Amor, asfalto y celebración: una boda inolvidable sobre la autopista A10 de Ámsterdam

La capital neerlandesa convierte su anillo vial en una gran fiesta para conmemorar su 750 aniversario, ofreciendo bodas, árboles y cultura, con más de 200.000 asistentes

En un giro mágico de urbanismo, amor y cultura, Ámsterdam volvió a demostrar que es una ciudad donde lo impensable se vuelve posible. El pasado 21 de junio de 2025, la capital neerlandesa cerró una de sus rutas más transitadas, la autopista A10, para celebrar nada menos que su 750º aniversario con una insólita propuesta: convertir su anillo vial en un espacio de bodas, conciertos, actividades sociales y hasta un bosque improvisado con 8.000 árboles.

Una boda en plena carretera: el caso de Zuzanna y Yuri

Entre los cientos de historias entrañables que emergieron tras esta monumental celebración, destaca la de Zuzanna Lisowska y Yuri Iozzelli. Esta pareja fue una de las tan solo 400 afortunadas seleccionadas —entre 400 candidaturas— para intercambiar sus votos matrimoniales sobre el caliente pavimento donde normalmente rugen motores y reina la prisa.

Nos pareció una idea super divertida”, dijo Lisowska, aún emocionada tras el “sí, quiero”. Su esposo, Iozzelli, lo resumió con una sonrisa: “Es una fiesta estupenda que además no tuvimos que organizar nosotros”.

La única nota triste del día fue la ausencia de su conejo mascota debido al calor. Mientras las temperaturas alcanzaban los 30 grados Celsius (86 °F), el Ayuntamiento de Ámsterdam repartía agua y protector solar entre los asistentes.

Una iniciativa sin precedentes

El evento, que tuvo lugar sobre la autopista de circunvalación A10, se convirtió en un ícono global del urbanismo cultural. Lo que normalmente es una vía congestionada de tráfico pasó a ser un lugar donde artistas, ciudadanos y visitantes disfrutaron del asfalto como nunca antes. Hubo lecturas, carreras, conciertos, áreas de sombra, puestos de comida, performances y lo más llamativo: un auténtico bosque urbano temporal conformado por miles de árboles.

A lo largo del día, más de 200.000 personas participaron directamente, mientras que 600.000 intentaron conseguir las entradas gratuitas cuando fueron lanzadas en el sitio oficial del evento. Una oferta cultural y emocional sin precedentes.

Ámsterdam: 750 años construyendo comunidad

La ciudad celebra su historia desde octubre de 2024 hasta octubre de 2025, recordando la primera vez que aparece mencionada en documentos oficiales. Este megaevento en la A10 ha sido, sin duda, el punto culminante de la programación hasta ahora. Para la ciudad, ha significado una reinvención del espacio público y el surgimiento de nuevas conversaciones sobre el futuro del urbanismo.

Es algo totalmente diferente a lo cotidiano; normalmente manejas por aquí, hoy caminas y hasta te casas”, dijo emocionada Marjolein de Bruijne, trabajadora local en las cercanías de la A10.

Ciudadanos como protagonistas

Más allá de las bodas, se vivió una participación masiva e intergeneracional: desde padres paseando a sus bebés en cochecitos hasta estudiantes de comunicación como Kyra Smit, quien exclamó: “¡Me encanta poder decir que me casé en el anillo vial! Es realmente único”.

Lo interesante de este evento es cómo Ámsterdam transformó una necesidad urbana —el transporte— en un espacio de celebración. Ciudades en todo el mundo debieran tomar nota.

¿Cuál es el simbolismo detrás de este evento?

  • Reapropiación del espacio urbano: Los ciudadanos caminaron, bailaron y se unieron en matrimonio donde usualmente corren autos a 100 km/h.
  • Accesibilidad cultural: Con entrada gratuita para todos, incluyendo zonas de descanso, agua y sombra, el evento fue tan inclusivo como sostenible.
  • Unión simbólica: Celebrar bodas en la “vía común” tiene un profundo significado: el amor como unión compartida en un espacio también compartido.

Estadísticas y cifras del evento

  • Más de 200,000 personas participaron activamente.
  • 600,000 intentaron obtener boletos, una cifra que supera muchas finales deportivas.
  • 400 parejas afortunadas se casaron sobre el asfalto.
  • 30°C fue la temperatura media del día, provocando múltiples medidas de mitigación del calor.
  • 8,000 árboles decoraban temporalmente la autopista.

¿Puede llegar esta idea a otras ciudades?

La celebración en la A10 deja un precedente interesante. ¿Pueden ciudades como Madrid, Buenos Aires, México o Bogotá replicar esta concepción de urbanismo cultural?

Para lograrlo, sería necesario entender que más allá de un festejo espontáneo, eventos como este requieren de planificación meticulosa, inversión en infraestructura temporal y un enfoque claro hacia la sostenibilidad y participación ciudadana.

Lo que Ámsterdam ha logrado aquí no es solo cerrar una carretera. Ha abierto una conversación sobre cómo habitamos nuestras ciudades, mezclando historia, arte y vida personal en un solo carril de concreto.

Una ciudad que sigue transformándose

En un mundo donde las ciudades enfrentan desafíos como la gentrificación, el colapso del transporte o la contaminación, remitirnos a la experiencia de Ámsterdam puede ser un faro.

¿Y si más ciudades dejaran que el amor, la cultura y la imaginación tomaran las carreteras por un día? Quizás, como Zuzanna y Yuri, más personas encontrarían en el concreto un espacio para celebrar la vida.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press