¿Más educación, mejor policía? El debate que sacude la reforma policial en California
Una nueva ley busca elevar los requisitos educativos para los futuros agentes de policía, pero genera divisiones entre legisladores, agencias de seguridad y defensores de derechos civiles
California intenta redefinir quién puede ser policía
En 2020, tras el asesinato de George Floyd y las crecientes demandas por una reforma policial en Estados Unidos, los legisladores de California dieron el primer paso hacia una reestructuración profunda del perfil de los nuevos reclutas. El objetivo: mejorar el criterio y comportamiento de los agentes en situaciones críticas, elevando sus niveles de educación.
Desde entonces, esta conversación ha evolucionado hacia una nueva propuesta de ley, liderada por la asambleísta demócrata Jacqui Irwin, que podría transformar los requisitos para ingresar a las fuerzas de seguridad estatales y reconfigurar uno de los problemas más urgentes en el estado: la escasez de agentes de policía.
¿Qué propone la nueva ley?
El proyecto legislativo establece que a partir de 2031, los nuevos aspirantes a policías deberán:
- Contar con un título universitario (asociado o de licenciatura),
- O haber completado un certificado profesional en policía,
- O tener una experiencia relevante: cuatro años en el ejército o experiencia previa como agente en otro estado.
Además, la ley crea un grupo de trabajo de reclutamiento para identificar nuevos candidatos a lo largo del estado.
¿Por qué una educación universitaria importa en la policía?
Un cuerpo creciente de investigaciones respalda la iniciativa. Estudios como los de la Oficina Nacional de Justicia (NIJ) han demostrado que los oficiales con educación universitaria:
- Utilizan menos fuerza letal.
- Redactan mejores informes y muestran mayor capacidad de análisis.
- Son más propensos a participar en la resolución de conflictos y el diálogo con la comunidad.
"Una educación superior expone al futuro oficial a otras culturas, debates éticos y pensamiento crítico", dijo Reggie Jones-Sawyer, legislador y autor original de la primera versión de la ley en 2021. "Eso es vital si queremos construir una fuerza policial moderna".
¿Pero hay suficientes aspirantes para tanto requisito?
Esa es la gran preocupación de algunas agencias policiales. En muchas zonas de California, especialmente rurales, los departamentos enfrentan una escasez crítica de personal. En junio de 2024, por ejemplo, el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles reportó tener 1,500 vacantes, y en lugares como el condado de Plumas, un solo oficial puede ser responsable de cubrir distancias de hasta 70 millas.
Ofrecer incentivos como bonos por contratación o mejores beneficios forma parte de las estrategias actuales para combatir esta crisis. Pero para muchos, exigir un título universitario podría reducir significativamente el ya limitado grupo de candidatos.
"No somos un condado rico, no podemos competir con los grandes bonos de contratación. Agregar una exigencia de grado universitario eliminaría aún más opciones de nuestro grupo local", aseguró Chad Hermann, subjefe del alguacil en Plumas.
¿Un punto medio? Certificados policiales
La propuesta actual incluye como alternativa la obtención de un certificado profesional en trabajo policial, aunque aún no se han definido los programas acreditados. Esto busca mantener ciertas exigencias educativas sin imponer una licenciatura.
"No destruye el propósito, lo adapta a la realidad actual de los departamentos y del presupuesto estatal", argumenta Robert Luna, sheriff del Condado de Los Ángeles. “Iniciamos una medida que exigía título universitario, y de inmediato se redujeron los solicitantes en un 50%”.
¿Y los escépticos?
Jones-Sawyer y otros críticos, como el exfuncionario del Departamento de Justicia, Arif Alikhan, creen que las excepciones debilitan la ley. "Permitir que alguien cumpla con experiencia en el ejército o un certificado elimina de facto el componente académico", asegura.
Por su parte, Christy López, profesora de derecho en Georgetown y experta en reforma policial, va más allá: “Estamos abordando el problema desde el enfoque equivocado”. Para ella, más que atraer más candidatos, debemos seleccionar mejor. “No se trata de a quién excluimos, sino a quiénes incluimos”, dijo.
Lo más preocupante para López es que la propuesta de grupo de trabajo de reclutamiento solo incluye a representantes de agencias policiales. "Necesitamos una visión más amplia. La inclusión de comunidades, universidades y defensores civiles enriquecería mucho el proceso".
¿Escasez de policías o falsa alarma?
Aunque se habla de una "crisis de reclutamiento", López y otros académicos lo ponen en duda. Nadie ha establecido oficialmente cuál es el número ideal de policías por comunidad.
"Decimos que faltan policías, pero nunca hemos definido cuántos policías se necesitan. Necesitamos repensar qué roles queremos que la policía cumpla antes de hablar de escasez", apunta López.
Lo que requiere ser policía hoy
Tomemos el ejemplo de Devin Nisbet, un joven de Calaveras County que hoy entrena para convertirse en oficial. Después de dejar la universidad, trabajaba en un supermercado cuando vio una convocatoria del sheriff local. Con un bono de $10,000 como incentivo, aplicó.
Tras siete meses de pruebas, antecedentes, evaluación médica y psicológica, fue aceptado. Ahora entrena en la academia de policía de Delta College en Stockton. Allí debe aprender desde reanimación cardiopulmonar hasta tácticas de defensa y legislación.
“No tengo un título, pero me estoy formando duro. Creo que hay que evaluar a cada persona, no solo por su diploma”, afirma. Nisbet considera que algunas exigencias educativas son válidas, pero que imponerlas como filtro único excluiría a buenos candidatos como él.
¿En qué otras partes del país pasa esto?
California no está sola. Otros estados también han comenzado a introducir requisitos más exigentes para formar parte de la fuerza policial:
- Illinois requiere un mínimo de 60 créditos universitarios para ingresar a sus academias.
- Nueva Jersey exige licenciatura si el postulante no tiene experiencia militar o en seguridad pública.
- Washington D.C. ofrece un programa que paga a los cadetes mientras cursan su carrera en justicia criminal.
Los académicos coinciden: el desafío no es solo elevar los estándares, sino hacerlos accesibles para aspirantes comprometidos en todas las regiones del país.
Policía del futuro: ¿formada en el aula y en la calle?
La tensión entre elevar el nivel formativo y mantener un flujo saludable de nuevos policías está servida. Para que la reforma tenga éxito, California deberá encontrar un equilibrio entre los valores de eficiencia, equidad y exigencia.
Más educación no garantiza por sí sola mejores policías, pero ignorarla como herramienta de transformación sería también desperdiciar una de las mejores oportunidades para reformar un sistema muy necesitado de credibilidad, humanidad y profesionalismo.