El delicado equilibrio entre libertad de prensa e inmigración: el caso de Mario Guevara

La historia de un periodista salvadoreño en Georgia que expone las tensiones entre el derecho a informar, el sistema migratorio y las libertades civiles en EE.UU.

Mario Guevara, periodista salvadoreño y reconocido reportero de habla hispana en el área metropolitana de Atlanta, se encuentra en el epicentro de un caso que toca fibras sensibles en la política migratoria, la libertad de prensa y el trato a los migrantes dentro del sistema judicial y policial de Estados Unidos.

Un arresto entre cámaras y preguntas

El pasado 14 de junio de 2025, Guevara fue arrestado mientras cubría una protesta en el condado de DeKalb, Georgia. El periodista se encontraba transmitiendo en vivo para su medio digital MG News —que fundó tras años de trabajo en Mundo Hispánico— cuando fue abordado por un oficial a pesar de que portaba un chaleco con la palabra “PRESS” y se encontraba en una acera junto a otros comunicadores.

Soy miembro de la prensa, oficial”, se le escucha decir en el video momentos antes de ser detenido. Este clip circuló ampliamente en redes, provocando la indignación de organizaciones de derechos civiles y medios de comunicación.

Del periodismo a la detención migratoria

Lo que comenzó como un conflicto por cargos menores —asamblea ilegal, obstrucción a la justicia y tránsito peatonal indebido— escaló rápidamente cuando Guevara fue entregado a ICE (Immigration and Customs Enforcement). A pesar de que los fiscales del condado posteriormente desestimaron los cargos al no encontrar pruebas suficientes para justificar el enjuiciamiento, Guevara ya se encontraba detenido en el centro migratorio de Folkston, en el sureste de Georgia.

¿Periodismo como amenaza?

La parte más alarmante del caso no es solo el arresto del periodista, sino los argumentos utilizados por la fiscalía para justificar su detención prolongada. Según declaraciones de representantes del gobierno, la transmisión en vivo realizada por Guevara representaba un "peligro para el público" al comprometer la integridad y seguridad de las operaciones policiales.

Esta aseveración ha sido duramente criticada por grupos como el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), que enviaron una carta al Departamento de Seguridad Nacional exigiendo la liberación de Guevara y el cese de los esfuerzos por deportarlo.

“Nos preocupa profundamente que se use el trabajo periodístico como argumento para silenciar y castigar a los reporteros que documentan abusos de poder o movimientos sociales legítimos”, dijo Carlos Martínez de la CPJ.

Un caso con ecos nacionales e internacionales

Guevara, de 47 años, huyó de la violencia en El Salvador hace dos décadas y encontró en el periodismo una forma de apoyar e informar a la comunidad inmigrante en Georgia. Como muchos periodistas latinos en EE.UU., ha sido una figura clave para contar las historias de aquellos que a menudo son ignorados por los medios mayoritarios.

Con una audiencia que supera los 85,000 seguidores en redes sociales, MG News se ha convertido en un canal directo entre la comunidad hispana y la cobertura de políticas migratorias, acciones policiales y temas de derechos laborales.

Su situación ha sacado a la luz una gran paradoja: ser inmigrante y periodista en Estados Unidos puede ponerte en peligro precisamente por realizar un trabajo esencial en democracia.

La historia detrás de los cargos

Según la Oficina del Sheriff del condado de Gwinnett, Guevara también enfrenta cargos adicionales por un incidente ocurrido el 20 de mayo de 2025, reportado semanas después. Entre los cargos figuran conducción distraída, conducción imprudente e incumplimiento de señales de tráfico. Sin embargo, muchos activistas consideran que estos cargos podrían constituir represalias por su cobertura crítica hacia actos de vigilancia y operativos policiales.

A esto se suma que la narrativa del informe original es y las identidades de los agentes involucrados están protegidas, algo que genera más sospechas sobre la motivación real detrás del seguimiento legal en su contra.

La situación migratoria: ¿una excusa más?

Guevara no es un inmigrante indocumentado. De hecho, su estatus migratorio está en proceso de regularización gracias a una solicitud de green card realizada por su hijo ciudadano estadounidense. Además, cuenta con permiso de trabajo válido y ha vivido durante más de 20 años en territorio estadounidense legalmente reconocido. Entonces, ¿por qué es objetivo de deportación?

Su abogado, Giovanni Díaz, insiste en que la detención prolongada y el traslado a custodia de ICE fue una medida excesiva e innecesaria, especialmente después de que los cargos penales fueran desestimados. Para Díaz, este caso representa un “abuso del poder sistemático” y es parte de una tendencia donde se criminaliza la labor periodística cuando resulta incómoda para ciertas autoridades.

Libertad de prensa y doble rasero

El caso Guevara no es una excepción aislada. En los últimos diez años, ha habido más de 115 incidentes documentados en los que periodistas fueron agredidos o detenidos durante coberturas de protestas en Estados Unidos, según datos de la U.S. Press Freedom Tracker.

Lo que hace especial el caso de Mario Guevara, sin embargo, es el factor migrante. Su falta de ciudadanía lo convierte en un blanco más vulnerable a represalias, incluso cuando su trabajo está bajo el amparo legal de la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense.

Según una encuesta del Pew Research Center de 2024, un 61% de los estadounidenses cree que la prensa en general es vital para mantener la democracia, pero solo un 31% piensa que debería estar protegida si interfiere con operativos de seguridad. Es allí donde el equilibrio se vuelve difuso y peligroso.

Un mensaje de advertencia

Más allá del caso individual, el encarcelamiento de Guevara envía un mensaje inquietante: cuando el periodista incómodo es también inmigrante, las herramientas del sistema legal pueden volverse armas de silenciamiento.

En un contexto donde las tensiones entre policía, medios independientes y comunidades migrantes son palpables, resulta esperanzador el apoyo que Guevara ha recibido. Desde asociaciones de periodistas, comunidades latinas y líderes cívicos, hasta compañeros de profesión que han creado campañas de recaudación para asistirlo legalmente.

El caso Guevara no ha terminado. Aunque fue liberado bajo fianza por orden de un juez de inmigración, la amenaza de deportación continúa. Mientras tanto, sigue transmitiendo desde sus redes sociales, compartiendo sus vivencias y reafirmando su compromiso con informar, incluso desde el riesgo.

Georgia y en especial áreas como Atlanta viven una transición cultural profunda donde el periodismo independiente en español, como el que representa MG News, juega un papel vital. Si se les silencia, se silencia a toda una comunidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press