La lucha de Ghana contra la minería ilegal: ¿un nuevo comienzo o la misma historia de siempre?
El presidente Mahama lanza una fuerza especial para combatir el 'galamsey', mientras crece la tensión entre desarrollo económico, juventud desempleada y devastación ambiental
Una amenaza de múltiples caras: economía, medioambiente y política
Ghana, el mayor productor de oro en África, está envuelto en un conflicto interno que va más allá de la extracción de metales preciosos. El país enfrenta una batalla contra una práctica conocida localmente como "galamsey", la minería de oro ilegal que ha desencadenado una mezcla explosiva de problemas económicos, ambientales y sociales.
En un intento de responder al clamor popular y cumplir una promesa de campaña que resonó profundamente con los votantes, el presidente John Mahama ha anunciado la creación de una fuerza especial que buscará erradicar esta actividad ilícita. La medida da un paso ambicioso: la GOLDBOD Task Force se suma a la recientemente fundada Ghana Gold Board, el único organismo autorizado para gestionar las transacciones y exportaciones de oro del país.
¿Qué es el galamsey y por qué es tan problemático?
La minería ilegal no es un fenómeno nuevo en Ghana, pero ha alcanzado niveles alarmantes. Se estima que al menos el 85% de las operaciones de minería a pequeña escala en el país no tienen licencia (Fuente: Ghana Chamber of Mines, 2022).
La actividad ha provocado:
- Contaminación masiva de los ríos, generando escasez de agua potable y daños a la agricultura local.
- Pérdidas económicas en torno a los $2,000 millones anuales debido al contrabando y la evasión fiscal, según estimaciones del Ministerio de Finanzas de Ghana.
- Explotación laboral infantil y condiciones de trabajo inseguras que han cobrado cientos de vidas.
Todo esto potenciado por una crisis estructural que expulsa a miles de jóvenes hacia el galamsey como único medio de supervivencia ante el elevado desempleo.
Una respuesta militarizada: ¿solución o parche?
La GOLDBOD Task Force está compuesta por oficiales de diversas agencias de seguridad y del ejército. Tendrán autoridad para detener sospechosos, confiscar equipos y realizar operaciones en zonas rurales que suelen estar fuera del alcance del gobierno.
El presidente Mahama fue tajante: “Esto es una señal de que estamos listos para actuar con decisión. Cualquier implicado en el contrabando de oro o minería ilegal enfrentará todo el peso de la ley.”
Además, anunció que los miembros de la fuerza llevarán cámaras corporales como medida de transparencia y control, una innovación en materia de operaciones gubernamentales en África Occidental.
Un intento similar... que fracasó
Esta no es la primera vez que Ghana lanza una ofensiva contra la minería ilegal. Entre 2017 y 2019, bajo el gobierno de Nana Akufo-Addo, una iniciativa denominada Operation Vanguard trató de frenar el galamsey. Y aunque se cerraron más de 500 sitios de minería ilegal y se confiscaron múltiples excavadoras, los efectos fueron efímeros.
En palabras del analista de seguridad Festus Aboagye: “El desafío no es la regulación, sino la aplicación de la ley. Ghana tiene un historial de buenas políticas sin ejecución efectiva.”
El papel de la Ghana Gold Board: ¿supervisión o monopolio?
La Ghana Gold Board fue creada en enero con el objetivo de centralizar todas las operaciones de exportación y comercialización del oro por parte de mineros a pequeña escala, en un intento por eliminar el mercado negro.
El gobierno asegura que gracias a esta medida, el cedi (moneda local) ha mostrado signos de recuperación frente al dólar. Sin embargo, la correlación entre ambas variables aún genera dudas entre economistas locales.
Un contexto de tensión social creciente
El debate sobre la minería ilegal se intensificó durante las elecciones presidenciales de 2023. Cientos de ciudadanos marcharon en ciudades como Kumasi y Tarkwa, exigiendo medidas urgentes ante la contaminación del agua, enfermedades como el cólera y la falta de empleos.
“¡No podemos beber oro! ¡No podemos comer oro!” — Gritaban manifestantes en Accra, la capital política y económica de Ghana.
Estos movimientos sociales muestran que el galamsey es más que una actividad criminal aislada. Es una respuesta a la falta de oportunidades, a una economía estancada y a un sistema estructuralmente excluyente.
Dimensión internacional: oro ilícito en el mercado global
Según un informe del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), al menos 30 toneladas de oro provenientes de Ghana se contrabandean anualmente, facilitadas por redes que operan desde Dubái, Suiza e incluso Estados Unidos.
El oro ilegal ghanés termina en joyerías de lujo, en bancos internacionales o en dispositivos electrónicos, sin que nadie cuestione su procedencia.
Detrás del galamsey hay una cadena de complicidad global que no puede combatirse únicamente con fusiles y uniformes dentro de Ghana.
¿Represión o alternativas sostenibles para los mineros?
Numerosos expertos señalan que erradicar el galamsey debe incluir, además de medidas represivas, soluciones alternativas:
- Formalización de la minería artesanal con licencias asequibles y formación técnica.
- Acceso al crédito rural para que los mineros puedan invertir en técnicas respetuosas con el medioambiente.
- Desarrollo de empleos verdes en energía solar, reciclaje y agricultura regenerativa.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado a Ghana incentivar emprendimientos locales sostenibles para reducir la dependencia en sectores extractivos.
¿Política o justicia social?
Para muchos ghaneses, el galamsey representa tanto una tragedia ambiental como una válvula de escape ante la opresión económica. La línea entre criminal y víctima se difumina cuando el Estado no es capaz de ofrecer alternativas viables.
La administración de Mahama deberá decidir si su nueva estrategia será una herramienta de justicia social, que devuelva la dignidad a los trabajadores rurales, o simplemente un instrumento político para cumplir promesas electorales.
Por ahora, la promesa está sobre la mesa. Y los ojos del país —y del mundo— están sobre Ghana.