Tragedia en Texas: la furia del clima pone en riesgo la vida de decenas de niñas en un campamento
Las inundaciones repentinas arrasan la región del Hill Country y dejan a familias enteras en vilo mientras continúa la búsqueda de más de 20 menores desaparecidas en Camp Mystic
El desastre climático que nadie esperaba
Lo que debía ser una experiencia inolvidable y alegre para decenas de niñas en un campamento de verano cristiano en Texas se ha convertido en una pesadilla que ha golpeado a familias, autoridades locales y a la comunidad entera del Hill Country. Las consecuencias de las intensas lluvias que azotan el sur-centro de Texas han dejado al menos 13 personas fallecidas y más de 20 niñas desaparecidas, lo que ya se considera una de las peores tragedias relacionadas con el clima en la historia reciente de la región.
El teniente gobernador de Texas, Dan Patrick, fue directo en su mensaje: “Les pido al pueblo de Texas que oren de forma seria esta tarde, oraciones de rodillas, para que encontremos a estas jóvenes”. Esta súplica refleja la gravedad de una situación que aún se encuentra en pleno desarrollo.
¿Qué pasó exactamente en Camp Mystic?
Camp Mystic, ubicado a orillas del río Guadalupe en Hunt, Texas, es un campamento cristiano para niñas conocido por su entorno natural y su enfoque espiritual. Sin embargo, su localización en una zona conocida como “alley de inundaciones repentinas” ha demostrado ser un factor de alto riesgo. En cuestión de horas, cayeron meses de lluvia, creando un torrente imparable que destrozó caminos, derrumbó árboles y arrasó con las cabañas del campamento.
Las autoridades de Kerr County informaron que estaban intentando rescates mediante botes y helicópteros, pero las condiciones del terreno y la velocidad del agua dificultaban enormemente las labores. El acceso al campamento quedó completamente obstruido luego de que la carretera se derrumbara, y la falta de electricidad, agua potable y comunicación complicó el contacto con los padres.
La desesperación se hizo eco especialmente en Facebook, donde padres y madres compartieron imágenes de sus hijas acompañadas de súplicas por información mientras esperaban una llamada tranquilizadora. En contraste, Camp Mystic envió un mensaje por correo a las familias, indicando que si no habían sido contactados directamente, sus hijas estaban a salvo. Aun así, la angustia permanece.
Un clima cada vez más extremo
Texas no es ajeno a las inundaciones, pero fenómenos como el del Hill Country se están volviendo cada vez más frecuentes e intensos. Según datos del NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), la región ha sufrido un aumento del 20% en las precipitaciones acumuladas por tormentas en la última década.
“Cuando llueve, el agua no se filtra en el terreno; baja por las colinas como ríos salvajes”, explica Austin Dickson, CEO de la Community Foundation of the Texas Hill Country, organización que ahora lidera una iniciativa para recoger donaciones y ayudar a las ONG locales afectadas por el desastre. Esta declaración muestra uno de los grandes problemas ambientales y geográficos del lugar: su suelo y geografía no permiten la absorción rápida de agua, lo que maximiza los riesgos.
Las otras caras del desastre
Camp Mystic no está solo. Dos campamentos más que se encuentran cerca del río Guadalupe, Camp Waldemar y Camp La Junta, confirmaron en redes sociales que todos sus campistas y el personal estaban a salvo. Esto trajo, al menos, un rayo de esperanza en medio de un panorama sombrío.
Sin embargo, la historia en Camp Mystic no es la única que preocupa. Las autoridades notificaron que más cuerpos habían sido encontrados a varios kilómetros río abajo, y aunque aún no se ha confirmado oficialmente si pertenecen a alguno de los campistas, el temor va en aumento con cada hora que pasa.
¿Dónde está el Estado?
La respuesta del gobierno estatal, si bien inmediata en cuanto a movilización de recursos, se ha visto rebasada por la magnitud del desastre. Los equipos de emergencia no solo lidiaron con la falta de acceso al área, sino también con la escasez de helicópteros disponibles para rescates en zonas de difícil acceso. Todo esto mientras las temperaturas también se elevan, agregando otra capa de dificultad.
Desde la oficina del gobernador se emitió una declaración de emergencia para varios condados, incluyendo Kerr, lo que permite desplegar recursos adicionales de la Guardia Nacional y solicitar ayuda federal.
Historias de dolor y esperanza
Una madre, identificada en redes como @MamaDeAlexa, compartió en un grupo comunitario de Facebook la angustia de no saber el paradero de su hija de 12 años. “Solo queremos saber si está bien. Si alguien la ha visto, por favor avísenos. Su nombre es Alexa y lleva una camiseta verde con shorts azules”, escribió. Horas después, una voluntaria confirmó haberla visto subiendo a un autobús de rescate en dirección a un refugio de la Cruz Roja en Kerrville.
Casos como este son cada vez más comunes a medida que avanza el día. Equipos médicos y psicólogos han sido desplegados en centros de emergencia para atender a los familiares y sobrevivientes.
El impacto psicológico en niños y jóvenes
La experiencia de estar atrapado en un desastre natural tan violento puede generar traumas psicológicos profundos en menores de edad. Expertos como la psicóloga infantil Dra. María González sostienen que “la exposición a situaciones de supervivencia extrema puede derivar en cuadros de estrés postraumático infantil si no se atienden adecuadamente y a tiempo”.
En palabras de González, los campamentos —normalmente destinados al disfrute y crecimiento emocional de los niños— se han convertido en un escenario de miedo y desolación. Es por ello que es fundamental, además de buscar salvar las vidas físicas, considerar la salud mental de todos los involucrados.
¿Cómo se planifica el futuro ahora?
Tras eventos como este, surgen debates sobre la planificación de infraestructuras y la evaluación de riesgos en zonas propensas a desastres naturales. ¿Deben seguir funcionando campamentos de verano en zonas consideradas “corredores de inundación”? ¿Existen protocolos suficientes para enfrentar emergencias como esta?
Según el US Army Corps of Engineers, una de las lecciones aprendidas de tragedias anteriores es que los sistemas de alerta temprana y la capacitación en evacuación pueden reducir significativamente las pérdidas humanas. En el caso de Camp Mystic, no está claro aún si tales medidas estaban implementadas plenamente o si fueron superadas por la velocidad e intensidad del fenómeno climático.
Cómo ayudar
La Community Foundation of the Texas Hill Country ha habilitado una plataforma de donaciones para apoyar a las familias afectadas y a las operaciones de búsqueda y rescate. Quienes quieran colaborar pueden hacerlo en su sitio web oficial: communityfoundation.net.
Los refugios de emergencia en Kerrville, Ingram y Fredricksburg están aceptando también donaciones de ropa, frazadas, linternas y botellas de agua. Las autoridades piden no intentar acercarse a la zona para evitar entorpecer las labores de rescate.
Un país dividido entre la celebración y la tragedia
Mientras en muchas partes de EE.UU. se celebraba el 4 de julio con desfiles, fuegos artificiales y comidas al aire libre, otros lugares como el sur de Texas vivían un día de desesperación. Esta paradoja nacional pone de manifiesto las profundas diferencias que existen en el país, no solo políticas o culturales, sino también en cuanto al impacto tangible del cambio climático y la capacidad de respuesta ante catástrofes.
Este 4 de julio de 2025 pasará a la historia no solo como un aniversario más de la independencia de Estados Unidos, sino como la fecha en que un grupo de niñas y sus familias vieron sus vidas cambiar para siempre debido a la furia de la naturaleza. Que sirva, al menos, como un recordatorio de la fragilidad de nuestra presencia frente al medio ambiente, y de la importancia de una respuesta comunitaria solidaria y eficaz cuando la tragedia golpea.