Pia Sundhage y el desafío de liderar a Suiza en la Eurocopa 2025: una pionera vuelve al ruedo
La icónica entrenadora sueca, dos veces campeona olímpica, se enfrenta a su mayor reto al dirigir a la selección anfitriona de la Eurocopa Femenina: un viaje de cuatro décadas en la élite del fútbol femenino
Una leyenda vuelve a escena
Pia Sundhage, con 65 años y una trayectoria que cruza épocas, estilos y generaciones en el fútbol femenino, encara lo que ha llamado “el mayor desafío de su carrera”: preparar a la selección suiza para su participación como anfitriona en la Eurocopa Femenina 2025. No es una declaración menor viniendo de alguien que ha dirigido a selecciones como Estados Unidos, Brasil y su natal Suecia, conquistando dos oros olímpicos (Beijing 2008 y Londres 2012) y llegando a finales de Copa Mundial.
“Es realmente, realmente interesante”, dijo recientemente durante una conferencia de prensa en Sion. Sundhage no solo se refiere al reto competitivo. Hablamos de alguien que fue artífice de uno de los primeros grandes hitos del fútbol femenino en 1984, cuando Suecia ganó la primera Eurocopa en un formato que hoy parecería de aficionados: partidos de 70 minutos, sin televisión nacional y apenas unos miles en las gradas.
De los años 80 a estadios repletos
Aquella Eurocopa de 1984 fue ganada en penales bajo lluvia en Inglaterra contra las anfitrionas, después de un empate global 1-1. Sundhage anotó el tanto de la ida y también el penal decisivo en el campo embarrado de Luton Town. “Volvimos a casa y salimos en dos páginas del diario. ¡Dos páginas! ¿Están bromeando?”, recordaba entre risas.
Para 2025, el cambio es dramático. La Eurocopa femenina recibirá a 16 selecciones, utilizará estadios de primer nivel en Suiza (como los del Euro 2008 masculino) y buscará romper la barrera de los 600,000 espectadores. Esto representa no solo un evento deportivo, sino una reivindicación del lugar ganado por las mujeres en el fútbol.
El estilo Sundhage
Sundhage no se ha limitado a dirigir equipos: ha sido una agente de cambio. En cada país ha dejado una impronta basada en el trabajo grupal, la conexión emocional con las jugadoras y una visión desprejuiciada del juego. “Tengo una riqueza enorme de experiencias”, afirmó, aludiendo a su paso por China, Brasil, EE.UU. y Europa.
Y es que Pia no teme decir lo que piensa. A pesar de sus dos oros con EE.UU., rehusó visitar la Casa Blanca tanto con George W. Bush como con Barack Obama. “No me siento conectada con ese lugar… prefiero volver a Suecia”, dijo tajantemente.
Ha preferido siempre centrarse en las personas, en ayudar a sus jugadoras a crecer. “Tienes que volverte loca, lo que significa que cometerás errores. Pero ese es el camino. El mayor error es no intentarlo”, explica. Una filosofía antitética al conservadurismo que ella detecta como un freno en el fútbol suizo actualmente.
De Suecia a Suiza: un trayecto único
Nacida en Ulricehamn, Suecia, en 1960, Pia Sundhage comenzó su carrera como delantera. Fue una jugadora destacada en su país y formó parte del primer Mundial femenino en 1991 (tercer puesto). Como entrenadora ha dirigido en todos los niveles y contextos, desde clubes modestos hasta potencias mundiales.
- 1984: Gana la primera Eurocopa femenina como jugadora.
- 2008: Medalla de oro con EE.UU. en los Juegos Olímpicos.
- 2011: Subcampeona del mundo al perder con Japón en la final.
- 2012: Revalida el oro olímpico con EE.UU. en Londres.
- 2019: Toma el control de la selección de Brasil.
- 2024: Comienza su etapa en Suiza.
Dirigió a estrellas como Abby Wambach, Megan Rapinoe y Alex Morgan. En todas encuentra un punto en común: mujeres que rompieron moldes, como ella. Su relación con el deporte no es neutra: “Hubo que desafiar muchas normas sociales para lograr una carrera en el fútbol”, ha dicho al hablar de su juventud en Suecia.
¿Qué puede aportar a Suiza?
Suiza es una selección con creciente tradición futbolística, pero aún no logra dar un salto comparable al de otras europeas como Inglaterra, España o Francia. Para Sundhage, es una mezcla de talento prometedor, pero con cierta rigidez cultural: “Son muy correctas. Hay que romper eso. Probar. Y si se equivocan, que lo hagan con valentía”.
Jugadoras como Ramona Bachmann (una leyenda del PSG), la arquera Gaëlle Thalmann y la joven promesa Lia Wälti constituyen el núcleo suizo. Los retos serán múltiples: explotar al máximo el ímpetu de jugar en casa, gestionar la presión y ofrecer un estilo ofensivo que conecte con el público.
Una Eurocopa histórica en el horizonte
La Eurocopa Femenina 2025 promete ser un evento que marque un antes y un después en el fútbol europeo. No solo por lo deportivo, sino por lo simbólico. Un torneo repleto, organizado con estándares de máxima calidad y con equipos bien preparados.
Sundhage estará en casa, algo poco común en su carrera. Dirigir a la nación anfitriona tiene implicaciones especiales. “Tuve una oportunidad similar en Suecia en 2013. Ahora quiero llevar esa emoción a un equipo que lo necesita”.
Más allá del campo
El fútbol femenino va hacia adelante, y Pia ha estado presente en cada etapa del camino. Lo confesó emocionada: “Ver esa evolución ha sido un honor, desde campos embarrados hasta estadios de clase mundial. ¿Qué más puedo pedir? Solo que mis jugadoras se atrevan a soñar”.
Quizá su mayor contribución no será solo dirigir unos partidos, sino dejar una semilla de osadía, irreverencia y confianza en un equipo que puede sorprender al mundo.