Wimbledon sin jueces de línea: ¿futuro del tenis o pérdida de tradición?

El torneo más antiguo del Grand Slam adopta la tecnología para sustituir a los jueces humanos, y las opiniones entre jugadores y leyendas como McEnroe están divididas

Wimbledon 2025 ha dado un paso audaz hacia el futuro con la supresión de los jueces de línea humanos en favor de un sistema de revisión electrónica que dicta con voces grabadas si una pelota fue dentro o fuera. Con esta novedad, el torneo más tradicional del circuito se moderniza, alineándose con otras competiciones importantes, aunque no sin generar polémica.

“¡No puede ser!”: McEnroe se pronuncia con calma esta vez

John McEnroe, leyenda del tenis y archiconocido por su exclamación "You cannot be serious!", ha sido uno de los comentaristas que más atención ha prestado a esta evolución tecnológica. El estadounidense, que ganó Wimbledon en tres ocasiones, se mostró sorprendentemente a favor del cambio, aunque reconoció que algo de la esencia del juego se pierde:

“Si es preciso, me parece genial, porque al menos sabes que obtienes la decisión correcta”, dijo McEnroe en declaraciones para ESPN y BBC.

También bromeó sobre el impacto que los jueces de línea podrían haber tenido en su cabellera:

“Mi cabello no estaría tan blanco como ahora”, comentó entre risas.

Adiós a los jueces de línea: ¿progreso o nostalgia?

Este cambio tecnológico pone fin al rol de 275 jueces de línea que tradicionalmente participaban en los partidos. Aunque 80 de ellos han sido reubicados como “asistentes de partido”, la transformación ha sido clara: un torneo sin voces humanas marcando las líneas.

Sally Bolton, CEO del All England Club, explicó la decisión:

“No se trata de un ejercicio para ahorrar dinero. Es una evolución del torneo para garantizar el sistema de marcado más eficaz posible.”

Este sistema ya se utiliza en la mayoría de los torneos ATP y WTA fuera del Roland Garros, que se disputa sobre arcilla y sigue favoreciendo la revisión de marcas visibles en la tierra batida.

La reacción de los jugadores: entre alivio y confusión

La abolición del sistema de “challenge”, que permitía a los jugadores solicitar revisión en video, ha generado opiniones divididas. Para Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, el nuevo método es bienvenido:

“Con jueces humanos, siempre te preguntas: ‘¿Debería desafiar esta decisión o no?’ Con esto se elimina la duda.”

El británico Cam Norrie fue un poco más nostálgico. Aunque elogió la precisión de la máquina, extrañó el “ambiente visual” que creaban los jueces de línea:

“Se veía bien tenerlos en la cancha. Era parte del espectáculo.”

Además, expresó preocupación por la pérdida de empleos para muchos de esos jueces, una labor que muchos mantenían año con año, consolidando así una pequeña comunidad en torno a Wimbledon.

Un cambio que busca eficiencia

Bolton también defendió la interoperabilidad que ofrece el sistema, eliminando las interpretaciones subjetivas. En teoría, cada jugador se beneficia equitativamente, algo que Frances Tiafoe, el estadounidense sembrado número 12, celebró, aunque confesó que ni siquiera se dio cuenta de la ausencia de jueces humanos en su partido de 1ª ronda.

“Lo único que noté fue que el juez de silla llamaba por teléfono para que le trajeran más toallas... En el día más caluroso del torneo, ¡por cierto!”, dijo entre risas.

“La máquina no se discute”: la precisión es ley

El francés Adrian Mannarino destacó la tranquilidad que da tener decisiones automatizadas:

“Cuando sabes que es una máquina quien lo decide, no puedes quejarte. Aunque a veces no es fácil saber si el '¡Fuera!' fue para tu partido o el de al lado.”

Wimbledon ha apostado así por una experiencia más objetiva y sin interrupciones. El hecho de que la All England Lawn Tennis and Croquet Club haya tomado esta dirección revela una voluntad fuerte de integrar tecnología sin comprometer la integridad del torneo.

Comparación con otros torneos: ¿por qué Roland Garros se resiste?

El único torneo del Grand Slam que no se ha alineado con esta tendencia es Roland Garros. Su superficie de arcilla permite comprobar visualmente la marca de la pelota, y por tanto aún confían en un sistema mixto con revisión manual.

No obstante, expertos indican que es cuestión de tiempo hasta que incluso el torneo parisino ceda ante una presión tecnológica cuya precisión ya ha sido comprobada en pistas duras y de hierba.

Las estadísticas avalan el cambio: la precisión del sistema Hawk-Eye es de un margen de error de apenas 3,6 milímetros, y se ha utilizado desde 2006 en algunos torneos puntualmente. Hoy es estándar en la mayoría, y su aplicación definitiva en Wimbledon es la prueba del cambio de paradigma.

Lo que se gana... y lo que se pierde

La eliminación de jueces de línea aporta a Wimbledon:

  • Velocidad en resoluciones
  • Reducción de polémicas
  • Estandarización: todos los partidos se rigen por el mismo criterio, sin diferencias humanas

Pero también representa una pérdida simbólica:

  • Despersonalización del juego
  • Pérdida de tradición: Wimbledon era el bastión de las costumbres en el tenis
  • Impacto laboral: menor necesidad de personal en cancha

Para un torneo que se ha construido con base en la elegancia, el protocolo e incluso el vestuario blanco obligatorio, esto representa un giro notable. Y aunque el cambio es racional, muchos se preguntan si las emociones que conlleva una protesta como las de McEnroe en los 80 serán parte del pasado para siempre.

¿Estamos ante el tenis del futuro?

Todo apunta a que sí. La fusión de tradición y tecnología era una tensión constante en Wimbledon. Esta decisión rompe esa tensión: ahora el torneo líder en historia se suma plenamente a la era digital.

En palabras de Sally Bolton:

“Siempre hemos equilibrado herencia con innovación. Este era el momento correcto para actualizar el sistema de línea.”

Aunque queda por ver si Roland Garros se unirá, o si surgirán revisiones por ambigüedades auditivas —como la reportada por Mannarino—, lo cierto es que se abre un debate más amplio: ¿Qué lugar ocupan los humanos en un deporte cada vez más automatizado?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press