Wimbledon al alcance de todos: la revolución del ‘resale’ que democratiza el Grand Slam
El torneo más elitista del tenis abre las puertas al público general gracias a su programa oficial de reventa de entradas
Wimbledon, el torneo de tenis más antiguo del mundo, ha sido durante años un símbolo de tradición, excelencia y elegancia británica. Desde su primera edición en 1877, el evento organizado por el All England Club ha atraído a realeza, celebridades y amantes del tenis de todas partes del planeta. Sin embargo, con precios que superan fácilmente los $300 para asientos en las mejores canchas, la leyenda del elitismo no es infundada.
Pero hay un elemento en esta gran cita deportiva que está cambiando esa narrativa: el programa de resale o reventa oficial de entradas. Impulsado por el deseo de hacer del tenis un deporte más accesible, este sistema ha permitido a miles de aficionados presenciar partidos en las canchas principales por apenas una fracción del precio original.
¿Qué es el programa de reventa de Wimbledon?
Desde 1954, Wimbledon cuenta con un sistema oficial de reventa de entradas, una práctica tan británica como el té con leche. La idea era sencilla pero revolucionaria: cuando un espectador abandona el recinto antes del final de la jornada, puede devolver su entrada, que luego se revende a otro aficionado por un precio simbólico.
En años anteriores, los interesados debían hacer fila en persona cerca de la famosa Queue —una de las más largas y organizadas del mundo— y esperar tener suerte. Pero desde 2023, ese proceso físico se trasladó al entorno digital con un nuevo sistema a través de la app oficial de Wimbledon.
La reventa digital: fácil, rápida y económica
Ahora, cualquier asistente con un boleto válido de acceso al recinto puede apuntarse al sorteo digital para conseguir una entrada de reventa. El proceso es relativamente simple:
- Inscribirse en la app antes de las 14:30h.
- Esperar una notificación entre las 15:00h y las 21:00h.
- Confirmar la adquisición en 10 minutos.
- Acudir a la taquilla de reventa, mostrar el código QR y pagar el importe reducido.
Los precios son increíblemente bajos: apenas £15 ($20) por un asiento en Centre Court, comparado con los $220 a $370 de su valor inicial. Para las canchas No. 1 y No. 2, el precio puede ser de £10 o £13.
Un deporte de élite, pero entradas para todos
“Es un torneo de élite en cuanto a los jugadores, pero no lo es en cuanto al acceso, y eso es parte de su encanto”, afirma Ed Hogan, un fanático de 69 años que asiste desde Reading, a poco más de una hora de Londres.
Esta política rompe con la lógica habitual de los grandes eventos deportivos, donde la reventa suele estar dominada por plataformas privadas, especuladores e incluso mafias digitales que inflan los precios. Wimbledon, en cambio, le da un matiz comunitario a la reventa.
¿Cuánto dinero se recauda y adónde va?
Además de democratizar el acceso, el sistema tiene una vertiente solidaria. Las ganancias del programa de reventa van destinadas a fundaciones benéficas a través de la Wimbledon Foundation. En 2023, se recaudaron aproximadamente $300,000 dólares y, sólo en los tres primeros días de la edición 2024, ya se generaron casi $80,000.
“Estamos vendiendo el mismo boleto dos veces”, explica Michelle Dite, directora de operaciones del All England Club. “La razón principal es hacer que el tenis sea accesible para la mayor cantidad de personas posible”.
Testimonios que lo expresan todo
Henry Thompson, un profesor estadounidense de matemáticas, logró ver un partido del estadounidense Ben Shelton en la cancha No. 2 pagando apenas $13 dólares. “Mucho más eficiente, me tomó 30 segundos”, dijo con entusiasmo.
Chen Pinjung, una joven taiwanesa recién graduada de medicina, fue otra de las afortunadas. Tras esperar seis horas en la Queue y pagar £30 por un pase de día, recibió una entrada para la cancha No. 1 con un coste adicional de sólo £10. “Pagué menos de la mitad de lo que valdría una entrada normal”, compartió con alegría.
“Si todos supieran cómo funciona esto, todos aplicarían”, dijo Rafael García, un fan acompañado por su novia Diana Meneses y su cuñado Gustavo.
Más allá del ahorro económico: una experiencia inolvidable
Para muchos asistentes, ver un partido en las legendarias canchas del All England Club no es sólo un espectáculo deportivo, es una experiencia emocional. El murmullo sofisticado del público, los rugidos tras un punto espectacular, los idiomas cruzándose en las gradas, y ese ritual tan particular de las fresas con crema.
A precios reducidos, todo eso se vuelve aún más dulcemente inolvidable. Además, los boletos de reventa están disponibles para cualquier tipo de jornada —no sólo las de menor perfil— y suelen incluir partidos de alto nivel.
Wimbledon: innovación bajo el ala de la tradición
Wimbledon siempre ha sido una tradición sagrada del calendario deportivo mundial. Sin embargo, no está exenta de modernidad. Desde el techo retráctil en la pista central hasta las instalaciones ecológicas y el programa de reventa, el torneo se adapta a los tiempos sin sacrificar su identidad.
En una era donde muchos eventos deportivos se sienten cada vez más lejos del ciudadano común, Wimbledon da un paso— o mejor dicho, un servicio— importante hacia la inclusión.
La gran lección: el acceso también debe ser un deporte
En plena era post-pandémica, las prioridades del público han cambiado. Las experiencias compartidas, el valor del evento en vivo y las oportunidades equitativas son elementos clave. El modelo de Wimbledon brinda una importante lección a otros eventos masivos.
Ya no basta con ser testigo de lo que ocurre, también importa cómo se vive. Y gracias al sistema de reventa, vivir un Wimbledon se ha convertido en algo posible para muchos más.