Liberia sin ayuda: el drama humano tras los recortes de EE.UU.

Con la abrupta suspensión del apoyo de USAID, Liberia enfrenta una crisis sanitaria sin precedentes, con clínicas vacías, embarazos no deseados y millones en peligro

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La promesa rota del hermano mayor

Para Liberia, Estados Unidos ha sido más que un aliado: ha sido una especie de hermano mayor. A lo largo de su historia contemporánea, la nación africana ha mantenido lazos culturales, históricos y políticos con el país norteamericano. Incluso su sistema político y su bandera se inspiran directamente en la nación que la ayudó a nacer como refugio para personas negras libres o liberadas de la esclavitud en el siglo XIX.

Por eso, el repentino retiro de la ayuda exterior a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) no solo supuso un golpe económico para Liberia, sino también una profunda herida emocional. “Es como si estuviéramos durmiendo y alguien nos sacudiera para decirnos: ‘Tienen que abandonar esta casa’”, expresó Moses K. Banyan, director del Hospital CB Dunbar de Bong County.

Un país dependiente de la ayuda

Desde 1961, USAID desempeñó un papel fundamental en Liberia. Solamente entre 2014 y 2023, el país recibió promedios de ayuda anual cercanos a los $527 millones, según el Ministerio de Finanzas de Liberia. En 2023, se esperaban $443 millones en apoyo; sin embargo, los recortes eliminaron $290 millones ya comprometidos.

De ese total, el 48% iba destinado directamente a la salud pública, financiando programas como control de malaria, VIH/SIDA, salud materna e infantil, y equipamiento esencial. Medicamentos, capacitación profesional, clínicas móviles, ambulancias y salarios para trabajadores comunitarios eran parte de un sistema sostenido por Washington.

Historias desde el terreno: Roseline y Alice

Roseline Phay, de 32 años, encarna una de tantas tragedias derivadas del colapso sanitario. Agricultora de la localidad de Sarworlor, caminó durante horas hasta la clínica más cercana para buscar anticonceptivos. Lo hizo cuatro veces, hasta que finalmente quedó embarazada. “Estoy sufriendo”, dice con una hija en brazos y otra en el vientre. “Si no trabajo, no comemos”.

Alice Togbah, trabajadora comunitaria de salud, sigue acudiendo a su puesto vestida con un chaleco de USAID, a pesar de no haber recibido sueldo en meses. La farmacia de su clínica ya no tiene medicinas contra la malaria, ni jarabes para la tos ni tratamientos contra la diarrea. “Hay niños que mueren por malaria aquí”, declaró Grace Morris, otra residente del área.

Las consecuencias invisibles: embarazos y desnutrición

Sin anticonceptivos, las mujeres pierden el control sobre sus cuerpos. En una sociedad tradicional y patriarcal, muchas no pueden evitar el riesgo de embarazos no deseados. “Si mi hombre me toca, no puedo decir que no”, relató Roseline con resignación. “Pero si no tengo medicina, me embarazaré”.

El resultado es un círculo de pobreza y malnutrición. Tras el nuevo embarazo, Roseline tuvo que destetar a su hija Pauline, quien terminó hospitalizada por desnutrición severa. La falta de alimentos terapéuticos, también financiados por USAID, agravó la situación.

El peso de la historia y la traición

No es casual que Liberia resienta más que otros países este recorte abrupto. Fundado en 1847 con apoyo de los Estados Unidos, Liberia construyó su Estado bajo el modelo estadounidense. Para los liberianos, Estados Unidos representaba una figura paternalista y protectora.

“Sentimos que éramos diferentes, que no seríamos abandonados”, dijo Richlue O. Burphy, exdirector de proyectos de USAID. “Pero fue una traición”.

Los impactos estructurales en salud y educación

  • Muchos hospitales están sin guantes, sin desinfectante, sin medicamentos básicos.
  • Las ambulancias no circulan por falta de combustible, como ocurre en el condado de Bong.
  • Las escuelas rurales sufren sin materiales, sin meriendas escolares y sin maestros capacitados.

La parálisis alcanza múltiples dimensiones del desarrollo. USAID también invertía en educación técnica, becas universitarias, programas agrícolas y en derechos de la mujer.

¿Una puerta para China?

Algunos analistas y funcionarios ven este vacío como una oportunidad geopolítica para China. Ya presente con obras viales, operaciones mineras y formación de personal médico, el gigante asiático ha intensificado su presencia. En junio de 2025, China inauguró una moderna sala de cardiología en el Hospital JFK de Monrovia, el principal del país.

Actualmente muchas familias están enviando a sus hijos a estudiar a China en lugar de EE.UU. La cerveza china compite en el mercado local. Y Liberia ha dado señales claras de estar abriendo su “puerta al mundo”, buscando nuevos socios ante la ausencia de su “hermano mayor”.

La pérdida de décadas de progreso

En la última década, Liberia celebraba pequeños pero valiosos avances: reducción de la mortalidad materna, disminución del embarazo adolescente, mejora en las tasas de vacunación. Pero todos estos progresos están ahora en riesgo.

Como alertó Viola K. Major, partera en los “waiting homes” gestionados antes con fondos de USAID: “Estamos echando por tierra décadas de trabajo. Las mujeres regresan a sus casas a parir solas y los bebés vuelven a nacer sin asistencia”.

El dilema moral e institucional

Desde Washington, la decisión de Donald Trump de recortar fondos fue parte de una política exterior de “Estados Unidos Primero”, centrada en replegar gastos externos no prioritarios. Pero el daño generado, sobre todo tras guerras civiles y epidemias como el brote de ébola de 2014, dejó al país sin capacidad de maniobra.

A pesar de contar con abundantes recursos naturales, seis de cada diez liberianos siguen siendo pobres, según el Banco Mundial. El Estado liberiano simplemente no puede asumir el financiamiento que antes venía del exterior.

Las voces que resisten

Aunque la comunidad internacional discute sus prioridades, muchas voces en Liberia siguen pidiendo ayuda. “Si ustedes tienen la medicina, necesitamos que nos ayuden”, rogó Roseline Phay. “Solo quiero que mi hija tenga otra vida”.

La historia de Liberia hoy es la historia dramática de una nación que fue sostenida por un vínculo casi familiar con Estados Unidos. Y que ahora, al ver cortada esta relación, se enfrenta a una crisis de supervivencia: sanitaria, educativa, alimentaria y estructural.

El mundo debe decidir si está dispuesto a dejarla sola.

Fuentes:

  • Banco Mundial – Indicadores de pobreza y desarrollo en Liberia
  • Center for Global Development – USAID impact data
  • Entrevistas recopiladas en terreno por Annie Risemberg (2025), Bong County, Liberia
Este artículo fue redactado con información de Associated Press