‘Alcatraz de los Cocodrilos’: La nueva estrategia migratoria extrema de Trump incendia el debate nacional
El nuevo centro de detención en los Everglades, rodeado de fauna salvaje, simboliza una política migratoria sin precedentes marcada por el espectáculo y la controversia.
Un centro de detención en medio del pantano
Donald Trump ha vuelto a sacudir el escenario político estadounidense con la inauguración de un nuevo centro de detención para inmigrantes en los Everglades de Florida. El proyecto, que ha sido calificado informalmente como “Alcatraz de los Cocodrilos”, pretende enviar un mensaje contundente al mundo: entrar ilegalmente a EE.UU. traerá consecuencias extremadamente duras.
El lugar elegido es un aislado aeródromo a unos 80 kilómetros al oeste de Miami, en plena reserva natural, y está diseñado para albergar hasta 5,000 inmigrantes. Sus promotores destacan la seguridad “natural” del sitio, ya que está rodeado de mosquitos, pitones, cocodrilos y una densa jungla casi impenetrable para cualquiera que intente escapar.
¿Mensaje de seguridad o espectáculo cruel?
El anuncio del nuevo centro ha levantado una ola de críticas tanto de activistas proinmigrantes como de líderes indígenas y ambientalistas. Estos últimos denuncian la violación de un ecosistema frágil y de tierras consideradas sagradas por algunas comunidades nativas americanas.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, fue clara al describir el objetivo del centro: “Hay una sola carretera de entrada, y la salida es un vuelo de una sola vía. Está rodeado de fauna peligrosa y terreno implacable”. En otras palabras, una prisión natural ideada para transmitir un mensaje intimidatorio.
Una estrategia polémica con ecos del pasado
No es la primera vez que Trump sugiere ideas extravagantes para reforzar la frontera. En 2019, durante su primer mandato, negó rotundamente haber propuesto un foso lleno de cocodrilos en la frontera con México, aunque luego admitió que consideró reforzar los límites con obstáculos menos convencionales.
Ahora, en su segundo mandato, la retórica se ha convertido en acción. No solo se plantea la reapertura de prisiones de alta seguridad como Alcatraz, sino que también se ha barajado la idea de enviar inmigrantes a Guantánamo o incluso a una megacárcel en El Salvador.
Florida, el laboratorio político de la disuasión migratoria
La construcción del centro fue respaldada por el gobernador Ron DeSantis, quien en el pasado compitió contra Trump por la nominación presidencial republicana. DeSantis no solo avaló el proyecto, sino que lo convirtió en una herramienta propagandística: camisetas y termos con el logo del centro (incluyendo imágenes de cocodrilos con gorras de ICE) se ofrecieron como mercancía oficial del Partido Republicano de Florida.
Para DeSantis, la ubicación es perfecta: “Una vez allí, no van a ningún lado..., a menos que uno quiera que se vayan. Porque buena suerte volviendo a la civilización”, declaró con cierto tono de burla. Esta frase resume bien el enfoque de su administración: lo importante no es solo detener, sino también hacer sufrir.
Impacto ambiental y ético: ¿vale la pena el costo?
Localizado en una región de biodiversidad altísima, el centro enfrenta serias críticas ecológicas. Los Everglades han sido clasificados por UNESCO como patrimonio mundial en peligro desde 2010 debido a la urbanización, contaminación y pérdida de hábitat.
- Más de 60 especies en peligro de extinción habitan en la zona, incluidas la pantera de Florida y el manatí del Caribe.
- Ambientalistas advierten sobre el riesgo de desequilibrio ecológico irreversible al construir una instalación de gran escala en un lugar tan sensible.
Además, varios líderes de pueblos originarios han denunciado la ocupación de tierras sagradas sin consultar a las comunidades. El jefe tribal de los Miccosukee declaró que “no solo se profana la tierra, sino también la memoria de nuestros antepasados”.
¿Cuál es el rol de FEMA?
Otro detalle que encendió las alarmas es que parte del financiamiento para esta instalación proviene de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Aunque tradicionalmente vinculada a huracanes y desastres naturales, la participación de FEMA ha sido justificada como respuesta a una “crisis migratoria sostenida”.
El uso de estos fondos ha sido criticado duramente por congresistas demócratas, quienes señalan la ironía de destinar recursos de emergencia a una cárcel en vez de a víctimas de catástrofes como los incendios en Hawái o las inundaciones en Nueva York.
Una táctica electoral con efectos impredecibles
Para muchos, esta movida forma parte de la estrategia de Trump de alimentar su base electoral con medidas impactantes y simbólicas. “Lo que menos importa aquí es la verdadera efectividad del centro. Lo que cuenta es el símbolo que representa para los votantes conservadores: dureza, ley y orden”, comenta Barry Saunders, analista político del Washington Institute for Policy Studies.
Sin embargo, el efecto boomerang podría ser real. Exrepresentantes como David Jolly, hoy demócrata y aspirante a la gobernación de Florida, criticaron el sitio como una “crueldad política envuelta en espectáculo”. Y no son pocos los republicanos moderados que ven este enfoque como una radicalización innecesaria.
Una narrativa cada vez más extrema
El uso constante de una narrativa que mezcla imágenes amenazantes con medidas controversiales parece definir la nueva etapa del trumpismo. La idea del centro como un infierno pantanoso donde “nadie puede escapar” es más digna de una distopía cinematográfica que de una política pública.
Además, al promover el centro a través de videos con cocodrilos de ojos rojos y música heavy metal, queda claro que el dramatismo forma parte intencional del mensaje. No se trata solo del contenido, sino de su forma: show político convertido en política migratoria.
¿Qué dice la ley?
Es fundamental subrayar que los detenidos por el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) no son necesariamente criminales. Muchos están allí por faltas administrativas, como haber entrado sin visa o haber sobrepasado su tiempo permitido de estancia. La Constitución de EE.UU. establece que incluso estas personas tienen derecho al debido proceso.
No obstante, las condiciones propuestas —aislamiento total, fauna peligrosa, única vía de escape aérea— plantean interrogantes sobre derechos humanos. ¿Hasta qué punto es legal crear entornos intencionalmente inhóspitos para “disuadir” la migración?
Un espejo de la América política de hoy
En última instancia, “Alcatraz de los Cocodrilos” no es solo una prisión: es un espejo que refleja con crudeza una nación dividida entre el miedo y la esperanza, entre la seguridad nacional y la dignidad humana. Un símbolo de hasta dónde se puede llegar en nombre del control migratorio y cuánto estamos dispuestos a tolerar como sociedad.
El futuro dirá si este centro cumple su objetivo real, o si quedará en la historia como un experimento fallido alimentado por el sensacionalismo.