Kneecap: El Grupo de Rap Irlandés que Sacude Glastonbury con Rebelión y Controversia
Entre la bandera de Hezbollah, la cultura de Irlanda del Norte y una lucha por la libertad de expresión: ¿héroes culturales o provocadores fuera de control?
Este fin de semana, los campos tranquilos de Worthy Farm, donde se celebra anualmente el legendario Festival de Glastonbury, fueron testigos de una poderosa fusión de arte, política y controversia. El trío de rap irlandés Kneecap subió al escenario en un mar de expectativas, críticas y furor mediático, convirtiéndose en uno de los actos más comentados del evento, tanto dentro como fuera de Reino Unido.
¿Quiénes son Kneecap?
Kneecap está compuesto por Mo Chara (Liam Óg Ó hAnnaidh), Móglaí Bap y el productor DJ Próvaí. Desde su lanzamiento en 2017, el grupo ha provocado escándalo y admiración a partes iguales por su fusión de rap, sátira política y defensa del idioma gaélico irlandés.
Letras crudas, referencias explícitas a drogas, alcohol y violencia, así como una crítica constante a la política británica y a los vestigios del conflicto de Irlanda del Norte, han puesto a Kneecap en el ojo del huracán, pero también en el corazón de una nueva ola cultural en Belfast.
La controversia: ¿Terrorismo o expresión artística?
Todo explotó cuando se presentó una acusación contra Mo Chara por violar la Ley de Terrorismo en el Reino Unido, tras haber presuntamente ondeado una bandera de Hezbollah durante un concierto en Londres en noviembre de 2024. También surgieron videos en redes sociales en los que se les escucha corear frases como “up Hamas, up Hezbollah”.
Esto llevó a múltiples cancelaciones de sus conciertos y una ola de condena política. El primer ministro británico Keir Starmer afirmó que no era “adecuado” que Glastonbury ofreciera una plataforma a la banda, mientras que la líder conservadora Kemi Badenoch cuestionó si la BBC debía transmitir su actuación.
La defensa de Kneecap: “No apoyamos a grupos terroristas”
Frente a las acusaciones, el grupo ha declarado públicamente que no apoyan a Hezbollah ni a Hamas, y que sus gestos fueron satíricos, parte de su narrativa provocadora para denunciar hipocresías políticas y la doble moral en torno al conflicto de Gaza.
“Nos acusan de incitación, pero nuestros verdaderos mensajes son contra el imperialismo, el colonialismo británico y en defensa de las causas olvidadas: Palestina, Irlanda y otros lugares donde la injusticia gobierna”, dijo Móglaí Bap en una entrevista reciente con The Guardian.
La banda afirma que las acusaciones son una estrategia para censurarlos por su apoyo vocal a la causa palestina y su firme posición anticolonialista.
Kneecap y el resurgimiento del idioma gaélico
Pese a las controversias, hay consenso en una cosa: Kneecap ha revitalizado la lengua irlandesa entre los jóvenes. En sus canciones, entrevistas y presentaciones, insisten en la promoción del idioma gaélico como identidad cultural y resistencia frente a la anglicización orquestada durante siglos por el dominio británico en Irlanda del Norte.
Este impulso ha llevado a un aumento del interés por el gaélico en las escuelas y programas comunitarios, convirtiendo al grupo en símbolos culturales más allá de la música.
Glastonbury 2025: El contexto sociocultural
El Festival de Glastonbury, con más de 200,000 asistentes y más de 4,000 actuaciones, ha sido un escaparate para artistas globales como Rod Stewart, Neil Young y Olivia Rodrigo. Sin embargo, Kneecap logró robar la atención mediática con su mera presencia.
Incluso sin confirmación de que la BBC transmitiera su actuación, miles de personas colmaron su escenario, en parte por la música, y en gran parte por la polémica que los rodea. ¿Provocación intencionada o activismo real? La respuesta depende en gran medida del lente con el que se mire.
¿Qué dice la ley británica sobre estos actos?
La Ley de Terrorismo de 2000 en Reino Unido prohíbe el apoyo a organizaciones incluidas en su lista de grupos proscritos, sea este apoyo verbal, simbólico o financiero. Hezbollah es una de estas organizaciones. Por eso, exhibir su bandera puede constituir delito, incluso si se hace en un contexto artístico.
No obstante, críticos legales y agrupaciones de derechos humanos señalan que estas leyes están siendo utilizadas de forma extensiva para reprimir la libertad de expresión y, especialmente, sofocar las voces disidentes que critican la política exterior británica.
¿Iconoclastas o irresponsables?
“Creemos en la tensión entre el arte irreverente y la libertad de expresión. Kneecap realiza un trabajo valiente que refleja la idiosincrasia del pueblo irlandés”, escribió el crítico musical irlandés Malachy Browne en The Irish Times.
Otros opinan distinto. Para el parlamentario unionista Gregory Campbell, la banda no es más que “vulgaridad disfrazada de protesta”, y representa una amenaza para la convivencia pacífica en Irlanda del Norte, aún marcada por las heridas de The Troubles.
La historia de la música como protesta
La música siempre ha sido un arma poderosa contra los sistemas establecidos. Desde Bob Dylan en tiempos de la guerra de Vietnam hasta Tupac Shakur en los Estados Unidos o Víctor Jara en Chile, los artistas han usado sus plataformas para denunciar injusticias, aunque ello conlleve consecuencias legales o políticas.
Kneecap se inscribe en esta tradición. Pero en un Reino Unido pos-Brexit, donde las tensiones internas han resurgido con fuerza (Escocia, Irlanda del Norte, la crisis migratoria), muchos ven en bandas como Kneecap no solo provocación, sino un espejo incómodo de realidades que preferirían ignorar.
¿Qué dicen los fans?
Para los fans de Kneecap —muchos jóvenes irlandeses y simpatizantes internacionales— la banda representa una forma de resistencia cultural, de reconexión con sus raíces y de desafío contra lo que consideran una narrativa oficial asfixiante.
“No están llamando a matar a nadie. Están enfadados porque los han marginado toda la vida. La gente no escucha el mensaje detrás del ruido”, dijo una fanática del grupo entrevistada en Glastonbury.
¿Qué sigue?
Mo Chara regresará a la corte en agosto. La posibilidad de una condena sigue latente, aunque expertos legales opinan que en estos casos es extremadamente difícil probar apoyo directo a grupos terroristas sin intención explícita.
Mientras tanto, Kneecap sigue girando, escribiendo y expandiendo su influencia. Sus conciertos ahora se han transformado en actos políticos tanto como actuaciones musicales.
Así, entre ataques legales, boicots institucionales y ovaciones culturales, el grupo ha logrado algo que pocos artistas logran: convertirse en símbolos vivos de una resistencia cultural que, al menos por ahora, parece más fuerte que nunca.
Fuentes:
- The Guardian
- The Irish Times
- BBC News
- The Telegraph
- Legislación del Reino Unido: Terrorism Act 2000