Redes sociales en la mira: Arkansas desafía a los gigantes tecnológicos con nuevas leyes
El estado impulsa medidas restrictivas contra las plataformas digitales mientras enfrenta una fuerte oposición legal de la industria
Arkansas se ha convertido en el nuevo epicentro del debate sobre la regulación de las redes sociales en Estados Unidos. El estado, bajo el liderazgo de la gobernadora republicana Sarah Huckabee Sanders, ha aprobado este año dos nuevas leyes dirigidas a restringir el contenido en redes sociales y proteger, según sus promotores, la salud mental de los menores. Sin embargo, estas legislaciones han sido impugnadas por NetChoice, una influyente coalición de empresas tecnológicas que incluye a TikTok, Meta (Facebook e Instagram) y X (antes Twitter).
La última demanda presentada por NetChoice reaviva un tenso conflicto legal ya existente. El año pasado, la organización logró bloquear en tribunales una ley que requería el consentimiento parental para que menores crearan cuentas en redes sociales. Ahora sostiene que las nuevas leyes son incluso más amplias, imprecisas y violan la Primera Enmienda de la Constitución de los EE. UU.
Un contexto nacional cargado
El impulso legislativo de Arkansas no es un caso aislado. Estados como Florida, Utah, Luisiana y Georgia también han aprobado o intentado aprobar leyes similares en los últimos años. Estas acciones responden a una creciente preocupación por los efectos de las redes sociales en los adolescentes: desde problemas de autoestima hasta el incremento de trastornos alimentarios o incluso suicidios.
Según un informe de los CDC de EE. UU., en 2021 más del 40% de los adolescentes reportaron sentirse "tristemente persistentes o sin esperanza", y casi 1 de cada 5 había considerado seriamente el suicidio. La narrativa política en muchos estados conservadores se ha centrado en culpar a las redes sociales por exacerbar esta crisis.
Leyes polémicas: ¿Protección o censura?
Las nuevas leyes impugnadas por NetChoice incluyen dos medidas clave:
- La Ley de Seguridad en Redes Sociales prohíbe que las plataformas utilicen algoritmos, diseños o funciones que, directa o indirectamente, promuevan el suicidio, el consumo de sustancias, los trastornos alimentarios, o generen adicción a la aplicación. Además, permite a los padres de menores que se hayan suicidado demandar a las plataformas si consideran que su contenido contribuyó al acto.
- Limitación de notificaciones nocturnas: otra de las leyes obliga a que las redes sociales no envíen notificaciones a menores entre las 10 p.m. y las 6 a.m.. También plantea la exigencia de que las plataformas eliminen cualquier característica que pueda inducir pasión compulsiva o adicción en los usuarios jóvenes.
NetChoice argumenta que estas disposiciones son demasiado vagas e inaplicables en términos técnicos, además de cruzar líneas potencialmente inconstitucionales. Por ejemplo, se preguntan si canciones como “Because I Got High” de Afroman, que mencionan drogas, serían ilegales en las plataformas, o si permitir que adolescentes compartan fotos entre sí constituye fomentar una adicción.
Reacciones institucionales y legales
El fiscal general de Arkansas, Tim Griffin, ha declarado que su oficina está revisando la demanda, asegurando que defenderán las leyes adoptadas. Por otra parte, gobernadores y legisladores estatales se muestran firmes ante lo que consideran una deuda moral con la infancia.
No obstante, la realidad judicial no favorece a los estados. En mayo, un juez federal ya invalidó la ley de verificación de edad de 2023 aprobada por Arkansas, declarando que violaba la Primera Enmienda. Decisiones parecidas se han registrado en Florida y Georgia.
La justicia federal parece cada vez más inclinada a proteger la libertad de expresión en línea, incluso cuando se trata de contenido que puede no ser apto para menores. Un dilema que ha encendido alarmas constitucionales en la comunidad tecnológica.
El poder y limitaciones del algoritmo
Los detractores de estas leyes mencionan también un aspecto técnico crucial: los algoritmos no son herramientas conscientes que puedan elegir perjudicar a los usuarios. Se diseñan con parámetros estadísticos que responden al comportamiento de millones de usuarios, lo que hace casi imposible predecir o controlar casos individuales.
El abogado de NetChoice señaló: "Estas leyes pretenden imponer control sobre una arquitectura algorítmica sin brindar un solo parámetro claro sobre cómo se debe programar para evitar consecuencias negativas. Es como decirle a un chef que su receta no debe causar obesidad sin explicarle qué ingredientes tiene prohibidos usar".
El enfoque europeo como contraste
Mientras en EE. UU. el enfoque estatal varía y los tribunales federales moderan las ambiciones legislativas, Europa ha tomado un camino distinto. Con regulaciones como el Digital Services Act (DSA), la Unión Europea ha impuesto requisitos específicos a plataformas como TikTok o Instagram en cuanto a transparencia algorítmica, moderación de contenidos y protección de menores.
Esto ha llevado a que algunas empresas implementen herramientas exclusivas para usuarios europeos, como límites en el tiempo de uso o la desactivación por defecto de los algoritmos de recomendación personalizados.
¿Un caso de paternalismo digital?
Los críticos más libertarios del enfoque de Arkansas ven en estas leyes un ataque a la libertad individual y la libre empresa. "¿Deben los gobiernos decidir qué es adecuado para mí o para mis hijos? ¿O debe ser mi responsabilidad como padre?" se pregunta Katie Harbath, exejecutiva de políticas de Facebook y ahora experta en gobernanza digital.
Otros consideran que el pánico moral actual en torno a las redes sociales es análogo a lo que en el siglo XX se decía del rock ‘n’ roll o la televisión: artefactos nuevos percibidos como amenazas que, con el tiempo, se integran y regulan de mejor manera.
La batalla recién comienza
La demanda presentada en la corte federal de Fayetteville podría marcar un punto de inflexión si se convierte en un nuevo precedente judicial. Mientras tanto, el caso de Arkansas ilustra mejor que ningún otro el inquietante equilibrio entre protección infantil, derechos individuales y control estatal en la era digital.
Lo cierto es que la conversación sobre cómo, cuánto y bajo qué condiciones deben regularse las plataformas digitales apenas está comenzando en Estados Unidos. Y si algo ha dejado claro Arkansas, es que las tensiones entre libertad de expresión, desarrollo tecnológico y responsabilidad social no desaparecerán pronto.
“A veces, las buenas intenciones abren puertas al autoritarismo disfrazado de protección”, escribió recientemente el periodista tecnológico Casey Newton. Una frase que tal vez resuma mejor lo que está en juego en esta nueva batalla legal entre estados conservadores y Silicon Valley.