Trump vs. Massie: Una guerra civil republicana en el corazón de Kentucky
El expresidente Donald Trump inicia una feroz campaña contra el congresista libertario Thomas Massie por disentir sobre Irán, impuestos y gasto público
Un choque de titanes dentro del Partido Republicano
El expresidente Donald Trump ha desatado una tormenta política en Kentucky al lanzar su primera ofensiva abierta contra un miembro de su propio partido: el congresista Thomas Massie. Con la creación del súper PAC llamado Kentucky MAGA, Trump está dispuesto a hacer campaña activa para derrotar a Massie en las primarias republicanas de 2026.
Este movimiento marca un cambio en la estrategia de Trump, quien hasta ahora se había abstenido de emplear sus extensos recursos para apuntar directamente a legisladores republicanos en ejercicio. Pero con Massie, la paciencia se ha agotado. ¿La razón? Sus objeciones públicas a bombardeos en Irán sin aprobación del Congreso, su negativa a votar por paquetes de gastos propuestos por Trump y, quizás más imperdonable, su respaldo al gobernador de Florida Ron DeSantis en las primarias republicanas de 2024.
¿Quién es Thomas Massie?
Thomas Massie ha sido un congresista notablemente independiente desde que fue elegido en 2012. Ingeniero del MIT y defensor del libertarianismo, ha ganado popularidad en su distrito —que abarca el norte de Kentucky— por mantenerse firme en sus principios, incluso si eso significa ir en contra de su propio partido.
Massie votó en contra de múltiples medidas impulsadas por Trump, incluyendo el paquete de ayuda económica por COVID en 2020, lo que lo convirtió en blanco de insultos por parte del entonces presidente, quien lo llamó un "grandilocuente de tercera categoría". Aun así, fue reelegido cómodamente.
En 2022, Trump pareció perdonar a Massie, dándole su bendición en forma de un elogio público como "guerrero conservador" y "defensor de la Constitución". Pero esa tregua ha terminado.
Trump organiza su ofensiva
El súper comité de acción política Kentucky MAGA, dirigido por Chris LaCivita y Tony Fabrizio —dos figuras centrales en la maquinaria política trumpista— tiene como objetivo encontrar un solo candidato que enfrente a Massie, evitando así una dispersión del voto contrario.
"Si quieres ser parte del esfuerzo para derrotar a Massie, tienes que pasar por nosotros. El aparato político de Trump dirigirá la campaña", declaró LaCivita.
Hasta el momento, una candidata ha anunciado su intención de competir contra Massie: Niki Lee Ethington, una enfermera registrada, aunque se espera una selección cuidadosa del contendiente definitivo.
Una estrategia con riesgos
Esta guerra fratricida dentro del Partido Republicano se produce en un contexto de mayoría ajustada del partido en la Cámara de Representantes. Derrotar a Massie podría significar abrir la puerta a un demócrata en un distrito fuertemente conservador, o simplemente debilitar la cohesión interna del partido.
Además, campañas costosas para castigar a legisladores disidentes son un riesgo para Trump si el resultado es incierto. En 2020, Trump fracasó en algunos de sus intentos de destronar a republicanos que votaron por el juicio político en su contra.
Reacciones en Kentucky: ¿Apoyo dividido?
A pesar del bombardeo digital de Trump, Massie sigue gozando de gran aceptación entre sus electores. En una jornada reciente en La Grange, Kentucky, muchos manifestaron su respaldo al congresista.
"Está diciendo lo que piensa, incluso si eso lo hace impopular. Eso me da confianza", dijo Donna Williamson, votante republicana.
Rob Houchens, empresario y también fiel del partido, añadió: "Es un hombre de principios. Está alineado con los míos y con los de muchos en esta zona".
Incluso votantes demócratas como Kim Harper lo consideraron valiente por enfrentarse a Trump y señalaron que podrían apoyarlo en 2026.
"Al menos demuestra coraje. Y eso no es común estos días, especialmente en su partido", comentó Harper.
Un conflicto más profundo dentro del GOP
Lo que sucede en Kentucky es reflejo de una batalla mayor dentro del alma del Partido Republicano. ¿El partido debe ser absolutista en lealtad a Trump o permitir una diversidad de opiniones conservadoras?
Según una encuesta de Pew Research Center, más del 50% de los republicanos creen que sus legisladores no tienen obligación de seguir ciegamente a Trump si difieren en cuestiones políticas. Sin embargo, solo un 16% dijo que desearía que más republicanos se opusieran públicamente al expresidente.
Las obsesiones de Trump en el Bluegrass State
Trump ganó cómodamente en Kentucky en 2016 y 2020, por márgenes superiores al 60%. Pero adentro de las filas republicanas hay resistencia. El senador Rand Paul —conocido aliado ideológico de Massie— ha sido crítico de los aranceles y del gasto federal promovido por Trump. Y el ex líder del Senado Mitch McConnell ha sufrido ataques constantes del exmandatario.
Con este telón de fondo, se podría decir que Kentucky, aún votando rojo intenso, es un campo de batalla filosófico para la narrativa futura del Partido Republicano.
¿Massie resistirá otro embate?
En 2020, Trump atacó a Massie brutalmente, y este ganó su reelección sin mayor problema. ¿Será distinto en 2026?
El analista de política estatal Al Cross cree que Trump se arriesga si elige hacer campaña activa en el distrito. “Massie tiene una base sólida, establecida directamente con sus votantes y no solo en las redes sociales”, afirmó. Además, si la cuestión iraní escala hacia un conflicto abierto, muchos en la base de Trump podrían cuestionar su viraje hacia intervencionismo bélico.
Más allá del ego: la política de la obediencia
La confrontación Trump-Massie no es solo una pugna entre dos figuras; representa una dicotomía política crucial: fidelidad personal vs. principios ideológicos. ¿Puede un legislador republicano disentir de Trump sin sufrir consecuencias? Según la lógica actual del trumpismo, la respuesta es no.
Pero si Massie logra sobrevivir a esta embestida con otro triunfo en las urnas, podría redefinir los límites de la autonomía dentro del GOP y servir de inspiración para otros congresistas silenciosos que temen desafiar el dogma MAGA.
Por lo pronto, el campo de batalla está trazado en Kentucky. Y las consecuencias podrían ir mucho más allá de sus fronteras.