Idaho bajo fuego: ¿una señal de alarma para los ataques dirigidos contra primeros respondedores?
Un análisis profundo del tiroteo en Canfield Mountain que cobró la vida de dos bomberos y expuso la vulnerabilidad de los servicios de emergencia en zonas rurales de Estados Unidos
Un acto atroz ha sacudido el corazón de Idaho. El 29 de junio de 2025, dos bomberos perdieron la vida en un tiroteo mientras respondían a un incendio forestal en Canfield Mountain, al norte de Coeur d’Alene. Lo que se suponía que era una intervención rutinaria se convirtió en una zona de guerra, con francotiradores disparando a miembros de la unidad de emergencia, en lo que el gobernador Brad Little calificó como "un asalto vil" contra héroes cotidianos.
El ataque: qué sabemos hasta ahora
Según el Sheriff del condado de Kootenai, Bob Norris, los primeros reportes de disparos comenzaron aproximadamente a las 2:00 p.m., apenas media hora después de que se atendiera la emergencia del incendio. Las llamas aún consumían zonas de la montaña, pero los trabajos de extinción se vieron totalmente interrumpidos. "Estamos recibiendo disparos de francotirador en tiempo real", declaró Norris en una conferencia de prensa a las 4:30 p.m.
Hasta el momento de esta redacción, no hay sospechosos detenidos ni confirmación del número total de víctimas, aunque se presume que puede haber más personas refugiadas aún en el área. Equipos del FBI llegaron al lugar con unidades tácticas y tecnologías de rastreo para tratar de localizar al atacante o atacantes.
¿Por qué un francotirador en medio de un incendio forestal?
La pregunta que flota en el aire es inquietante: ¿por qué alguien abriría fuego contra personal de emergencia? Si bien aún no hay un móvil claro, las autoridades han señalado que el terreno escarpado y la vegetación densa proporcionaban una cobertura perfecta para alguien con entrenamiento y una intención letal.
"Este es un ataque calculado. No es un disturbio impulsivo, sino el trabajo de alguien con conocimientos y con acceso a armas de alto poder", dijo el analista de seguridad pública Charles Whitman en declaraciones a la cadena local KREM 2 News.
Una situación alarmante en la historia reciente
Este tipo de ataques contra primeros respondedores no es completamente nuevo, pero su frecuencia e intensidad están aumentando. Un informe del National Institute of Justice revela que entre 2010 y 2020, los ataques intencionales contra bomberos y paramédicos aumentaron en un 34%. Y los francotiradores dirigidos a operaciones de rescate son aún más raros, pero desgarradores cuando suceden.
- 2016: un francotirador en Dallas mató a cinco policías durante una protesta.
- 2022: un bombero fue asesinado en California tras responder a un incendio provocado por un sospechoso con historial militar.
- 2024: rescate aéreo en Colorado bajo fuego directo desde una ladera mientras extinguían un incendio forestal.
Canfield Mountain se une tristemente a esta lista.
Condiciones geográficas y humanas: una combinación peligrosa
Canfield Mountain, con sus densos bosques y senderos montañosos, es una popular zona para senderismo y ciclismo en verano. A solo 6.5 km al norte de Coeur d’Alene, su proximidad a núcleos urbanos hace que cualquier acción de este tipo sea más peligrosa.
"Estas montañas no son solo naturaleza, son territorio perfectamente aprovechable para tácticas de combate. Esto cambia el juego para nuestra policía y los bomberos", indicó Robert Veach, jefe retirado del Departamento de Bomberos de Missoula.
Respuesta institucional: fortalezas y vacíos
El gobernador Little no tardó en condenar el ataque y pedir oraciones por las víctimas. Pero muchos críticos reclaman acciones más tangibles. La Asociación Nacional de Bomberos Profesionales publicó una declaración pidiendo leyes federales que clasifiquen como crímenes de odio los ataques contra primeros respondedores.
Además, hay una creciente demanda para reevaluar los protocolos de seguridad en incendios forestales de zonas semiurbanas y rurales, incluyendo:
- Despliegue de vigilancia aérea antes de enviar personal terrestre.
- Equipos de seguridad militarizados en zonas de alto riesgo.
- Colaboración más ágil entre agencias locales, estatales y federales.
¿Es esto un indicio de radicalización creciente?
Algunos expertos advierten que este ataque podría formar parte de una tendencia preocupante de milicianos aislados y individuos radicalizados que actúan contra instituciones que perciben como opresivas.
"El auge de discursos anti-institucionales online, combinados con la facilidad de adquirir armas de alto calibre, crea un entorno fértil para este tipo de violencia", explicó Dr. Marianne Hebert, investigadora de terrorismo doméstico en el Southern Poverty Law Center.
En Idaho, un estado que ha sido foco de milicias armadas y grupos extremistas como el movimiento Patriot y Three Percenters, las tensiones sociopolíticas podrían ser factor de riesgo.
¿Y ahora qué sigue?
Las comunidades locales están en duelo y a la espera. La investigación federal prosigue, mientras los residentes de Coeur d’Alene reconstruyen sus rutinas con miedo y precaución. Las autoridades han cerrado completamente la zona de Canfield Mountain Trailhead y Nettleton Gulch Road, lo que complica aún más la contención del incendio.
"No podemos apagar el fuego en este momento," reconoció el sheriff. La prioridad es garantizar la seguridad de las fuerzas desplegadas.
La tragedia también recuerda un problema olvidado: la salud mental rural
Las emergencias en zonas montañosas muchas veces son el resultado de actuaciones aisladas de individuos con problemas de salud mental mal atendidos. Aunque no hay datos oficiales sobre el atacante (o atacantes), los expertos en salud comunitaria insisten en que es urgente reforzar el acceso a psiquiatría y servicios de apoyo en condados del interior del país.
El legado de quienes cayeron
Los nombres de los bomberos no han sido formalmente divulgados, pero sus compañeros ya los recuerdan como héroes. "Ellos sabían que podían encontrar llamas, pero nunca imaginaron balas escondidas entre los árboles", declaró entre lágrimas una paramédica de Coeur d’Alene, que pidió no revelar su identidad.
Mientras tanto, se multiplican los homenajes en estaciones de bomberos a lo largo del estado, incluyendo una vigilia encendiendo sirenas al unísono a las 8:00 p.m. del lunes 30 de junio.
Una nación que debe reflexionar
Cuando responder a un incendio puede costarte la vida por una bala y no por una llama, hay algo profundamente roto en la relación entre comunidad y seguridad ciudadana. Estados Unidos, con su robusto aparato institucional, enfrenta el reto de garantizar que quienes arriesgan todo para salvarnos no terminen siendo víctimas de la violencia irracional e imprevisible que ellos mismos buscan sofocar.
Como dijo el gobernador Little: "Pidamos por ellos, pero también actuemos en su nombre".