Cuidado de afirmación de género: el nuevo epicentro de la batalla cultural en EE.UU.

Tras el fallo de la Corte Suprema que avala la prohibición en Tennessee, crece la controversia sobre los derechos de los jóvenes trans y el papel del gobierno federal

Una nueva polémica ha reavivado la guerra cultural en Estados Unidos: la Corte Suprema ha validado la ley de Tennessee que prohíbe ciertas prácticas médicas dirigidas a jóvenes transgénero. Este fallo será decisivo no sólo para las personas directamente impactadas, sino también para la forma en que se legisla y se ejerce la medicina en los próximos años.

¿Qué es el cuidado de afirmación de género?

El cuidado de afirmación de género se refiere a una serie de servicios médicos y psicológicos destinados a apoyar a las personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer. Aunque la atención puede variar dependiendo de la edad, entre los tratamientos comunes se incluyen:

  • Terapia psicológica especializada.
  • Bloqueadores de la pubertad, usualmente reversibles.
  • Terapias hormonales, como testosterona o estrógenos para generar características secundarias deseadas.
  • Cirugías de reasignación (raramente aplicadas a menores).

Estas prácticas buscan mitigar el impacto del malestar de género —también llamado disforia de género—, una condición reconocida por instituciones médicas como la Asociación Americana de Psiquiatría y la Organización Mundial de la Salud. Sin tratamiento, las personas trans jóvenes pueden experimentar ansiedad severa, depresión e incluso tendencias suicidas.

El fallo de la Corte Suprema: ¿qué dice y qué implica?

Con una mayoría encabezada por el presidente de la Corte, John Roberts, el tribunal dictaminó que la ley de Tennessee no viola la cláusula de igualdad de protección de la Constitución. Esta decisión mantiene la vigencia de una legislación que restringe la atención médica para menores transgénero, bajo el argumento de protección infantil.

La medida forma parte de una ola de iniciativas impulsadas por legislaturas republicanas en al menos 27 estados. Muchas de estas leyes ya están siendo desafiadas en tribunales estatales, pero el fallo de la Corte Suprema envía un contundente mensaje: los desafíos constitucionales federales enfrentan límites cada vez más rígidos.

Los números detrás del debate

Contrario a lo que muchas campañas políticas sugieren, menos del 0.1% de los menores en EE.UU. reciben alguna forma de cuidado de afirmación de género. Un estudio publicado por el Children’s Hospital of Philadelphia y otras instituciones en 2023 concluyó que menos de 1 de cada 1,000 adolescentes estaban tomando tratamientos hormonales como parte de su transición.

Además, las intervenciones quirúrgicas en menores son excepcionalmente raras. “La mayoría de las transiciones sociales y médicas se limitan a cambios no permanentes,” afirma la doctora Johanna Olson-Kennedy, experta en salud adolescente del Children’s Hospital Los Angeles.

Un conflicto político más que médico

Las instituciones médicas más reconocidas de Estados Unidos, como la Academia Americana de Pediatría y la Asociación Médica Estadounidense, respaldan el uso de tratamientos médicos para jóvenes trans como parte de normas éticas y científicas. Sin embargo, el clima político ha hecho que estos cuidados se conviertan en blanco de campañas legislativas.

Según una encuesta realizada por el Center for Public Affairs Research en mayo, dos tercios de los adultos en EE.UU. creen que el género está definido por la biología al nacer, lo cual demuestra un desfase entre el consenso médico y la percepción pública.

Trump, los derechos trans y la agenda conservadora

La nueva victoria judicial se produce en medio de una campaña más amplia impulsada por el expresidente Donald Trump, quien ha vuelto al poder con una agenda explícita: restringir los derechos de las personas trans en todos los ámbitos.

Entre las medidas promovidas o implementadas por su administración se encuentran:

  • La prohibición del uso de fondos federales para tratamientos médicos trans en menores.
  • El intento de bloquear fondos públicos a hospitales y universidades que ofrecen estos servicios.
  • La exclusión de personas trans del ejército estadounidense.
  • Restricciones en deportes escolares, eliminando la participación de mujeres trans.
  • Iniciativas para limitar o eliminar el uso del marcador de género preferido en documentos oficiales como pasaportes.

Estas acciones buscan reforzar una visión biologicista del género que choque frontalmente con las actuales interpretaciones de derechos humanos y diversidad.

¿Qué pasa con los estados que protegen estos cuidados?

En paralelo, estados como California, Illinois y Nueva York han promulgado leyes "escudo" para proteger el acceso al cuidado de afirmación. Estas normas garantizan que los menores y sus familias no enfrenten enjuiciamientos si viajan para recibir atención en esos estados.

No obstante, la validez de esas leyes podría ser impugnada, especialmente si las decisiones comienzan a enfrentarse a estándares constitucionales reinterpretados por una corte cada vez más conservadora.

La hipocresía legislativa: ¿proteger o castigar?

Los defensores de las prohibiciones argumentan que buscan proteger a los menores “de decisiones que podrían lamentar más adelante”. Sin embargo, estudios recientes muestran que menos del 1% de las personas trans que accedieron a tratamientos médicos dicen arrepentirse.

“Estas leyes no protegen a los niños, los expone a riesgos reales de salud mental y física,” dijo en un comunicado la doctora Jack Turban, psiquiatra de la Universidad de Columbia especializado en salud LGBTQ+.

Incertidumbre futura: ¿y ahora qué?

La decisión de la Corte Suprema probablemente impulsará a más legislaturas estatales republicanas a instaurar restricciones similares. Pero el asunto no está cerrado. Como algunas demandas se apoyan en cláusulas más robustas de las constituciones estatales, aunque no triunfen en tribunales federales, podrían prosperar a nivel estatal.

Paralelamente, aún deben resolverse otras demandas significativas; por ejemplo, si los estados pueden negar el acceso a baños o deportes conforme a la identidad de género, o requerir verificación de edad en sitios web de contenido adulto.

¿Un ataque más amplio a la diversidad?

La batalla por el cuidado de afirmación es solo la punta del iceberg. En varios distritos escolares conservadores, se están prohibiendo libros que incluyen personajes LGBTQ+, alegando que promueven una “ideología”.

“Esto ya no es solo una reacción a la medicina. Es un intento estructurado de borrar personas del espacio público”, dice la escritora transgénero Julia Serrano. Su postura es compartida por organizaciones como Human Rights Campaign y ACLU (Unión Estadounidense de Libertades Civiles).

¿Qué dice la historia?

Vale la pena recordar que la primera cirugía de reasignación genital documentada en adultos ocurrió en la década de 1920. Desde entonces, los avances médicos y sociales han recorrido un largo camino. Durante los años 90, comenzaron los primeros protocolos para menores, con comités éticos supervisando cada paso.

Negar estos servicios hoy contradice no solo el conocimiento acumulado, sino las libertades individuales que el país históricamente ha defendido.

La batalla legal puede haberse vuelto cuesta arriba, pero la lucha por la equidad, la ciencia y los derechos humanos sigue en pie.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press