Josh Stein y el pulso legislativo en Carolina del Norte: armas, inmigración y política

El nuevo gobernador demócrata enfrenta al ala conservadora del estado con vetos clave sobre armas de fuego e inmigración

Josh Stein: un gobernador con prioridades claras

Desde que asumió su cargo en enero, el gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, ha dejado claro cuál será su enfoque en la conducción del estado. El exfiscal general ha utilizado su poder de veto para detener tres leyes promovidas por la Asamblea General controlada por los republicanos, marcando un momento decisivo en la política estatal. Entre esas medidas, destacan una que buscaba permitir el porte oculto de armas sin permiso para mayores de 18 años, y dos proyectos de fuerte contenido antiinmigrante impulsados por sectores aliados al expresidente Donald Trump.

En este artículo de opinión analizamos los motivos detrás de los vetos de Stein, el contexto legislativo que enfrenta, y el impacto que tendrán estas decisiones en el estado y a nivel nacional. ¿Es Stein un muro de contención demócrata en un estado en disputa o un político pragmático que marca límites razonables?

Un veto polémico: porte de armas sin permiso

Uno de los vetos más llamativos ejecutados por Stein fue sobre la legislación que habría eliminado el requisito de poseer un permiso para portar un arma oculta. De aprobarse, cualquier adulto de 18 años en adelante podría llevar un arma de fuego cargada sin entrenamiento o verificación previa. Actualmente, la ley estatal exige que quienes deseen portar armas ocultas tengan al menos 21 años y cumplan con una serie de requisitos, como aprobar un curso de seguridad con armas y someterse al escrutinio del sheriff del condado.

En palabras del gobernador:

“Esta legislación haría menos seguras a las familias de Carolina del Norte y socavaría la tenencia responsable de armas”.

Según el National Conference of State Legislatures, 29 estados ya han establecido leyes de "porte constitucional" que permiten el porte de armas sin permiso. Carolina del Norte, sin embargo, sigue siendo uno de los pocos en la región sur que mantiene un enfoque más regulado.

La izquierda celebra este veto como una muestra de compromiso con la seguridad pública. Para los defensores del derecho a portar armas, resulta una afrenta. Grupos como la NRA han ejercido presión constante en favor de esta medida, argumentando que "los ciudadanos respetuosos de la ley tienen el derecho de protegerse sin obstáculos burocráticos".

Dos leyes de inmigración con aroma a Trumpismo

Los otros dos vetos del gobernador apuntan a legislaciones profundamente marcadas por la agenda del expresidente Trump. Una de ellas habría obligado a varias agencias del orden estatal —incluyendo la Patrulla de Carreteras y la Oficina Estatal de Investigación— a colaborar proactivamente con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) bajo el programa 287(g).

Este acuerdo capacitaba a oficiales estatales para actuar como agentes federales en cuestiones migratorias, una medida controversial que ha sido altamente criticada por organismos de derechos humanos y colectivos latinos.

La segunda ley vetada buscaba ampliar una legislación previa (aprobada en 2024 sobre el veto del exgobernador Roy Cooper) que obliga a las cárceles a retener a ciertos detenidos inmigrantes hasta por 48 horas adicionales, incluso tras haber cumplido sus tiempos de detención.

Stein calificó esta disposición como una posible violación a los derechos constitucionales, y añadió que:

“La medida ordena a los sheriffs detener a individuos más allá del tiempo legal, lo cual es inconstitucional.”

Reacción de las comunidades latinas

Cientos de manifestantes, en su mayoría latinos, protestaron esta semana frente a la Mansión Ejecutiva del gobernador en Raleigh, instándolo a vetar ambas leyes. Los manifestantes portaban pancartas con frases como “¡No más miedo!” y “Familias unidas, no divididas”.

Organizaciones como El Pueblo y la Asociación de Abogados Latinos expresaron que estas medidas “criminalizan aún más a comunidades que ya viven bajo presión constante”. Para ellos, los vetos representan un acto de humanidad y pragmatismo político.

Una Asamblea resquebrajada: ¿pueden anular los vetos?

La estructura legislativa actual deja a los republicanos a un solo escaño en la Cámara de Representantes de tener una mayoría reforzada capaz de anular vetos. Esto significa que, aunque el Senado podría reunir los votos necesarios, la Cámara Baja representa un escollo aún incierto.

De hecho, durante la votación inicial sobre el veto del proyecto de armas, dos republicanos votaron en contra y otros diez estuvieron ausentes, lo que sugiere problemas internos en la disciplina del voto GOP.

¿Una batalla simbólica o el inicio de una tendencia?

Lo interesante de estos vetos no es solamente su contenido legal, sino lo que representan en términos políticos. Carolina del Norte es un estado que, aunque históricamente conservador, ha presentado signos de giro hacia una política más centrista o incluso liberal urbana en ciudades como Charlotte, Durham y Raleigh.

El propio Stein representa la continuidad de esta tendencia: un demócrata moderado con base legalista, capaz de apelar tanto a votantes progresistas como a sectores institucionalistas preocupados por los excesos del populismo conservador.

Los vetos también generan un contraste poderoso con decisiones de otros estados del sur como Florida o Texas, donde se han implementado leyes similares sin mayor oposición ejecutiva. Con estos vetos, Carolina del Norte se posiciona como un espécimen único en el mapa político sureño.

¿Qué viene ahora?

Los próximos días serán cruciales para saber si los legisladores republicanos deciden intentar un mecanismo de anulación de vetos o si, por el contrario, se retiran momentáneamente para reagruparse y presentar nuevas versiones de las mismas leyes.

Más allá de lo inmediato, la gestión de Stein adquiere un perfil nacional. Se trata de un político demócrata que, en plena era de polarización, opta por vetos firmes pero argumentados, enfocados en la legalidad, derechos civiles y la seguridad pública. Para muchos, Stein es ya una figura emergente dentro del Partido Demócrata.

En un estado clave para las elecciones presidenciales, su posicionamiento puede ser una señal de lo que vendrá. ¿Buscará la candidatura presidencial en el futuro? ¿Seguirá resistiendo la presión conservadora o se verá obligado a negociar con sus adversarios legislativos?

Por ahora, Stein ha decidido plantar bandera. Y quizás sea eso lo que más falta hace en la política estadounidense actual.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press