El auge, la revolución y el precio oculto del teléfono móvil: 50 años de conexión global

Desde la llamada de Marty Cooper en 1973 hasta la hiperconectividad actual, el celular ha cambiado radicalmente nuestra forma de vivir, pero ¿a qué costo?

Un futuro imaginado en los cómics… hecho realidad

En 1946, el personaje ficticio Dick Tracy sorprendía a los lectores de cómics con un reloj que funcionaba como radio de dos vías. Veintisiete años después, esa fantasía de la ciencia ficción se transformaba en una realidad gracias a la visión y tenacidad de Marty Cooper, quien como ingeniero principal de Motorola revolucionó el mundo al realizar, en 1973, la primera llamada telefónica desde un dispositivo móvil.

La apuesta no era trivial. Mientras AT&T creía que el futuro estaba en los teléfonos para autos, Cooper intuía que la gente no quería depender de un vehículo, sino llevar un dispositivo que los conectara con el mundo en todo momento. Y vaya si acertó: medio siglo más tarde, los celulares no solo son omnipresentes, sino esenciales.

Estadísticas que explican nuestra era

La explosión del uso de teléfonos móviles ha sido vertiginosa. Actualmente, existen más teléfonos celulares que personas en el mundo. De acuerdo con la GSMA (asociación global de operadores móviles), en 2023 más del 60% de la humanidad accedía a internet móvil, lo que equivale a más de 4.6 mil millones de usuarios.

Lejos quedó el pesado DynaTAC 8000X de 1.8 kg. Hoy los smartphones son pequeños supercomputadores que caben en la palma de la mano, con capacidades que desafían el entendimiento de quienes vivieron la era analógica.

¿Cómo los móviles reconfiguraron nuestras vidas?

La inclusión masiva de los móviles alteró todos los aspectos de nuestra cotidianeidad:

  • Comunicación instantánea: De cartas demoradas a videollamadas en segundos.
  • Entretenimiento continuo: Videos, música, streaming, juegos... todo en la mano.
  • Trabajo remoto: Hoy, 1 de cada 4 empleos permite algún grado de teletrabajo, según datos de McKinsey de 2023.
  • Educación a distancia: Especialmente post-pandemia, el aprendizaje virtual es norma y no excepción.
  • Compras y servicios financieros: Bancos, supermercados, inversiones; todo pasa por apps.

Pero el avance tiene un precio

Con cada ventaja han surgido retos igual de grandes. El uso excesivo de pantallas está siendo objeto de preocupación global. El psicólogo social Jonathan Haidt, en su exitoso libro “The Anxious Generation”, denuncia cómo las grandes tecnológicas "han recableado la infancia y modificado el desarrollo humano a una escala casi inimaginable".

Ese “dispositivo milagroso” que une a madres senegalesas con hijos migrantes en España también ha tenido implicancias culturales profundas:

“El teléfono ha llegado a invadir hasta nuestros silencios,” afirma la jueza estadounidense Kristen Burks. “Hay días en que deseo que nadie más pueda contactarme”.

Los niños están especialmente expuestos. En EE.UU., siete estados ya han aprobado leyes para prohibir dispositivos móviles en las escuelas durante toda la jornada, y otros 20 están en proceso de legislarlo.

¿Qué piensan los jóvenes de hoy?

Las nuevas generaciones, nativas digitales, tienen sus propias normas sobre el uso del celular. Ayesha Iqbal, estudiante de psicología en Nueva York, dice que “solo llamo todos los días a mi primo. A los demás, les escribo.”

Para ella, y muchos otros, la llamada telefónica reservada solo a relaciones íntimas es una norma tácita. El resto se resuelve con mensajes de texto, notas de voz y emojis.

Un mundo hiperconectado… para algunos

La revolución digital no es igual para todos. En África, tan solo el 37% de la población tenía acceso a internet en 2023, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones. En regiones como Zamfara, en el norte de Nigeria, jóvenes reportan pasar semanas sin señal móvil. Sin embargo, el simple acceso a llamadas ha transformado vidas.

“Cuando vine a Rusia, hablar por WhatsApp con mi familia fue lo único que me mantuvo cuerdo”, cuenta el nigeriano Nnaemeka Agbo.

Tabane Cissé, senegalés radicado en España, lo resume así: “Mi madre no sabe leer ni escribir. Pero cuando la llamo, es como si estuviera a su lado. Me transporta al pasado. Qué alegría.”

El celular que piensa: el futuro según su creador

A sus 96 años, Marty Cooper no se duerme en los laureles. El innovador prevé que la próxima evolución de los móviles será convertirse en computadoras conscientes que monitoreen nuestros cuerpos en tiempo real.

“Será una revolución médica. Las personas no morirán de enfermedades, solo de vejez o accidentes,” afirma con entusiasmo. Imagina dispositivos alimentados por calorías humanas, sin baterías, funcionando siempre.

“Tu teléfono dejará de solo acompañarte. Va a conocerte. Va a anticiparse.”

¿Y la educación?

Cooper no está de acuerdo con las prohibiciones del celular en aulas. “Sería mejor que los docentes integraran el celular como una herramienta de acceso al conocimiento,” escribe. Apuesta por un modelo disruptivo donde, en vez de contaminar la educación, el móvil la fortalezca.

Una revolución que apenas comienza

Desde la primera llamada en Manhattan hasta la interfaz mínima de un Apple Vision Pro, los móviles han encendido una revolución sin precedente. Pero, como toda tecnología poderosa, exige responsabilidad social.

¿Podremos crear normas humanas para un mundo gobernado por máquinas inteligentes? ¿Hallaremos un equilibrio entre conexión y desconexión? Tal vez la respuesta no esté en Steve Jobs ni en Elon Musk, sino en cada uno de nosotros, los usuarios.

“Este es solo el principio,” advierte Marty Cooper desde su casa en California. Y si algo ha demostrado la historia del teléfono móvil, es que no hay límites cuando el futuro llama.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press