La detención de Mario Guevara: cuando informar se convierte en un crimen

La preocupante erosión de la libertad de prensa en EE. UU. y el caso del periodista salvadoreño detenido por cubrir una protesta

Un periodista entre rejas por hacer su trabajo

El reciente arresto del periodista salvadoreño Mario Guevara ha provocado indignación entre defensores de los derechos humanos, periodistas y activistas. Guevara, conocido por su incansable cobertura de temas migratorios en el área metropolitana de Atlanta, fue detenido por la policía del condado de DeKalb mientras cubría una protesta contra políticas de la administración Trump. Ahora enfrenta posibles procesos de deportación, pese a tener permiso de trabajo y residencia en trámite.

Este no es solo el caso aislado de un reportero en problemas. Es un reflejo escalofriante de cómo la libertad de prensa puede ser vulnerada en un país que históricamente se ha enorgullecido de protegerla. Lo que permanece en juego con la detención de Guevara es mucho más que su estatus migratorio: es el derecho fundamental de los periodistas a informar sin miedo a represalias.

Una protesta, una cámara, una detención

El sábado en cuestión, Guevara se encontraba en una manifestación en el condado de DeKalb, Georgia, transmitiendo en vivo a través de sus redes sociales. Vestía un chaleco con la palabra “PRESS” claramente visible, y se identificó como periodista ante los oficiales. Aun así, fue arrestado con cargos de obstrucción a la policía, asamblea ilegal y acceso indebido a la carretera. En su video, se le ve sobre una acera, sin indicios de violencia o confrontación.

Posteriormente, fue transferido a la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), a pesar de que su abogado, Giovanni Díaz, afirmó que Guevara tiene autorización legal para trabajar y residir en EE.UU., y que tiene una solicitud pendiente de residencia permanente.

La arbitrariedad de su detención ha sido fuertemente criticada por organizaciones como el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), cuya coordinadora para EE. UU., Katherine Jacobsen, declaró: “Su detención en curso señala una alarmante erosión de la libertad de prensa en Estados Unidos”.

De El Salvador a Georgia: un testimonio de resistencia

La historia de Mario Guevara está tejida con coraje. En 2004, huyó junto con su familia de El Salvador tras haber sido golpeado y acosado debido a sus investigaciones periodísticas como reportero político en La Prensa Gráfica. Al llegar a Georgia, comenzó a trabajar para el periódico Mundo Hispánico —el de mayor circulación en español del estado— antes de fundar su propio medio digital, MGNews.

En 2012, un juez de inmigración rechazó su solicitud de asilo político, ordenando su salida del país. Sin embargo, ICE, en colaboración con su abogado, clausuró el caso sin ejecutar la deportación. Desde entonces, Guevara ha continuado su labor informativa, convirtiéndose en una de las voces clave en el periodismo latino en EE.UU.

Su hija, Katherine Guevara, expresó la angustia familiar ante lo que consideran una injusticia: “Bajo esta administración, no sabemos qué significa tener un estatus temporal legal. Podría no valer nada”.

¿Cuestionando la libertad de prensa?

El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”. Esto incluye la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones sin temor ni restricciones.

Estados Unidos, durante décadas, ha sido percibido como un santuario para la libertad de prensa, ocupando históricamente buenos lugares en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras. Sin embargo, esta percepción ha comenzado a erosionarse. En 2023, EE.UU. ocupó el puesto 45 entre 180 países, lejos de sus habituales posiciones destacadas (RSF 2023).

  • Solo en 2020, durante el auge de las protestas por la muerte de George Floyd, más de 120 periodistas fueron atacados o detenidos en EE.UU. ( Committee to Protect Journalists).
  • Varios reporteros han sido arrestados o agredidos a pesar de portar identificaciones visibles como prensa.

Casos como el de Guevara no son la excepción, sino cada vez más habituales bajo ciertos discursos de “seguridad nacional” o “desórdenes públicos”.

Entre periodismo y persecución: el riesgo de informar siendo inmigrante

El caso de Mario Guevara no solo involucra temas de libertad de prensa, sino también la doble vulnerabilidad que enfrentan los periodistas inmigrantes. Por un lado, cumplen funciones esenciales democratizando la información para comunidades subrepresentadas; por otro, están más expuestos a represalias legales y políticas.

Guevara había documentado exhaustivamente redadas de ICE, casos de deportación injusta y abusos hacia migrantes. En muchos sentidos, era una figura incómoda para autoridades que buscaban operar con mínima visibilidad. Su función como “testigo incómodo” pudo haber sido precisamente la razón de su detención.

¿Se criminaliza al periodismo independiente?

El periodismo independiente cumple un papel vital en democracias sólidas: documenta, cuestiona y da voz a los invisibles. Pero cuando estos periodistas enfrentan represalias directas del Estado por informar, se pone en entredicho la estructura política misma de protección ciudadana.

En el caso de Guevara, la presencia de cámaras, la cobertura en redes sociales y su rol visible en la comunidad no fueron escudos suficientes. Al contrario, parece que sirvieron como detonante para su criminalización.

Reacciones sociales: indignación y protestas

La detención de Guevara ha motivado vigilias, comunicados y protestas de organizaciones como LatinoJustice PRLDEF, Southern Center for Human Rights y múltiples grupos de defensa de migrantes. La comunidad hispana en Atlanta ha activado redes de apoyo para su familia, mientras que organizaciones de periodistas exigen la inmediata liberación del reportero y la suspensión de su proceso de deportación.

En una conferencia de prensa organizada por su abogado, su hija e integrantes de la comunidad, se repitió un mensaje claro y contundente: “Informar no es un crimen”.

La responsabilidad de la administración Biden

Si bien este incidente tuvo lugar en el contexto de una protesta contra políticas de Trump, lo cierto es que ocurrió durante la administración de Joe Biden, quien ha prometido proteger tanto los derechos de la prensa como los de los inmigrantes.

¿Qué tan coherente es este discurso frente a la práctica? La Casa Blanca aún no ha emitido un comunicado respecto al caso de Guevara. ICE, por su parte, se ha mantenido en silencio respecto a las razones específicas de su detención, lo que genera aún más sospechas.

De no actuar con contundencia en la resolución favorable del caso, la administración Biden corre el riesgo de quedar retratada como cómplice de una sistemática vulneración de derechos.

Una advertencia peligrosa para todos

Lo que le ha sucedido a Guevara podría marcar un precedente oscuro para otros periodistas independientes, especialmente aquellos de comunidades inmigrantes. Si se permite que sea deportado o criminalizado por hacer su trabajo, se envía un mensaje de terror: “No informes, o sufrirás consecuencias”.

Esta es una línea que cualquier sociedad democrática debe cuidar de no cruzar.

¿Quién defiende a quienes nos informan?

El periodismo no puede ni debe ejercerse bajo amenaza. Mario Guevara representa a cientos de reporteros que, muchas veces con escasos recursos pero elevada vocación, se paran en el frente de batalla informativa para documentar lo que otros quieren ocultar.

Defender a Guevara no es solo un acto de solidaridad: es una obligación moral y cívica. Porque cuando callan a uno, nos silencian a todos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press