Guerra entre Israel e Irán y el drama humanitario en Gaza: Una mirada al conflicto que sacude Oriente Medio

Mientras el enfrentamiento militar con Irán deja cientos de muertos, en Gaza persiste el horror humanitario con civiles asesinados en busca de ayuda vital. ¿Dónde termina la defensa y empieza el crimen?

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Una realidad abrasadora: el conflicto sin fin

Oriente Medio nuevamente se encuentra en una encrucijada violenta. La reciente guerra declarada entre Israel e Irán ha puesto el conflicto regional en el centro de las preocupaciones globales. Al margen del enfrentamiento tradicional entre Israel y Hamás en Gaza, este nuevo frente ha causado no solo miles de víctimas, sino también una escalada sin precedentes en una región que lleva más de siete décadas en tensión permanente.

Balances alarmantes: víctimas civiles y militares

El gobierno iraní elevó oficialmente su cifra de muertes a 935 personas tras 12 días de ofensiva israelí. Aunque no se ha difundido un desglose detallado entre víctimas militares y civiles, se sabe que 38 eran menores de edad y 132 mujeres. Un dato alarmante que subraya el alcance de los ataques sobre áreas pobladas y no exclusivamente militares.

Por su parte, Human Rights Activists, una ONG con base en Estados Unidos, afirma que la cifra real podría alcanzar las 1,190 personas muertas, incluyendo 436 civiles y otras víctimas aún no identificadas. Estas cifras ponen en duda la transparencia del régimen iraní y dejan al descubierto el drama humano generado por esta guerra.

Un intercambio letal de ataques militares

Desde el 13 de junio, Israel ha atacado blancos clave en Irán, incluyendo instalaciones nucleares, defensas militares, científicos atómicos y oficiales de alto rango. En represalia, Irán ha disparado más de 550 misiles balísticos contra territorio israelí. Aunque la mayoría fueron interceptados, los que lograron impactar dejaron un saldo de 28 muertos y daños significativos en distintas zonas del país.

Esta guerra ha cambiado el enfoque estratégico de ambas naciones. Israel ha dejado de lado la neutralidad implícita sobre ataques en territorio iraní y ha optado por una demostración de fuerza directa. Mientras tanto, Irán ha elevado su capacidad de misiles balísticos de uso ofensivo, colocando al mundo ante una peligrosa incertidumbre sobre el futuro de la no proliferación nuclear.

Gaza: la otra herida sangrante

Mientras tanto, la situación en la Franja de Gaza no mejora. Al contrario, parece agravarse. Al menos 22 palestinos murieron el lunes mientras intentaban obtener ayuda alimentaria en el sur de Gaza, según informes de testigos presenciales y el Ministerio de Salud palestino. Los hospitales reportaron también 20 heridos graves.

Lo más trágico es que estas muertes ocurrieron en el contexto de un programa de distribución de ayuda asociado con el Gaza Humanitarian Fund (GHF), respaldado por Estados Unidos e Israel. Este modelo, que planea sustituir la coordinación con las ONU y otras ONG internacionales, ha provocado una ola de muertes que supera los 500 palestinos en el último mes. ¿Cómo es posible que una iniciativa humanitaria acabe generando más víctimas civiles?

Testimonios desde el horror

“Dispararon indiscriminadamente”, relata Yousef Mahmoud Mokheimar, un palestino que regresaba de uno de los centros del GHF cuando fue atacado por tropas israelíes. “Fui herido en la pierna, y otro hombre fue herido cuando trataba de ayudarme. Detuvieron a seis personas, entre ellos tres niños. No sabemos si siguen vivos”.

Estos testimonios desgarradores se suman a los de muchas otras personas que relatan ser atacadas no mientras saqueaban o cometían crímenes, sino simplemente cuando regresaban con paquetes de harina y arroz.

Un patrón alarmante de violencia contra civiles

En el norte de Gaza, otro ataque israelí mató a 10 personas en un supuesto almacén del GHF en ciudad de Gaza. No está claro si contenía ayuda humanitaria. El bombardeo forma parte de una nueva oleada de ataques sobre Gaza y el campo de refugiados de Jabaliya, acompañado de órdenes de evacuación masivas emitidas por el ejército israelí.

Según Fares Awad, jefe de los servicios de ambulancias del Ministerio de Salud de Gaza, “la mayoría de Gaza está inaccesible. Las ambulancias simplemente no pueden llegar. La gente muere atrapada en los escombros”.

Israel sostiene que sus ataques están dirigidos contra centros de comando militar de Hamás. Sin embargo, la destrucción acumulada de infraestructura civil y los altos números de víctimas bystanders sugiere una estrategia de tierra arrasada.

¿Humanitarismo o control?

La tensión entre Israel y las agencias humanitarias ha dejado al descubierto una diferencia profunda de enfoque. Por un lado, Israel y EE.UU. impulsan el GHF como alternativa al sistema de distribución de Naciones Unidas, al que acusan de corrupción e infiltración por parte de Hamás. Por otro, la ONU rechaza categóricamente estas acusaciones

No hay evidencia de desvíos sistemáticos de ayuda por Hamás. Las operaciones están supervisadas y regidas por organismos internacionales”, afirmó un vocero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Este tipo de afirmaciones no satisfacen a Israel, que sigue apostando a la militarización del entorno humanitario. Ha colocado nuevas vallas, carteles y rutas específicas hacia los puntos de entrega del GHF, pero estos siguen siendo igualmente peligrosos para los palestinos.

Una nueva fase del conflicto regional

Analistas internacionales como Trita Parsi del Quincy Institute apuntan que este nuevo capítulo de violencia arrincona cada vez más a Gaza y empaña los buenos oficios diplomáticos que intentaban contener la escalada entre Irán e Israel.

“Estamos viendo una redefinición del orden geoestratégico”, asegura el experto. “Israel ya no se limita a actos quirúrgicos. Esta ofensiva muestra una voluntad clara de desmantelar toda capacidad ofensiva de Irán. Pero eso conlleva un enorme precio humano”.

Y si la línea entre operaciones antiterroristas legítimas y crímenes de guerra se vuelve tan borrosa, ¿quién protege a la población civil en la práctica?

La cuerda floja de la diplomacia: tibios procesos de paz

Una semana después de los anuncios de un frágil acuerdo de paz entre Irán e Israel, aún existen demasiadas incertidumbres y heridas abiertas. Las futuras negociaciones estarán marcadas por la sombra de masacres recientes y el profundo resentimiento colectivo que envenena cualquier posibilidad real de reconciliación.

Mientras tanto, los civiles siguen muriendo. En Gaza, entre los escombros y la desesperanza. En Irán, bajo el ruido de bombas que caen sin distinción. Y en Israel, con el temor latente de los misiles que logran eludir los sistemas de defensa.

¿Es este el nuevo estándar de la guerra moderna? ¿Un conflicto sin rostro, donde los niños y ancianos se convierten en daños colaterales aceptables?

La urgencia de una pausa humanitaria efectiva

Organizaciones como Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras exigen un alto al fuego inmediato y sin condiciones en Gaza, además del acceso sin restricciones al corredor humanitario. Pero sin una voluntad política clara por parte de las potencias influyentes, parece poco probable que esas demandas se materialicen pronto.

Lo único seguro es que si la comunidad internacional no actúa con urgencia, se consolidará una nueva normalidad hecha de muerte, hambre y desplazamiento. Una cicatriz más en el corazón herido de Oriente Medio.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press