Un nombre que arde en la política tailandesa: ¿Fin del legado Shinawatra?

La caída de Paetongtarn Shinawatra expone una vez más los ciclos de poder y confrontación en la política de Tailandia

Por tercera vez en menos de dos décadas, un Shinawatra parece perder la batalla por el poder en Tailandia. Esta vez, Paetongtarn, la hija del controvertido ex primer ministro Thaksin Shinawatra, queda suspendida por la Corte Constitucional en medio de un escándalo diplomático. ¿Será este el final definitivo del linaje político más emblemático del país?

Una dinastía política bajo asedio

La familia Shinawatra ha sido sinónimo de populismo en Tailandia, capturando la imaginación y el apoyo de millones de votantes rurales desde el ascenso de Thaksin Shinawatra al poder en 2001. Empresario de las telecomunicaciones convertido en político, Thaksin fue derrocado por un golpe militar en 2006. Su hermana, Yingluck, quien asumió el cargo en 2011, fue inhabilitada y exiliada apenas tres años después.

Y ahora, Paetongtarn Shinawatra, líder del partido Pheu Thai, enfrenta su propio exilio político tras ser suspendida por la Corte mientras se investiga una llamada filtrada con líderes camboyanos. Una conversación que muchos perciben como un intento de apaciguar a un vecino autoritario a expensas del interés nacional.

La promesa de un nuevo liderazgo

Paetongtarn, de 38 años, se presentó como un rostro joven y moderno. Aunque jamás rechazó sus lazos familiares, procuró establecer una identidad política propia. "No es la sombra de mi padre. Soy su hija, siempre lo seré, pero tomo mis propias decisiones", declaró durante la campaña de 2022.

Bajo su liderazgo, esperaban avances en calidad de vida, digitalización de la economía y políticas sociales igualitarias. Sin embargo, sus críticos argumentan que su mandato —aunque corto— fue más titubeante que transformador.

  • La legalización del matrimonio igualitario fue iniciada antes de su mandato.
  • Retroceso en la despenalización del cannabis, con políticas confusas.
  • Contradicciones y constantes cambios en planes de subsidios económicos.
  • Estancamiento de las relaciones comerciales con EE.UU.

Un escándalo diplomático con Hun Sen

La gota que derramó el vaso fue una llamada privada, filtrada a medios, entre Paetongtarn y el influyente líder camboyano Hun Sen. En la grabación, se escuchaban comentarios despectivos hacia un comandante del ejército tailandés y un tono que sugería sumisión frente a Phnom Penh.

Para una nación con una historia tan delicada con su soberanía, la percepción de debilidad ante líderes autoritarios no fue bien recibida. Aunque Paetongtarn ofreció disculpas, también negó que sus acciones dañaran al país y se rehusó a dimitir o convocar nuevas elecciones.

¿La hija... o el peón de Thaksin?

A pesar del discurso de independencia, muchos tailandeses creen que el verdadero poder sigue en manos del patriarca político Thaksin, quien regresó de su exilio en 2023 tras un aparente acuerdo con sectores conservadores. Este pacto permitió al Pheu Thai formar gobierno, desplazando al Move Forward Party (MFP), el verdadero ganador de las elecciones.

Este movimiento resultó demasiado costoso. Según Napon Jatusripitak, analista político del ISEAS-Yusof Ishak Institute en Singapur:

"El embrujo Shinawatra se ha roto. La única heredera viable ahora está manchada. El apellido ya no garantiza éxito político."

Además, la percepción de que Thaksin manipuló el tablero para su beneficio personal erosionó el apoyo de antiguos aliados. La imagen romántica del líder en el exilio que luchaba contra el 'establishment' conservador se desmoronó rápidamente.

Los enemigos de siempre: conservadores, militares y pro-monarquistas

Los rivales de los Shinawatra han sido consistentes: las élites conservadoras, el ejército y los defensores del viejo orden realista, alarmados por el impacto del populismo fiscal de Thaksin. Políticas como atención médica gratuita, microcréditos y subvenciones fueron vistas como peligrosas concesiones a las masas.

La historia parece repetirse. A cada intento de retorno del Shinawatraismo le sigue un derrumbe orquestado: ya sea por golpes militares, fallos judiciales o protestas callejeras. La clase dirigente parece detectar con precisión quirúrgica el momento para desestabilizar a sus adversarios.

Y es también una constante la fragilidad institucional, cuya imparcialidad se cuestiona. Tal como apuntó Freedom House en su informe 2024, Tailandia sigue categorizada como una democracia parcialmente libre, con una puntuación de 30/100 en cuanto a libertades políticas.

Paetongtarn: juventud política y legado familiar

Antes de su ascenso en 2021 como cabeza visible del Pheu Thai, Paetongtarn era una ejecutiva en el negocio hotelero familiar. Se casó con Pitaka Suksawat, un expiloto convertido en empresario inmobiliario dentro del conglomerado Shinawatra, y tienen dos hijos pequeños.

Su irrupción en la política estuvo envuelta de simbolismo: mujer joven, madre, preparada y heredera de una causa que conectaba con las clases populares. Pero sus críticos temen que haya pensado en la adoración masiva como un derecho hereditario y no un premio político ganado con resultados.

¿Fin de una era política?

Paetongtarn no es la primera, pero podría ser la última de los Shinawatra en ocupar el máximo cargo del país. El peso de las acusaciones, junto con un contexto geopolítico adverso y la erosión de la legitimidad del partido, deja a la dinastía en una encrucijada.

Además, Yingluck sigue en el exilio, amenazada con cárcel, y Thaksin enfrenta causas judiciales pendientes. Las viejas heridas no han sido cerradas y los enemigos de antaño siguen esperando el momento oportuno.

Políticamente, el futuro parece pertenecer al Move Forward Party, una formación progresista y civil que insiste en la descentralización del poder y reformas estructurales. Desplazados en 2023 por acuerdos bajo la mesa entre sus opositores y el Pheu Thai, es posible que resurjan con más fuerza si los votantes consideran traicionados los ideales democráticos del país.

Como reflexiona Napon:

"Tailandia está atrapada en un ciclo fúnebre en el que gobiernos electos enfrentan presiones sistemáticas extrainstitucionales. Repetimos un patrón político que lleva 20 años: esperanzas populares que terminan en decepción."

Lo que sigue

Mientras la Corte evalúa el destino de Paetongtarn, el clima político de Tailandia se radicaliza. Protestas, acusaciones cruzadas y un pueblo dividido entre la nostalgia del populismo y el deseo de un cambio real. El apellido Shinawatra ya no seduce como antes, y puede que este capítulo marque el último acto de una dinastía que prometió tanto... y terminó chocando, de nuevo, contra los muros del sistema.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press