Trump, Irán y el nuevo teatro de guerra: ¿avance estratégico o provocación peligrosa?
El expresidente estadounidense ordenó un ataque coordinado sobre instalaciones nucleares iraníes. Entre alabanzas de aliados y críticas internas, se reabre el debate sobre la legalidad, legitimidad y consecuencias de esta escalada militar.
Una noche de fuego: los bombardeos a Irán
En un discurso televisado desde la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump anunció el 21 de junio de 2025 que la fuerza aérea de EE. UU. había llevado a cabo “ataques masivos y precisos” contra tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordo, Natanz y Esfahan. Según palabras del exmandatario, el objetivo fue eliminar la capacidad de enriquecimiento de uranio del régimen iraní, al que calificó como “el patrocinador estatal número uno del terrorismo en el mundo”.
Trump celebró la operación como un “espectacular éxito militar”, alegando que los sitios nucleares fueron “completamente y totalmente obliterados”. Mencionó que esta acción se enmarca en un esfuerzo por frenar la amenaza nuclear iraní y evitar que Teherán continúe exportando violencia a la región de Medio Oriente.
La retórica del conflicto y su eco en el Congreso
El discurso fue recibido con elogios inmediatos por parte de los republicanos en el Congreso y de algunos pocos demócratas. El senador conservador Lindsey Graham escribió en X: “Bien hecho, Presidente Trump”, mientras que su colega de Texas, John Cornyn, calificó la decisión de “valiente y correcta”.
Entre las voces demócratas, John Fetterman, senador por Pensilvania, también expresó su apoyo: “Irán es el patrocinador líder del terrorismo mundial y no puede tener capacidades nucleares”. Sin embargo, hubo críticas contundentes de sectores más progresistas del partido demócrata que consideran que Trump ha excedido sus competencias constitucionales.
¿Autorización del Congreso? Una vieja disputa
La Constitución de los Estados Unidos otorga al Congreso el poder exclusivo de declarar la guerra. Legisladores como el congresista Jim Himes pusieron el dedo en la llaga: “Mi atención a este asunto debe venir antes de que caigan las bombas”. La frase reaviva el debate sobre cuán legítimo puede ser el uso de la fuerza militar unilateral, sin una votación o resolución del Congreso previa.
De hecho, el senador Tim Kaine (D-VA) había propuesto una resolución obligando al Congreso a aprobar cualquier acto militar sustancial en Irán antes de que se lleve a cabo. Una medida similar obtiene cada vez más apoyo, aun dentro del Partido Republicano.
Fordo, Natanz y Esfahan: ¿qué tan decisivo fue el golpe?
Estas tres instalaciones atacadas representaban el corazón del programa nuclear iraní. Natanz, ubicada al sur de Teherán, ha sido tradicionalmente el centro de enriquecimiento de uranio más grande del país. Fordo, una instalación subterránea profundamente fortificada, y Esfahan, que aloja instalaciones nucleares de investigación, habían sido puntos de alta tensión desde hace más de una década.
De acuerdo con expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), estos sitios han sido claves en el avance de Irán hacia su capacidad nuclear. La pregunta ahora gira en torno a cuánto daño real se infligió y cuánto tiempo tomaría reconstruir la infraestructura si Teherán decide persistir.
Reacciones internacionales: Israel, Europa y las sombras de la ONU
Trump agradeció explícitamente al primer ministro israelí Bibi Netanyahu, con quien dijo haber trabajado como “un equipo”. Israel, aliado histórico de EE. UU. y enemigo declarado de Irán, aplaudió la acción. El gobierno israelí había advertido que no permitiría jamás que Irán obtuviera armamento nuclear.
Por otro lado, las principales cancillerías europeas se mostraron cautelosas. Alemania y Francia han abogado por la reactivación del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), roto durante la administración Trump. Para ellos, este ataque podría dinamitar meses de negociación y colocar a Irán aún más lejos del diálogo diplomático.
Desde la Organización de Naciones Unidas, el Secretario General António Guterres solicitó de inmediato “máxima contención y retorno a la vía diplomática”.
Irán, Soleimani y la narrativa del “eje del mal”
En otra parte de su discurso, Trump acusó al régimen iraní de ser culpable de la muerte de más de mil soldados estadounidenses durante los conflictos en Medio Oriente. Recordó también al general Qassim Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, muerto por un ataque con drones en 2020. Desde entonces, Irán ha jurado venganza.
El gobierno iraní aún no ha emitido una respuesta oficial completa, pero medios estatales han confirmado que hubo “daños significativos” en las tres instalaciones y advierten que una respuesta vendrá en el momento y lugar adecuados.
¿Vuelve la doctrina Bush? Entre la precaución y el show de fuerza
Para muchos observadores, esta acción recuerda a las campañas preventivas de bombardeo de principios de los años 2000, especialmente en Irak. El “eje del mal” mencionado por George W. Bush encontró un eco en el discurso de Trump, con Irán como enemigo ideológico clave.
¿Se trata, entonces, de prevenir una guerra o de escenificar poder y liderazgo? Trump expresó que no desea una escalada, pero también declaró: “Si no llega la paz, veremos tragedias aún mayores”.
En otras palabras: paz bajo amenaza, no negociación. Dominio por disuasión, no entendimiento. Así es como muchos analistas internacionales están leyendo estas declaraciones.
El fantasma de la reelección y la política interna
Las acciones militares frecuentemente rejuvenecen la popularidad de los presidentes en funciones o en campaña. Trump, quien ha dejado claro su interés en volver a la Casa Blanca en 2028, podría estar empleando esta operación como un trampolín nacionalista.
Los elogios de sectores republicanos son estratégicamente útiles: justifican el ataque como una victoria moral y militar. No obstante, otros temen que esto pueda abrir un nuevo frente de guerra justo cuando Estados Unidos enfrenta divisiones políticas internas, inflación y crisis fronterizas.
¿Y ahora qué?: El delicado equilibrio
Trump cerró su discurso agradeciendo a Dios, a la milicia estadounidense y dedicando bendiciones a Israel, Medio Oriente y Estados Unidos. Un triángulo geopolítico envuelto en fe, fuego y estrategia. Pero la incertidumbre es alta.
Irán probablemente responderá. Europa pedirá contención. China y Rusia observarán cómo las líneas de influencia se reordenan. Mientras tanto, la población civil iraní se convierte en potencial víctima de una confrontación construida sobre décadas de tensión, sospechas nucleares y giros ideológicos.
La gran pregunta es: ¿frenó este ataque nuclear a Irán o simplemente dio paso a una nueva fase del conflicto?