El impacto inesperado: cómo los aranceles de Trump podrían alterar la inflación en EE.UU.

Un análisis profundo de las recientes declaraciones de Jerome Powell y el conflicto político-económico que desatan los aranceles estadounidenses

El fuego cruzado entre política y economía

En medio de una creciente incertidumbre sobre la dirección de la política monetaria en Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha encendido nuevamente el debate al afirmar que los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump podrían incrementar la inflación en los próximos meses. En su comparecencia semestral ante el Congreso, Powell planteó un escenario en el que las tarifas a las importaciones no sólo representarían un costo para las empresas, sino que serían los consumidores estadounidenses quienes terminarán pagando el precio.

La reacción no se hizo esperar. Algunos senadores republicanos atacaron la postura de Powell, mientras los analistas económicos consideran que estas tensiones pueden influir en la estrategia de la Fed para manejar las tasas de interés en un año políticamente cargado.

Una economía en tensión: la inflación en la mira

"Habrá algo de inflación derivada de los aranceles", reconoció Powell ante el Comité Bancario del Senado. Aunque aclaró que el efecto aún no se ha materializado plenamente, dejó claro que el efecto inflacionario es una posibilidad cierta a mediano plazo. Powell explicó que como los aranceles implican impuestos a las importaciones, inevitablemente parte del costo recaerá en los consumidores.

Y no se trata de una suma menor. Las tarifas impuestas podrían representar centenares de miles de millones de dólares al año, añadió el presidente del banco central. Estas declaraciones llegan en un momento donde la inflación ha dado señales de estabilización, con un aumento moderado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de solo 0.1% entre abril y mayo.

Sin embargo, muchos economistas de Wall Street prevén que la inflación podría acercarse al 3% o incluso 3.5% para fines de este año si se mantienen y amplían los aranceles. Esto significaría un retroceso frente al avance logrado hasta ahora en el control de precios desde el pico inflacionario de 2022.

Donald Trump y su estrategia arancelaria

Los aranceles impuestos por Trump durante su presidencia (y su interés en reimplementarlos en caso de una nueva victoria electoral) forman parte de una estrategia nacionalista económica que buscaba reducir el déficit comercial y proteger empleos estadounidenses. Los sectores más afectados por estos impuestos al comercio internacional han sido electrodomésticos, industria automotriz, maquinaria y productos agrícolas.

Sin embargo, diversos estudios han demostrado que muchos de estos costos han sido trasladados a los consumidores. Según un informe del Peterson Institute for International Economics, por cada dólar recaudado en aranceles, los hogares estadounidenses terminaron pagando entre 70 y 90 centavos más por productos importados.

Los republicanos se dividen

Las palabras de Powell generaron una reacción inmediata entre los senadores republicanos presentes en la audiencia. El senador Pete Ricketts (Nebraska) cuestionó que los aranceles puedan tener un efecto prolongado sobre la inflación, argumentando que se trata de un aumento de precios único y que no “alimenta” a largo plazo el crecimiento general del nivel de precios.

Por su parte, Bernie Moreno, senador de Ohio, fue más allá y acusó a Powell de “sesgo político”, insinuando que su visión sobre los aranceles responde más a una postura ideológica que técnica. “Usted debería evaluar esto desde una perspectiva fiscal, no política”, dijo Moreno, reflejando una desconfianza cada vez más extendida entre sectores conservadores hacia la independencia de la Reserva Federal.

Desde la otra vereda, senadores demócratas como Elizabeth Warren respaldaron las afirmaciones de Powell y pidieron una revisión más crítica de políticas comerciales que puedan impactar negativamente en el consumidor promedio.

¿Qué está haciendo la Reserva Federal?

La Fed ha mantenido en 2024 una postura cautelosa. Si bien la inflación se ha moderado, aún no alcanza el objetivo del 2% establecido por el organismo. La institución ha evitado recortes agresivos en las tasas de interés, argumentando la necesidad de evaluar con mayor detenimiento cómo se comporta la inflación y el empleo en los próximos meses.

Powell reiteró que la mayoría de los funcionarios de la Reserva Federal están a favor de recortar las tasas este año, pero necesitan datos adicionales antes de tomar una decisión definitiva. Este enfoque prudente es visto por algunos como una forma de evitar que la economía se sobrecaliente, mientras otros lo interpretan como una resistencia al impulso político que busca una reducción del costo del endeudamiento federal.

Trump vs. Powell: una rivalidad en desarrollo

No es la primera vez que Trump y Powell protagonizan un enfrentamiento público. Durante su mandato, el expresidente presionó abiertamente a la Fed para que redujera las tasas de interés, incluso llegando a calificar a Powell de “tonto” y “cabeza hueca”. El principal motivo de Trump: reducir el costo del servicio de deuda del gobierno federal y dar combustible a los mercados financieros.

La clara independencia institucional que la Fed ha mantenido frente a la Casa Blanca ha sido históricamente valorada por los mercados, pero con la posible reelección de Trump, resurgen las dudas sobre cuánto podrá resistir el banco central a nuevas presiones políticas.

El costo de politizar la inflación

El debate sobre los aranceles y la inflación también revela una tensión de fondo entre política fiscal y política monetaria. Mientras el Congreso y la Casa Blanca pueden impulsar tarifas y gastos, es la Fed la que debe lidiar con sus consecuencias macroeconómicas. Y esto pone al banco central en una situación incómoda, especialmente si sus decisiones son interpretadas como ataques o respaldos políticos.

Esta pugna deja de manifiesto una realidad compleja: la economía no funciona en compartimentos estancos. Los aranceles de Trump no solo son una medida comercial, también son un elemento inflacionario que choca directamente con el mandato de la Reserva Federal de mantener la estabilidad de precios.

¿Qué podemos esperar en los próximos meses?

Todo dependerá de tres factores principales:

  • La evolución de la inflación: Si los precios siguen subiendo y se acercan al 3.5%, la Fed podría decidir mantener o incluso subir tasas en vez de bajarlas.
  • La campaña presidencial: Si Trump continúa impulsando una retórica arancelaria, es probable que el tema se convierta en un punto caliente de debate económico.
  • La respuesta del consumidor: El comportamiento del gasto familiar podría volverse más cauto si los precios importados siguen aumentando.

Lo cierto es que el 2025 indica ser un año crítico en la relación entre economía, política monetaria y decisiones comerciales. Y en el centro de esa encrucijada se encuentra Jerome Powell, tratando de mantener la brújula orientada hacia la estabilidad mientras todos intentan influir en el timón.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press