La guerra contra el huachicol en México: una lucha de miles de millones de dólares

El hallazgo de millones de galones de combustible robado revela la magnitud de un problema nacional que atraviesa sexenios y traspasa fronteras

Por más de una década, el robo de combustible—conocido en México como huachicoleo—ha representado uno de los desafíos más complejos para el Estado mexicano. Con pérdidas multimillonarias, entramados corruptos y la creciente presencia del crimen organizado en este delito, el combate al huachicol sigue siendo una batalla complicada en la que Pemex, fuerzas de seguridad y ahora también autoridades internacionales, se ven involucradas.

Un golpe histórico al robo de combustible

El pasado lunes, el Secretario de Seguridad de México, Omar García Harfuch, informó sobre la incautación de alrededor de 4 millones de galones de diesel, gasolina y destilados de petróleo encontrados en dos trenes cisterna abandonados en el estado de Coahuila, cerca de la frontera con Texas. Las unidades se encontraban cerca de las ciudades de Ramos Arizpe y Saltillo, y no portaban documentación alguna sobre el origen o destino del carburante.

Se trata del mayor decomiso de combustible durante lo que va del mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum”, destacó García Harfuch.

¿De dónde viene el huachicol?

El término "huachicol" se ha convertido en sinónimo de gasolina robada. La actividad implica la toma clandestina de ductos de Pemex —la empresa estatal Petróleos Mexicanos— y la redistribución de este recurso para venta en estaciones coludidas, o de forma directa en mercados urbanos e incluso rurales.

Pero el modus operandi ha evolucionado.

En los últimos años, el crimen organizado ha comenzado a importar combustible de forma ilegal, evitando el pago de aranceles de importación, especialmente en estados del norte. El contrabando llega por mar o tierra y se integra a cadenas de distribución irregulares.

Impacto económico devastador

En un informe reciente, Pemex informó que sus pérdidas acumuladas entre 2019 y 2024 por huachicol ascienden a 3.800 millones de dólares.

  • Esto representa más del 22% del presupuesto anual de Pemex para inversión en infraestructura.
  • En comparación, esa cifra supera el presupuesto anual combinado de entidades federativas como Tlaxcala, Colima y Baja California Sur.

El huachicol no solo erosiona las finanzas públicas, también distorsiona el mercado energético, contamina el medioambiente y fortalece la estructura financiera del crimen organizado”, señaló el economista David Shields en un foro sobre energía en el ITAM.

Del campo a la ciudad: una red sofisticada

Lejos de tratarse de un par de mangueras y cubetas, el robo de combustible hoy representa una industria subterránea. Cárteles como el Jalisco Nueva Generación y el Santa Rosa de Lima han diversificado operaciones, pasando del narcotráfico a manejar gasolineras propias.

En Guanajuato, por ejemplo—cuna del cártel de Santa Rosa de Lima—las autoridades han reportado estaciones de servicio comprando combustible robado o siendo presionadas con violencia para venderlo.

En Estados Unidos, el Departamento del Tesoro ha acusado al CJNG (Cártel Jalisco Nueva Generación) de usar sus recursos para importar combustible a través de empresas fachada y revenderlo en México con ganancias multimillonarias.

Las cifras detrás del huachicol

  • En 2018, se localizaron 14,894 tomas clandestinas en ductos de Pemex.
  • En 2023, aunque la cifra bajó a 8,860, el volumen hurtado aumentó por la sofisticación del sistema.
  • Un solo ducto perforado eficientemente puede extraer 5,000 a 10,000 litros por noche, según estimaciones de la Guardia Nacional.
  • Una pipa clandestina puede vender entre $25,000 y $50,000 USD en una noche.

Una lucha sin cuartel: detenciones y resistencias

La reciente operación que llevó al hallazgo de los trenes se dio pocos días después de que las autoridades federales informaran la detención de 32 personas vinculadas a una red de robo de combustible en el centro de México, lo que refuerza la hipótesis de una estructura nacional altamente coordinada.

En marzo de 2025, también se decomisaron 2.6 millones de galones de carburante en el puerto tamaulipeco de Tampico, propiedad de una empresa ficticia utilizada para importar combustible sin pagar impuestos.

La respuesta de Pemex y el gobierno

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, uno de los emblemas de su gobierno fue la lucha contra el huachicol. En diciembre de 2018, ordenó el cierre de ductos principales y la distribución manual por pipas—una medida que provocó desabasto temporal en varios estados.

Claudia Sheinbaum ha continuado este esfuerzo, aunque ha elegido un enfoque más tecnológico: con **sistemas de monitoreo digital, sensores de presión**, y la cooperación con empresas privadas e inteligencia militar.

No basta con cerrar ductos. La inteligencia financiera y el posicionamiento institucional son claves”, dijo Raquel Buenrostro, secretaria de Economía.

Cooperación internacional: un nuevo frente

El decomiso de millones de galones en trenes fronterizos revive la necesidad de incluir a Estados Unidos en la estrategia de combate. Muchos embarques de gasolina robada tienen como origen refinerías legales en Texas. Por otro lado, parte del crimen organizado mexicano ya opera en ciudades fronterizas como McAllen, Houston o Laredo.

De hecho, la DEA ha colaborado en investigaciones relacionadas con el tráfico de hidrocarburos por cárteles que también operan en drogas sintéticas.

¿La solución al final del túnel?

La experiencia internacional en contrabando de combustibles refleja que se requiere cooperación regional, tecnología de rastreo, voluntad política y sanciones severas.

Países como Colombia monitorean sus ductos en tiempo real desde bases militares, en tanto que Nigeria—otro país golpeado por este problema—ha empleado drones y bloqueado rutas financieras.

Será necesario que México replique estas medidas y, sobre todo, que fortalezca las capacidades legales de sanción contra empresas, distribuidores y lavadores de dinero derivados del huachicol.

Por ahora, los millones de litros decomisados en Coahuila representan una victoria simbólica y mediática. Pero como toda guerra de largo aliento, el verdadero triunfo será erradicar el sistema de complicidades que por años ha permitido que el crimen se enriquezca robando el patrimonio energético nacional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press