Beyoncé y el poder del espectáculo: cuando las celebridades eclipsan la moda

En la Semana de la Moda de París 2025, el 'look' ya no es la atracción principal: lo son las estrellas que lo llevan

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

¿Qué sucede cuando una pasarela se convierte en alfombra roja? Lo vimos de forma impactante en la Semana de la Moda Masculina de París 2025, donde los diseñadores presentaron colecciones vanguardistas, pero los titulares se los llevaron las celebridades. ¿El momento cumbre? La llegada de Beyoncé y Jay-Z al desfile de Louis Vuitton, marcando un antes y un después en la relación moda-fama.

La pasarela es ahora un escenario global

Durante décadas, las semanas de la moda servían para que diseñadores sedujeran a minoristas y editores. Hoy, es un espectáculo de proporciones virales. Las redes sociales dominan el espacio que antes era sólo de expertos, y las vistas en Instagram, TikTok o Weibo valen más que cualquier reseña en Vogue.

En el desfile masculino de Louis Vuitton, el show fue orquestado por Pharrell Williams, quien desde su nombramiento en 2023 como director creativo, ha transformado la marca en un fenómeno cultural. El desfile incluyó una pasarela con ambientación de "serpientes y escaleras", pero incluso ese diseño fue eclipsado por la presencia de íconos como Karol G, Bradley Cooper, y por supuesto, Beyoncé.

El efecto Beyoncé: viralidad en tiempo real

El look de Beyoncé —un conjunto de mezclilla diseñado a medida por Louis Vuitton, con sombrero vaquero y cinturón al estilo western— fue uno de los más compartidos de toda la semana de la moda. La cantante no solo asistió: fue parte del guion del desfile.

El gesto clave ocurrió cuando Pharrell le entregó personalmente un bolso Speedy directamente desde la pasarela. El momento se hizo viral de inmediato, demostrando que Beyoncé no es solo una invitada: es la musa, el rostro y el mensaje.

Lo más llamativo es que, en menos de 48 horas, los efectos de su outfit ya se notaban en Shein, Zara y otras cadenas rápidas de moda. Caía la noche en París, pero nacía una nueva tendencia global en plataformas de e-commerce.

La moda rápida se alimenta del glamour

La transformación del glamour de pasarela en prendas comprables ocurre ahora a una velocidad meteórica. Plataformas como Temu y AliExpress son capaces de poner versiones accesibles de looks virales en sus escaparates virtuales en menos de una semana. Todo gracias a la cultura de celebridad.

Este fenómeno ha cambiado profundamente cómo funcionan las casas de moda. Si antes el diseño marcaba el ritmo, hoy lo marca la celebridad que lo lleva. La inspiración ya no nace del atelier en silencio, sino del impacto mediático que una imagen puede generar.

El K-pop como superpotencia estilística

La influencia del K-pop en la moda masculina es incuestionable. Durante la Semana de la Moda, J-Hope (BTS), Jackson Wang (GOT7), Bambam y Yuta (NCT) asistieron a múltiples desfiles causando conmoción. No solo fueron fotografiados: transmitieron en vivo los eventos a millones de seguidores, convirtiendo cada presentación en una experiencia colectiva a escala global.

En Corea del Sur, Brasil o Marruecos, los atuendos lucidos por estos ídolos se replican y adoptan con una velocidad impensable hace apenas una década. Sus fanáticos ya no sólo consumen música, sino también estética, estilo y actitud.

La dictadura de la visibilidad: cuando el influencer también dicta moda

No solo las megaestrellas influyen. Influencers y creadores de contenido con millones de seguidores son nuevos prescriptores. La fila delantera ya no la ocupan editores de revistas especializadas, sino youtubers, tiktokers y streamers.

Cada aparición genera docenas de clips, análisis de vestimenta, compras en línea, y réplicas baratas en tiempo récord. En este entorno, lo que prima no es tanto la calidad del diseño, sino cuán viral puede llegar a ser.

La fusión de moda y espectáculo: más allá del diseño

El espectáculo no está solo en quién lo lleva. La propia puesta en escena de los desfiles se ha vuelto monumental. Dior construyó un paisaje lunar artificial el año pasado. Saint Laurent presentó sus prendas casi al borde del Sena como un cuadro renacentista. Louis Vuitton, bajo la batuta de Pharrell, lleva esto al extremo.

El objetivo es claro: crear una experiencia visualmente inolvidable, pensada para ser documentada, compartida, discutida. El desfile en sí es ya un producto de consumo cultural.

Moda como fenómeno participativo

La generación Z y Alpha vive una moda menos aspiracional y más participativa. Ya no sueñan con asistir a un desfile: lo viven en tiempo real desde sus celulares, opinando, imitando, remixando. La moda dejó de ser elitista para convertirse en un lenguaje visual común.

Y con esto, el “quién” importa más que el “qué”. Las colecciones pueden ser espectaculares, pero si no se viralizan, no encuentran eco. Una celebridad genera más ventas que una crítica positiva del New York Times.

¿El fin del diseñador clásico?

El nombramiento de Pharrell Williams como creative director de Louis Vuitton fue quizás la declaración más potente de esta nueva era. No es diseñador de formación, pero sí una figura transversal con influencia en moda, música y redes. Su fichaje fue un movimiento dirigido a capturar la atención pública más allá del universo de insiders.

Como lo resume Charles Emmanuel Girard, analista de tendencias de la firma Launchmetrics: “El retorno de inversión ya no se mide por ventas directas, sino por exposición mediática. Cada publicación de Beyoncé vale más que una página de Vogue.”

Detrás del espectáculo: siguen existiendo tendencias

A pesar del protagonismo de las estrellas, las colecciones no pasan desapercibidas. Este año vemos una continuación de algunos clásicos del streetwear: siluetas amplias, tejidos suaves, estéticas activewear y lujo discreto marcaron el paso desde Hermès hasta Dolce & Gabbana.

Pero incluso estas propuestas dependen del paraguas mediático. No es tanto cómo se ven en modelos, sino cómo las porta alguien como Bad Bunny, Timothée Chalamet, o Bambam. La celebridad no solo amplifica: canoniza.

Un desfile en la palma de tu mano

En 2025, asistir a París ya no es imprescindible para vivir la alta costura. Las marcas lo saben y adaptan su storytelling para dispositivos móviles. El desfile, desde la óptica del smartphone, tiene narrativa propia, diseñada para TikTok, con momentos clave, cortes virales y reacciones espontáneas. Todo el contenido está empaquetado para alimentar el ciclo inmediato del deseo digital.

El nuevo lujo es digital, mediático y personalizado. Y en eso, las estrellas no solo participan: dominan. Porque en este universo flotante donde todo es efímero pero documentado, solo una cosa permanece: la imagen viral de una celebridad.

“La moda ya no dicta cómo vestirse. Las celebridades sí.” – Tyler McCall, editora de Fashionista

En resumen, si la moda masculina en 2025 pudiera resumirse en una premisa, sería esta: el show es el producto. Los diseños son importantes, claro. Pero en esta industria acelerada y multitáctil, la celebridad es la nueva alta costura. Y todos estamos en primera fila.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press