nueva elección. El partido de Lapid, segundo en la Knesset con 24 escaños, también ha visto caer su apoyo.
“Benjamin Netanyahu es un rival político amargo”, dijo Lapid. “Creo que no es el hombre adecuado para dirigir el país. Pero en esto tenía razón”.
Las razones detrás del respaldo opositor
- Unidad nacional en tiempos de guerra: Una tradición israelí no escrita plantea que en tiempos de conflicto, la oposición deja de lado las disputas políticas.
- Peligro inminente: La posibilidad de que Irán alcance capacidades nucleares armadas cambia el paradigma para todos los partidos.
- Presión internacional: Estados Unidos y aliados occidentales observan con atención el equilibrio interno israelí.
Irán y su programa nuclear: ¿amenaza o pretexto?
Irán, por su parte, afirma que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Sin embargo, informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) han demostrado en el pasado la existencia de sitios no declarados y niveles de enriquecimiento superiores al 60%, lo cual muchos consideran un umbral preocupante.
Israel sostiene que permitir que Teherán alcance tecnología militar atómica es inaceptable. “Un Irán nuclear cambiaría radicalmente la geopolítica del Medio Oriente”, afirman desde la administración israelí.
¿Y la población civil?
El conflicto ya ha afectado a miles de civiles en ambos países. En Irán, muchos científicos y oficiales de alto rango han muerto o desaparecido tras las operaciones israelíes. En Israel, ataques con misiles han dejado víctimas y provocado una nueva ronda de evacuaciones, particularmente en las regiones del sur y centro del país.
“Mi casa tiembla cada madrugada”, dijo una residente de Ashkelon al medio Haaretz. “Cada sirena se siente como si trajera consigo el fin del mundo”.
El efecto sobre Gaza
La operación contra Irán ha disminuido momentáneamente la atención sobre la guerra en Gaza, donde más de 35,000 personas han muerto desde octubre de 2023, según cifras de fuentes palestinas y organizaciones humanitarias. La ayuda humanitaria sigue siendo escasa y el sistema hospitalario está colapsando.
Lapid ha exigido repetidamente que Netanyahu firme un acuerdo con Hamas para liberar a los rehenes y permitir pausas humanitarias, pero sin resultados concretos hasta ahora.
¿Un nuevo consenso nacional?
Por primera vez en meses, los partidos más importantes del país —desde la derecha sionista religiosa hasta el centro-izquierda— han encontrado un punto de convergencia: frenar el avance nuclear de Irán. Sin embargo, esta tregua parece tener fecha de caducidad. Muchos analistas creen que, una vez disminuya la amenaza iraní, volverán las presiones para convocar elecciones y debatir el rumbo del país.
La polarización no ha desaparecido. Solo ha quedado congelada por una tormenta mayor.