El despertar del Lewotobi Laki Laki: caos volcánico en Indonesia

Con una columna de cenizas visible a 150 kilómetros, la erupción obligó a evacuar aldeas y canceló decenas de vuelos en Bali. Este fenómeno reabre el debate sobre la preparación ante desastres naturales en el cinturón de fuego del Pacífico.

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Una furia volcánica que paraliza el paraíso indonesio

Indonesia, un país de archipiélagos volcánicos y belleza exuberante, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán natural. El volcán Lewotobi Laki Laki, ubicado en la isla de Flores, ha entrado en una fase eruptiva crítica durante los últimos días, generando una serie de eventos que afectan tanto a comunidades locales como a viajeros internacionales.

Las erupciones múltiples que se produjeron entre el martes y miércoles elevaron columnas de ceniza de hasta 10.000 metros (más de 32.800 pies) sobre el cráter, alcanzando proporciones visibles desde 150 kilómetros de distancia, formando una clásica nube en forma de hongo que dejó una estampa apocalíptica sobre la región.

Alerta máxima y evacuaciones masivas

El Centro de Vulcanología de Indonesia reaccionó elevando el nivel de alerta al máximo el pasado martes. La zona de peligro fue ampliada a 8 kilómetros alrededor del cráter. Incluso el personal que monitorea la actividad fue evacuado del puesto de observación ubicado a sólo 7 kilómetros debido a la lluvia de grava volcánica.

Las poblaciones más afectadas incluyen las aldeas de Boru, Hewa, Watobuku y Nurabelen, cuya población fue trasladada a zonas seguras como Konga y Nileknoheng. La Agencia Nacional de Mitigación de Desastres informó que muchas familias abandonaron sus hogares y ahora se encuentran en refugios temporales.

“Algunas residentes también se han trasladado a la aldea Nileknoheng, a 12 kilómetros del cráter”, informó Abdul Muhari, vocero de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres.

El precio turístico de un volcán activo

La erupción no solo afecta a las comunidades locales. Decenas de vuelos fueron cancelados en el Aeropuerto Internacional I Gusti Ngurah Rai de Bali, destino turístico clave para viajeros de Australia, Malasia, India y China. Entre las aerolíneas afectadas se encuentra Jetstar, que tiene operaciones diarias hacia Australia, y Air New Zealand, que suspendió su vuelo de regreso a Auckland.

El tráfico aéreo también se paralizó en el aeropuerto internacional de Labuan Bajo, otra joya turística de Indonesia situada en la isla principal de Flores, aunque este último se mantiene operativo con restricciones.

La paralización de vuelos generó una cadena de inconvenientes para miles de viajeros, muchos de los cuales quedaron varados en aeropuertos sin fecha clara de reanudación.

Una amenaza constante bajo territorios paradisíacos

El Lewotobi Laki Laki no es un extraño para los indonesios. Se trata de un volcán gemelo junto a su contraparte femenina, el Lewotobi Perempuan. Ambos han registrado actividad en múltiples ocasiones recientes; la más trágica en noviembre de 2023, cuando una erupción mató a nueve personas y dejó varios heridos. También presentó actividad en marzo de este año.

Con una elevación de 1.584 metros (5.197 pies), este sistema volcánico forma parte del “Anillo de Fuego del Pacífico”, donde convergen las placas tectónicas más activas del planeta, generando intensos movimientos sísmicos y erupciones frecuentes.

Estadísticas volcánicas de un país en ebullición

  • Indonesia cuenta con 120 volcanes activos.
  • Al menos 4 millones de personas viven en zonas cercanas a volcanes con alta actividad.
  • Según el Global Volcanism Program, el país ha registrado más de 1.500 erupciones significativas desde el siglo XVIII.
  • Indonesia lidera el mundo en cuanto a número de volcanes con erupciones registradas.

¿Estamos preparados para lo inevitable?

Esta nueva erupción del Lewotobi Laki-laki abre interrogantes sobre la capacidad del gobierno indonesio y de la comunidad internacional para manejar crisis naturales en zonas sísmicamente activas.

Las fuerzas de emergencia han actuado con celeridad en la evacuación de pueblos y cierre de zonas de riesgo, pero se evidencian carencias estructurales en cuanto a infraestructura de refugios, rutas de evacuación y comunicación de alertas tempranas. Si bien no se han reportado víctimas esta vez, la amenaza subyacente sigue latente y los recursos locales se encuentran al límite.

“Es hora de que consideremos la educación sobre riesgos volcánicos como una prioridad nacional”, señaló Sutopo Purwo Nugroho, ex vocero de la agencia de manejo de desastres, fallecido en 2019 pero recordado como una de las voces más activas en promover la preparación ante desastres.

Una historia que se repite en el paraíso

Indonesia, con sus 270 millones de habitantes, está situada en una región de excepcional fragilidad geológica. Desde el desastre del Anak Krakatoa en 2018 que generó un tsunami mortal, hasta la emblemática erupción del Monte Tambora en 1815 —la más poderosa registrada en tiempos modernos—, la historia volcánica del país ha dejado una huella imborrable en su identidad.

La coexistencia entre la belleza natural y el desastre potencial es la tónica diaria de sus poblaciones. Los volcanes convierten el suelo en fértil y alimentan mitos y creencias, pero también representan un recordatorio constante de la fuerza de la naturaleza.

Impactos a largo plazo: medio ambiente y economía

Las consecuencias de esta erupción van más allá de vuelos cancelados. Las cenizas volcánicas pueden afectar la calidad del aire y el agua, provocar enfermedades respiratorias y destruir cultivos. Ganaderos y agricultores locales ven en la actividad volcánica una amenaza directa a su sustento.

Además, la industria del turismo, que representa más del 5% del PIB indonesio, sufre un duro golpe al cancelarse reservas, clausurarse vuelos y extenderse en redes sociales imágenes alarmantes. Esto puede generar una caída temporal en el arribo de turistas tanto nacionales como internacionales.

Reflexión: ¿debemos admirar o temer a los volcanes?

La erupción del Lewotobi Laki Laki es una muestra de cómo el equilibrio entre lo sublime y lo destructivo gobierna gran parte del archipiélago indonesio. Estos imponentes guardianes de la naturaleza no solo moldean físicamente las islas, sino también cultural, social y espiritualmente a sus habitantes.

La pregunta que queda flotando en el ambiente cargado de cenizas es: ¿estamos realmente listos para integrar esta presencia volcánica en nuestro modelo de desarrollo sostenible? Porque así como suponen un riesgo, los volcanes también ofrecen oportunidades en forma de turismo, energías geotérmicas y tierras fértiles.

Una erupción puede durar días, pero sus consecuencias resuenan durante años.

La historia continúa escribiéndose bajo el fuego y la ceniza de Lewotobi Laki Laki, donde la madre tierra recuerda que aún tiene voz, y grita con una nube visible a 150 kilómetros de distancia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press