Imane Ayissi: Flores, tradición africana y alta costura alzando vuelo en París
El diseñador camerunés revoluciona la pasarela parisina con una colección que funde raíces africanas y sofisticación francesa en un canto floral desbordante
Bajo la blanca luz de un salón art déco en pleno corazón de París, con un candelabro centelleando sobre sus cabezas, los asistentes a la Semana de la Alta Costura fueron testigos de un desfile que fue más que moda: fue un manifiesto. Imane Ayissi, diseñador franco-camerunés, volvió a colocar África en el centro de la conversación de la alta costura con su colección Otoño-Invierno 2025/26, una sinfonía de flores, texturas y contrastes que celebró lo artesanal y desafió los límites del diseño occidental.
La flor como eje poético y estructural
Desde el primer paso de las modelos sobre la pasarela, quedó claro que la flor no era solo una inspiración botánica sino una filosofía estética. Una de las piezas más comentadas del desfile transformó todo el upper body de la modelo en una escultura de pétalos gigantes, de un intenso rojo bermellón. Su silueta aérea desafiaba el peso visual con una ligereza inesperada.
Otra creación memorable fue un vestido de satén donde una flor parecía brotar, literalmente, de la cadera. Esta relación simbiótica entre cuerpo y naturaleza fue una constante en toda la colección. Chaquetas estructuradas en rosa fucsia estaban salpicadas de flores blancas geométricas, generando un equilibrio subversivo entre lo tierno y lo autoritario.
Cultura africana + técnica francesa = haute couture híbrida
Ayissi es consciente del poder reivindicativo de su trabajo. En una industria tradicionalmente eurocéntrica, él insiste en elevar los textiles africanos —kente, raphia, bogolán— al nivel de las sedas de Lyon o los encajes de Caudry.
"Para mí, la couture es tanto una artesanía técnica como una narración cultural", ha dicho el diseñador en entrevistas previas. En esta colección, los tejidos africanos no fueron usados como simples acentos folclóricos, sino que sirvieron de base para estructuras tan arriesgadas como sofisticadas. Cada prenda parecía contar una historia de mestizaje estético: Europa y África cosidas con puntadas de respeto mutuo.
Una tradición en auge: Imane Ayissi como pionero
En 2020, Ayissi se convirtió en el primer diseñador del África subsahariana en formar parte del calendario oficial de la Semana de la Alta Costura de París, un logro histórico. Su nombramiento fue parte de un movimiento más amplio por diversificar una pasarela que durante décadas privilegió únicamente la estética blanca europea.
Desde entonces, ha utilizado cada colección para explorar los vínculos entre historia colonial, identidad y vestimenta. Y aunque otros diseñadores africanos han ganado notoriedad —como Laduma Ngxokolo o Lisa Folawiyo— ninguno ha alcanzado todavía su notable visibilidad en la haute couture parisina.
Contrastes como lenguaje: firmeza y fluidez
Uno de los elementos más impactantes de su show fue el juego de contrastes en forma y textura. Prendas meticulosamente estructuradas se emparejaban con faldas etéreas, tejidos de fibras orgánicas se entremezclaban con satinados europeizantes. La presencia simultánea de fuerza y vulnerabilidad, de contención y exuberancia, seducía sin abrumar.
El equilibrio alcanzado entre lo drapeado y lo arquitectónico recuerda a Cristóbal Balenciaga —otro artesano-escultor de la silueta—, pero con una sensibilidad absolutamente continental y contemporánea.
Vestir el cuerpo como gesto político
Más allá de lo visual, la obra de Ayissi plantea interrogantes sobre identidad y representación. En el contexto de un París que aún lidia con su legado colonial, desfiles como los suyos son intervenciones culturales. "El cuerpo negro en la pasarela de la couture es político por sí mismo", señaló la curadora Christine Checinska del Victoria & Albert Museum en una charla de 2023 dedicada al diseño africano contemporáneo.
En ese sentido, las flores no son sólo ornamento: son arma de resistencia simbólica. Belleza como respuesta a la violencia histórica. Flora que brota sobre las cicatrices del pasado.
Cifras y flores: el mercado escucha
Este auge no pasa desapercibido para la industria. El mercado de lujo en África, estimado en US$6.800 millones en 2023, está en plena expansión según Bain & Company. Y las colecciones de Ayissi, cada vez más solicitadas por celebridades y editoriales globales, capitalizan esa tendencia.
Beyoncé, Lupita Nyong’o y Naomi Campbell han lucido diseños suyos, dándole visibilidad en alfombras rojas de alto perfil. Esto ha hecho que marcas como Dior y Chanel empiecen a mirar con mayor interés el talento del continente africano.
¿Una nueva era para la haute couture?
En un momento en que la moda lucha por definirse entre sostenibilidad, diversidad y rentabilidad, figuras como Ayissi ofrecen una vía disruptiva y esperanzadora. Los consumidores exigen autenticidad y profundidad cultural, no solo estética. Las flores africanas de Ayissi no son adorno, son raíz. Son futuro.
Como apuntó la crítica de moda Suzy Menkes: "Ayissi ha creado un lenguaje mezclando cultura y alta costura; no es reinterpretación, es evolución".
Y si esta colección marca algo, es que las flores de África han dejado de crecer al margen: ahora florecen en el mismo centro del salón parisino.