El fallo tecnológico en Wimbledon reabre el debate sobre la eliminación de jueces de línea

Un error en el sistema de llamadas electrónicas deja a Pavlyuchenkova sin un juego clave y genera críticas al nuevo sistema en el All England Club

Wimbledon 2025 será recordado no solo por los puntos memorables y las sorpresas, sino por un incidente sin precedentes que ocurrió en la pista central y que reactivó un debate que parecía ya zanjado en el mundo del tenis profesional: ¿puede un torneo confiar plenamente en la tecnología para resolver qué es dentro y qué es fuera?

El juego que cambió todo

La protagonista de esta historia fue Anastasia Pavlyuchenkova, tenista rusa y finalista de Roland Garros 2021. En un partido importante de octavos de final contra la británica Sonay Kartal, Pavlyuchenkova sirvió con punto de juego a favor durante el primer set. Kartal devolvió con un golpe claramente largo según la repetición televisiva. Sin embargo, no se escuchó ninguna alerta que indicara que la bola había salido.

La razón: durante tres puntos, el sistema electrónico de línea fue desactivado por error en un lado de la pista. No hubo aviso de voz automatizado —como se ha usado desde 2023— y el juez de silla, Nico Helwerth, tampoco hizo ningún llamado. Ante la confusión, Helwerth ordenó repetir el punto, algo que encendió la frustración de Pavlyuchenkova: “Me quitaste el juego”, le dijo al juez durante el cambio de lado.

La reacción de los jugadores

La rusa, a pesar del contratiempo, logró imponerse finalmente por 7-6(3) y 6-4, accediendo a sus primeros cuartos de final en Wimbledon desde 2016. Sin embargo, no ocultó su incredulidad en rueda de prensa posterior:

“Helwerth me dijo que él también pensaba que la bola fue fuera. Creo que se sintió culpable, probablemente le dio miedo tomar una decisión tan grande.”

Taylor Fritz, también clasificado a cuartos de final, comentó sobre el incidente: “¿Para qué está ahí el juez si no va a hacer esa llamada?”, evidenciando nuevamente la tensión entre el criterio humano y la dependencia total en sistemas digitales.

Una falla, múltiples consecuencias

El All England Club, organizador de Wimbledon, confirmó después del partido que el sistema de llamadas electrónicas se desactivó por error humano solo en ese juego, específicamente en el lado del servidor. Como medida correctiva, se ofrecieron disculpas formales a ambas jugadoras.

“Mantenemos plena confianza en la precisión de la tecnología de rastreo de pelotas”, indicó un portavoz, aunque reconoció que algo debe revisarse.

¿El fin de los jueces de línea fue apresurado?

Wimbledon, uno de los torneos más tradicionales del tenis, adoptó por completo el sistema de llamadas automatizadas en 2023, eliminando los jueces de línea humanos, que formaban parte del paisaje clásico del torneo inglés. Hasta 2022, todavía se permitía a los jugadores desafiar las decisiones de línea a través de repeticiones instantáneas (“Hawk-Eye”), pero eso también se eliminó.

Actualmente, solo Roland Garros sigue usando jueces de línea, siendo el único Grand Slam que mantiene el enfoque más tradicional.

La decisión de eliminar los jueces humanos en beneficio de una mayor “precisión infalible” parece ahora estar bajo escrutinio, cuando un simple error administrativo puso en jaque la credibilidad del sistema durante uno de los partidos más seguidos del día.

El componente psicológico y el “factor local”

Otro punto crítico fue levantado por la propia Pavlyuchenkova, quien insinuó que el hecho de que Kartal jugara en casa habría influido en la decisión del juez: “Las decisiones se toman a favor de los locales”, expresó, claramente molesta en el momento.

El deporte, incluso el tenis, no está exento de subjetividades. Aunque la tecnología elimina sesgos, sí puede dejar en evidencia cuando el ser humano evita tomar responsabilidad en situaciones límite.

Una polémica con historia

No es la primera vez que la tecnología genera controversias en torneos de élite. En el US Open 2020, Serena Williams cuestionó una llamada electrónica en su contra; en el Australian Open 2023, Novak Djokovic denunció un error en el sistema automatizado que mostraba trayectorias poco creíbles.

Estadísticamente, la tecnología de rastreo tiene una precisión de aproximadamente el 99.9%, pero como se demostró en el partido de Pavlyuchenkova, ese 0.1% puede ser decisivo en momentos clave.

¿Volverán los desafíos?

En redes sociales, fanáticos y comentaristas exigieron la vuelta del sistema de desafíos, que permitiría al jugador al menos solicitar una revisión oficial en casos de duda. Pavlyuchenkova lo dijo con claridad en su entrevista: “Deberíamos pensar en algún mecanismo que nos dé decisiones más claras.

La presión está ahora sobre Wimbledon y la ITF (Federación Internacional de Tenis) para valorar un sistema híbrido: que mantenga la automatización, pero también devuelva parte del control a los jugadores y permita correcciones mediante verificaciones visuales.

¿Qué viene ahora para Pavlyuchenkova?

Clasificada a cuartos de final, la rusa enfrentará a Amanda Anisimova, la joven talentosísima estadounidense que llegó a semifinales de Roland Garros con apenas 17 años en 2019 y que ya fue cuartofinalista en Wimbledon 2022. Un duelo de pegadoras, con futuro semifinalista en juego.

Una lección para el futuro del tenis

Este incidente ha demostrado que incluso los sistemas más sofisticados son tan confiables como la vigilancia y gestión humana detrás de ellos. Un torneo como Wimbledon, con una tradición de más de 140 años de historia, debe equilibrar innovación tecnológica con el criterio humano responsable.

Como dijo el comentarista de la BBC Tim Henman, exestrella británica y actual analista: “Quizá sea momento de redescubrir el valor de la intuición y del ojo agudo de los jueces de línea.

Mientras tanto, el público sigue buscando justicia con precisión milimétrica y los aficionados se preguntan: ¿realmente es mejor un torneo sin jueces humanos?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press