El difícil panorama laboral para los recién graduados en Estados Unidos
Entre desempleo en aumento, avance de la inteligencia artificial y escasa contratación, los jóvenes se enfrentan a un mercado laboral cada vez más exigente
Una generación brillante, pero sin oportunidades
Palwasha Zahid terminó su maestría en análisis de datos en diciembre de 2023. Tenía todas las piezas del rompecabezas en su lugar: buena educación, ubicación privilegiada en Silicon Valley, experiencia técnica. Sin embargo, como muchos jóvenes en Estados Unidos, no ha logrado encontrar empleo en el sector tecnológico. “Duele un poco”, confiesa Zahid. “Nunca imaginé que sería tan difícil meter el pie en la puerta.” Y no es la única.
La generación que se gradúa en 2024 enfrenta uno de los mercados laborales más duros de los últimos doce años (excluyendo la pandemia de COVID-19). El 5.8% de desempleo entre los graduados universitarios de 22 a 27 años es una estadística que ha encendido las alarmas de economistas y responsables políticos.
¿Qué está provocando este estancamiento?
El fenómeno es multifactorial. En primer lugar, la desaceleración de la contratación obedece a la incertidumbre macroeconómica. Desde el aumento de las tasas de interés decidido por la Reserva Federal hasta los efectos rezagados de políticas arancelarias de la administración Trump, todo parece disminuir el apetito de las empresas por nuevos talentos, especialmente aquellos sin experiencia previa.
Brad Hersbein, economista principal del Upjohn Institute, lo resume así: “Las personas a las que más se duda en contratar cuando las condiciones económicas son inciertas son las que están en niveles de ingreso o experiencia más bajos”.
La saturación educativa: el título ya no es suficiente
No hace más de 30 años, tener una licenciatura era sinónimo de ingreso asegurado al mercado laboral. Hoy, el 45% de los trabajadores estadounidenses tienen un título universitario de cuatro años, en comparación con apenas el 26% en 1992, según Murat Tasci, economista de JPMorgan. La consecuencia inmediata es que ya no es un factor diferenciador. Más bien, es un requisito mínimo que no garantiza nada.
Lexie Lindo, graduada con honores en la Universidad Clark Atlanta, envió más de 100 aplicaciones de trabajo en 2023. Tenía experiencia en logística e inmuebles, con un GPA de 3.8, pero no obtuvo ni una sola entrevista. “Mi currículum está completo, sin huecos. Estoy haciendo algo cada verano. Me pregunto: ‘¿Qué más están buscando?’”
La inteligencia artificial: ¿salvador o verdugo de empleos?
Uno de los factores más debatidos actualmente es el avance de la inteligencia artificial (IA). En sectores como tecnología, derecho y finanzas, la IA está absorbiendo tareas que antes eran realizadas por empleados junior.
Un dato clave: desde 2022, el empleo en ocupaciones de informática y matemáticas para personas de 28 años en adelante creció un 0.8%, según Matthew Martin de Oxford Economics. Pero para los menores de 28 años cayó un 8%. Una diferencia notoria.
Empresas como Shopify y Amazon ya lo han dicho con claridad. Tobi Lutke, CEO de Shopify, fue tajante en una nota interna en abril: “Antes de solicitar nuevas contrataciones, los equipos deben demostrar por qué no pueden lograr sus objetivos utilizando IA”. Andy Jassy, de Amazon, remató: “Esperamos que esto reduzca nuestra plantilla corporativa conforme obtengamos eficiencia gracias a la IA”.
¿Es la inteligencia artificial el verdadero culpable?
Algunos economistas advierten contra las conclusiones apresuradas. Kory Kantenga, jefe de economía para las Américas en LinkedIn, afirma que no hay datos concluyentes sobre un impacto desproporcionado de la IA sobre los jóvenes trabajadores. Su equipo clasificó ocupaciones según la exposición a IA y no encontró diferencias significativas en índices de contratación entre sectores con alta y baja exposición.
“Es pronto para decir que la IA es el factor principal del desempleo juvenil”, analiza Kantenga. También resalta el efecto que ha tenido el incremento de tasas de interés. Tras la pandemia, muchas tecnológicas contrataron personal de forma masiva, aprovechando tasas cercanas a cero. Con los aumentos iniciados en 2022 para combatir la inflación, ahora muchas empresas están en fase de reducción de personal.
Como ejemplo, Cory Stahle, economista del portal de empleo Indeed, señala que las vacantes de desarrollo de software han caído un 40% respecto al pico observado hace cuatro años.
La desconexión entre expectativas e industria
Muchos estudiantes, alentados por experiencias pasadas o consejos familiares, eligieron carreras en informática esperando bonanza profesional. Zahid, que vive en Dublin, California, cambió psicología por análisis de datos porque su padre, ingeniero de redes, le aconsejó que el área tecnológica era una apuesta segura.
“Cuando empecé en 2019, muchos amigos recibían ofertas antes de graduarse. Ahora es todo lo contrario”, explica. Ni siquiera ha colgado su diploma. “Lo colocaré cuando consiga un trabajo, para confirmar que valió la pena.”
¿En qué sectores hay oportunidades?
Aunque las carreras tecnológicas están en pausa, otros sectores sí muestran señales de vida. Las mayores contrataciones ocurren en:
- Salud: la demanda de profesionales médicos y especialistas sigue en aumento.
- Gobierno: agencias estatales y federales continúan ampliando sus equipos.
- Hospitalidad: hoteles y restaurantes retornan a niveles de personal previos a la pandemia.
Estos sectores, sin embargo, no necesariamente requieren un título universitario, lo que causa frustración entre quienes invirtieron miles de dólares en educación superior.
¿Falló el sistema educativo?
En tiempos de cambio acelerado, la desconexión entre universidades, industria y realidad tecnológica se hace evidente. Muchos analistas resaltan que la formación académica no evoluciona al ritmo del mercado laboral. Se enseñan teorías y herramientas que ya están obsoletas al momento de graduarse.
Por otro lado, el sobreenfoque en universidades como único camino al éxito económico quizás deba repensarse. Programas de formación técnica, certificaciones y experiencias prácticas pueden ofrecer caminos alternativos que, de momento, parecen más rentables.
¿Es momento de alarmarse?
Para algunos expertos, no hay motivos para pánico. El desempleo general en Estados Unidos rondaba el 4.2% en marzo de 2024, una cifra históricamente baja. El problema no es la destrucción masiva de empleos, sino un fenómeno específico: no-hire, no-fire —no se contrata ni se despide. Muchas empresas están estancadas en términos de cambios de personal, lo cual afecta más a quienes buscan su primera oportunidad.
De hecho, todavía se puede argumentar que tener un título universitario conlleva beneficios innegables a largo plazo. Estadísticamente, los graduados universitarios ganan más dinero a lo largo de su vida y enfrentan menos períodos de desempleo.
La resiliencia como clave
Frente a estas nuevas realidades, lo más efectivo para los jóvenes profesionales es adaptarse. Programas de posgrado, aprendizaje continuo, reconversión hacia áreas técnicas y experiencia práctica (como el caso de Lindo, quien comenzará una pasantía en una empresa Fortune 500 en Texas) podrían ser estrategias válidas.
Estamos ante un punto de inflexión en el mercado laboral, en el cual la eficiencia tecnológica y los cambios macroeconómicos están redefiniendo qué significa “estar listo para el trabajo.”
El diploma sigue siendo relevante, pero la fórmula del éxito profesional ya no es la misma de antes.