Glastonbury 2025: Música, Magia y Multitudes en Worthy Farm
Crónica apasionada del festival más emblemático del Reino Unido, donde miles se reúnen para celebrar la música, la cultura pop y una experiencia colectiva única.
Un ritual moderno entre barro y guitarras
Cada verano, una cita mágica convoca a decenas de miles de almas en una granja del suroeste de Inglaterra: el Glastonbury Festival, un fenómeno cultural que trasciende conciertos y se transforma en un universo paralelo de arte, libertad y comunidad. Este 2025 volvió a desplegar su esplendor en Worthy Farm, ubicada en Somerset, con una agenda impresionante que unió generaciones, géneros musicales y un sinfín de expresiones artísticas. Desde la apertura de puertas el miércoles 25 de junio, con la presencia de Emily y Michael Eavis, fundadores y alma del festival, la energía desbordaba entre quienes montaban sus carpas, decoraban sus sombreros y se preparaban para vivir intensamente cinco días inolvidables.Música para todos los gustos: desde Lorde hasta Burning Spear
Glastonbury ha consolidado, a lo largo de sus más de 50 años, un line-up que no solo define tendencia, sino que hace historia. Este año, destacaron:- Lorde, quien volvió a cautivar con su mezcla de pop melancólico y mística escénica. Su interpretación de “Royals” encendió la noche del viernes, mientras envolvía el escenario en luces violetas y aura etérea.
- Wet Leg, el dúo británico que ha revolucionado el indie rock, ofreció un show desencadenado idolatrado por fanáticos y críticos.
- Lewis Capaldi, cuya voz rasposa y emocional provocó lágrimas masivas al cantar “Someone You Loved”.
- Burning Spear en la icónica Pyramid Stage, trayendo vibra reggae pura para una audiencia entregada.
- Inhaler con Elijah Hewson, heredero del legado de Bono, demostrando por qué el futuro del rock está asegurado.
- Gracie Abrams y Myles Smith, músicos en ascenso que conquistaron a los asistentes con sensibilidad y autenticidad.
Más allá de la música: arte, circo y comunidad
Uno de los mayores atractivos de Glastonbury es su composición multidisciplinaria. No se trata solamente de música. Malabaristas, zancos andantes, instalaciones de arte psicodélico, performances de circo y hasta debates sociales forman parte de su tejido. El área de Shangri-La, por ejemplo, se transformó este año en un territorio de crítica política con instalaciones temáticas sobre cambio climático y justicia social. Artistas independientes colgaron arte interactivo que invitaba al diálogo y la introspección.Moda y expresión: la pasarela más auténtica
El Glastonbury 2025 fue también una explosión de moda alternativa. Desde capas brillantes hasta trajes futuristas o inspirados en los 70s, el campo de Worthy Farm se convirtió en un desfile espontáneo de creatividad. Un detalle resaltante fueron los diseños DIY y reciclados, señal del ojo consciente que caracteriza al festival en su compromiso ecológico. La consigna es clara: disfrutar sin dejar huella.Un festival con causa: sostenibilidad y conciencia
Desde 2019, Glastonbury ha reforzado su política ambiental. No se venden botellas de plástico y se promueve el reciclaje en cada rincón. Incluso los escenarios se alimentan parcialmente con energía solar y biomasa. Michael Eavis dijo en una rueda de prensa: “Nuestro objetivo es dejar el campo mejor que como lo encontramos”, destacando el rol del festival como impulsor de cambios sostenibles. Este año se usaron más de 1,500 compostables en zonas de comida y 60,000 asistentes participaron en las brigadas de limpieza voluntaria.Un fenómeno económico y cultural
Glastonbury no solo nutre el alma; también activa fuertemente la economía local. Se estima que el impacto de esta edición ronda los £100 millones para la región de Somerset. Desde proveedores hasta hoteles en los pueblos colindantes, cientos de negocios dependen de estas fechas. Además, con una audiencia global de millones que sigue las transmisiones por streaming o redes, la influencia del festival como catalizador cultural es innegable.La experiencia: sudor, euforia y comunidad
“No es solo música. Es conexión”, decía Sarah Osborne, de Birmingham, al llegar con su grupo de 10 amigas. Y es que Glastonbury convierte a extraños en cómplices, la música en ritual y el barro en experiencia trascendental. Bailar bajo la lluvia torrencial, compartir un café caliente al amanecer después de una noche sin dormir, o ver a tu banda favorita mientras el sol cae entre los tejados de los escenarios son parte de una vivencia que difícilmente se olvida.Emily y Michael Eavis: herederos de un sueño
Este 2025 también fue una celebración de legado familiar. Michael, de 89 años, sigue apareciendo en la entrada del evento como símbolo vivo de resistencia cultural. Emily, su hija, ha tomado el liderazgo inyectando perspectiva de género, activismo y evolución sin dejar de respetar las raíces.“Glastonbury es el lugar donde ocurre la magia. Me emociona ver cómo año con año sigue transformando vidas”, dijo Emily Eavis en la apertura del festival.
¿Y ahora qué?
Ya con las carpas desmontadas y los acordes resonando todavía en la memoria colectiva, el mito de Glastonbury sigue vivo. Como cada edición, deja huellas profundas tanto en quienes lo viven por primera vez como en los veteranos que regresan por su dosis anual de catarsis musical. Si algo queda claro, es que Glastonbury no es un simple festival, es un fenómeno cultural, una historia viva que sigue escribiéndose paso a paso, acorde tras acorde, desde una granja inglesa pero con eco en todo el mundo. ¡Hasta la próxima edición, Worthy Farm! Este artículo fue redactado con información de Associated Press