El Estrecho de Ormuz bajo amenaza: entre conflictos geopolíticos y riesgos marítimos
Un análisis de la creciente vulnerabilidad del punto más estratégico del comercio petrolero mundial
Una zona crítica para el suministro mundial de petróleo
El Estrecho de Ormuz es uno de los puntos de tránsito marítimo más importantes del planeta. Situado entre Omán e Irán, este estrecho conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el mar Arábigo, siendo la única ruta marítima desde los grandes productores de petróleo del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Irak) hacia los mercados mundiales.
Según datos de la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA), alrededor del 20% del petróleo mundial (unos 20 millones de barriles diarios en 2024) cruza este estrecho cada día. Esta cifra lo convierte en el principal cuello de botella del comercio energético global, por encima de otros pasos estratégicos como el Canal de Suez o el estrecho de Malaca.
Colisión en el Golfo de Omán: un nuevo recordatorio del riesgo
El pasado martes, un incidente en el Golfo de Omán –a pocos kilómetros del estrecho– activó las alarmas. El buque petrolero ADALYNN, con rumbo a Egipto a través del Canal de Suez, chocó con otra embarcación, provocando una evacuación de emergencia de 24 personas por parte de la Guardia Nacional de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Si bien el incidente no fue considerado un ataque o acto de sabotaje, el contexto actual hace que cualquier percance en la zona tenga implicaciones mayores. La firma británica de seguridad marítima Ambrey descartó motivos de seguridad tras el incidente, pero las tensiones geopolíticas y militares cercanas siguen generando preocupación global.
Israel vs Irán: una tensión que acecha al petróleo
Desde los ataques de Israel a instalaciones iraníes el pasado 13 de junio, muchos analistas temen una represalia de Teherán en forma de bloqueo del estrecho. Esta sería una jugada con graves consecuencias económicas, ya que cortaría el flujo de crudo desde el Golfo Pérsico.
“Si Irán decide cerrar el Estrecho de Ormuz, podría provocar un aumento del petróleo hasta los 150 dólares por barril en semanas, generando un shock energético a escala global” – Daniel Yergin, historiador y experto en energía.
En medio del conflicto, buques tanque y cargueros comerciales reportaron problemas de navegación y señales GPS inconsistentes en la zona el fin de semana pasado. Algunos operadores han aumentado la seguridad o cancelado rutas por completo.
De hecho, Frontline, la mayor empresa pública de transporte de crudo del mundo, anunció que no aceptará nuevos contratos que impliquen atravesar el Estrecho de Ormuz, según un reporte del Financial Times.
Impacto directo sobre los mercados
Como era de esperarse, los precios del petróleo reaccionaron con fuerza. El crudo Brent subió por encima de los 87 USD por barril tras conocerse la evacuación de 330,000 personas en Teherán y el incremento de tensiones militares. Los futuros del West Texas Intermediate (WTI) también mostraron fuertes alzas ante la posible disrupción de suministro.
Los inversionistas y traders operan con creciente cautela, apostando por activos seguros como el oro y el dólar, mientras países consumidores se preparan para eventuales aumentos de costos de importación de energía.
El Estrecho como herramienta de poder
Irán ha utilizado históricamente la amenaza sobre el Estrecho de Ormuz como una carta en la mesa diplomática. En 2011, durante las negociaciones del acuerdo nuclear, altos mandos del ejército iraní amenazaron con cerrarlo en caso de que EE.UU. impusiera sanciones petroleras.
Hoy, en pleno 2024, la situación es igual o más volátil. Con la guerra encendida entre Israel e Irán, y la incertidumbre sobre las posibles acciones de ambos lados, el Estrecho vuelve a proyectarse como un posible punto de quiebre del abastecimiento global.
Perspectiva histórica: bloqueos y amenazas anteriores
Desde hace décadas, el Estrecho de Ormuz ha estado en el centro de conflictos o amenazas militares:
- 1984-88: En plena guerra entre Irán e Irak, ambos países atacaron buques cisterna en lo que se conoció como la "Guerra de los Tanqueros".
- 2008: EE.UU. acusó a embarcaciones iraníes de hostigar a navíos estadounidenses en el estrecho.
- 2012: Irán amenazó formalmente con cerrar el estrecho si se aplicaban sanciones al Banco Central iraní.
- 2019: Una serie de ataques a buques petroleros fueron atribuidos a Teherán por EE.UU., provocando respuestas militares y mayor vigilancia en la zona.
¿Una solución diplomática en el horizonte?
La comunidad internacional ha intentado por años garantizar la seguridad de esta zona. Misiones navales lideradas por EE.UU., Reino Unido, Francia e incluso países asiáticos aseguran patrullas y escoltas para cargueros. Sin embargo, ninguna medida ha eliminado del todo el peligro.
Un vocero del Departamento de Estado estadounidense declaró recientemente que “Estados Unidos está comprometido con mantener libre el paso marítimo en Ormuz y responderá ante cualquier intento de bloquearlo con medidas enérgicas”.
China, gran consumidor del petróleo del Golfo, también habría ofrecido mediar entre Israel e Irán para evitar una escalada. Al mismo tiempo, diplomáticos europeos buscan reactivar canales de negociación nuclear que reduzcan el riesgo de una guerra total.
¿Qué alternativas existen a Ormuz?
Algunos países productores ya han intentado diversificar las rutas de exportación para reducir la dependencia del Estrecho:
- Arabia Saudita opera el oleoducto Petroline, que va desde Abqaiq hasta el puerto de Yanbu en el mar Rojo, evitando Ormuz.
- Emiratos ha inaugurado el oleoducto Habshan-Fujairah, llevando crudo hasta el Golfo de Omán sin pasar por el estrecho.
No obstante, estas rutas alternativas aún no tienen la capacidad para reemplazar completamente el volumen comercial de Ormuz, y siguen siendo vulnerables a ciberataques o sabotajes.
Una tormenta perfecta: geopolítica, cadena de suministro e incertidumbre
El caso del buque ADALYNN no solo visibiliza los peligros inherentes a una zona plagada de conflictos, sino que fortalece la advertencia que muchos expertos repiten con insistencia: la seguridad energética mundial pende de un hilo en Ormuz.
Con el recrudecimiento de la guerra indirecta Israel-Irán, el debilitamiento de acuerdos multilaterales y el baile inestable de precios energéticos, el mundo se acerca una vez más a una nueva encrucijada estratégica. En este laberinto de intereses y amenazas, el Estrecho de Ormuz podría ser el epicentro del próximo terremoto económico global.