Golpe al legado antiabortista: Corte Suprema de Wisconsin tumba ley de 1849

El fallo histórico reconoce que normativas actuales prevalecen sobre una ley casi bicentenaria y garantiza el derecho al aborto en el estado

Una decisión largamente esperada

Este miércoles, la Corte Suprema de Wisconsin anuló oficialmente una ley estatal sobre el aborto que databa del año 1849, en un fallo 4-3 promovido por la mayoría liberal del alto tribunal. La decisión, de enorme impacto judicial y político, confirma que esta ley decimonónica fue "tácitamente derogada" por normativas estatales más recientes que regulan el aborto, incluidas aquellas que criminalizan el procedimiento únicamente después de la viabilidad fetal.

Con esto, Wisconsin abandona formalmente una de las restricciones al aborto más antiguas del país, precisamente en un contexto nacional marcado por cambios dramáticos en torno a los derechos reproductivos tras el overturn del Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema de EE.UU. en 2022.

¿Qué decía la ley de 1849?

La normativa en cuestión establecía que era un delito grave que cualquier persona, salvo la madre, "destruyera intencionalmente la vida de un niño no nacido". Aunque esta ley quedó sin efecto con el fallo de Roe en 1973, jamás fue derogada oficialmente por los legisladores de Wisconsin.

Su reactivación se convirtió en un tema candente cuando el Tribunal Supremo de EE. UU. anuló Roe en 2022. En ese momento, múltiples estados conservadores intentaron resucitar sus leyes antiguas, lo que generó una ola de litigios y debates institucionales sobre la validez de normativas escritas hace más de un siglo en un mundo radicalmente distinto.

El caso impulsado por el fiscal general

La batalla legal fue liderada por el Fiscal General de Wisconsin, el demócrata Josh Kaul, quien en 2022 presentó una demanda argumentando que la ley de 1849 había sido superada por leyes estatales más recientes aprobadas mientras Roe estaba en vigor. Una de estas, la ley de 1985, permite abortos hasta la viabilidad del feto, establecida actualmente en algunas regulaciones como las 21 semanas de gestación.

Kaul sostuvo que esas leyes modernas reflejan la voluntad legislativa de sustituir el vetusto texto de 1849 con una regulación más ajustada a las realidades médicas, sociales y legales de nuestro tiempo.

Una respuesta judicial firme y divisiva

La jueza Rebecca Dallet, hablando en representación de la mayoría liberal de la corte, explicó en la decisión:

“Al promulgar una legislación integral sobre prácticamente todos los aspectos del aborto, incluida la regulación de cuándo, dónde y cómo los proveedores de salud pueden realizar abortos legalmente, la legislatura reemplazó claramente la prohibición casi total del siglo XIX.”

La corriente disidente no tardó en manifestarse. La jueza conservadora Annette Ziegler calificó la decisión como:

“Un ejercicio asombroso de voluntad judicial” y acusó a sus colegas liberales de fundamentarse en preferencias personales proaborto.

Este tipo de debate refleja la intensa polarización política y cultural que rodea el tema del aborto a nivel nacional. En Wisconsin, esa división se tradujo en contiendas electorales clave, como la elección reciente de la jueza Janet Protasiewicz, quien en su campaña apoyó abiertamente los derechos reproductivos y fue decisiva para consolidar la mayoría liberal en el tribunal (4-3).

Una garantía para médicos y pacientes

Antes del fallo de la Corte Suprema, una jueza del condado de Dane, Diane Schlipper, ya había proporcionado una interpretación limitada de la ley de 1849, señalando que esta prohibía el feticidio —definido como la muerte de un feto sin consentimiento materno— pero no el aborto consentido.

Desde entonces, clínicas de aborto en Wisconsin reanudaron sus servicios, aunque en un clima de incertidumbre jurídica. La decisión de la Corte Suprema fortalece esa interpretación judicial y proporciona seguridad legal tanto para proveedores como para pacientes.

La organización Planned Parenthood of Wisconsin, una de las principales interesadas en el caso, había interpuesto otra demanda paralela para impugnar la constitucionalidad de la ley de 1849. Ese caso sigue pendiente, pero ya se vislumbra que la nueva integrante de la corte, Susan Crawford —quien ganó su asiento con apoyo demócrata— podría ser clave para reemplazar cualquier resquicio legal de dicha ley.

Implicaciones más allá de Wisconsin

El caso de Wisconsin no es una excepción. Desde que Dobbs vs. Jackson Women’s Health —el caso que anuló Roe— redefinió la política reproductiva estadounidense, se han abierto varios frentes judiciales en estados como Texas, Florida, Georgia y Arizona, todos con legislaciones antiguas o nuevas intentando restringir el acceso al aborto.

Actualmente, 23 estados prohíben o restringen severamente el aborto, mientras que otros 20 y el Distrito de Columbia lo protegen en diversas formas. Esta disparidad legal ha provocado lo que expertos llaman "turismo del aborto", donde personas atraviesan líneas estatales para acceder al procedimiento.

El poder del voto y su impacto en decisiones judiciales

Lo sucedido en Wisconsin también revela cómo el futuro del derecho al aborto en Estados Unidos podría no depender tanto de las elecciones presidenciales sino de comicios estatales y locales, en particular, las elecciones al poder judicial. La elección de Janet Protasiewicz en 2023 fue una señal clara de cómo los votantes están empezando a usar su poder para moldear tribunales que, a su vez, darán forma al futuro de las libertades civiles.

En abril de 2024, la victoria de Susan Crawford sobre el conservador Brad Schimel aseguró que la mayoría liberal de la corte de Wisconsin se mantenga al menos hasta 2028, lo que podría tener ramificaciones en leyes relacionadas con anticonceptivos, tratamientos de fertilidad y derechos LGBTQ+.

¿Nueva era para los derechos reproductivos?

La caída de la ley de 1849 no es un final, sino un comienzo. Abre la puerta para que el legislativo estatal impulse nuevas coberturas, como la protección de clínicas, el refuerzo de planes de salud reproductiva y la instrucción médica universitaria sobre abortos seguros.

También podría alentar a más estados a examinar críticamente sus propias leyes antiguas aún activas o solapadas, una tarea que se antoja urgente en un país donde tanto el clima político como las realidades sociales difieren notablemente entre regiones.

Como expresó una representante de Planned Parenthood Federation of America tras el fallo:

“Este es un día decisivo para las mujeres de Wisconsin. Ya no estamos gobernadas por leyes del siglo XIX.”

Con esta decisión, Wisconsin envía un mensaje claro: la salud reproductiva no puede quedar sujetada por leyes que preceden al uso del antibiótico, el voto femenino o incluso la abolición de la esclavitud.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press