Nikola Jokic y su jugada maestra: ¿genialidad financiera o señal de alarma para los Nuggets?
El MVP serbio decide posponer su extensión con Denver mientras el equipo sufre cambios drásticos y apuesta todo a mantener su ventana de campeonato abierta
Por más extraño que parezca, Nikola Jokic ha decidido apostar a lo seguro… financieramente hablando. El tres veces MVP de la NBA ha optado por posponer este verano la extensión multimillonaria que los Denver Nuggets pusieron sobre la mesa. Aunque sigue comprometido con la franquicia (su contrato actual se extiende hasta al menos 2026-27), su decisión de esperar un año para firmar un trato aún más lucrativo ha encendido las alarmas —y las especulaciones— tanto entre aficionados como dentro del propio equipo.
¿Por qué Jokic decidió postergar la extensión?
Según reportes, Jokic era elegible desde el 2 de julio para firmar una extensión por tres años y aproximadamente $212 millones. Sin embargo, al postergar esa firma hasta el verano de 2025, el serbio podría optar a una extensión de cuatro años que le proporcionaría aún más ingresos gracias a las reglas del nuevo convenio colectivo (CBA).
Josh Kroenke, vicepresidente de Kroenke Sports and Entertainment, había anticipado esta posibilidad semanas atrás: “Vamos a presentarle ambas opciones a Nikola y respetaremos su decisión. Le explicaremos todos los parámetros financieros entre firmar ahora y firmar después”, dijo.
La jugada de Jokic, más allá de ser una decisión sensata en términos económicos, también podría estar enviando un mensaje al equipo sobre su visión y compromiso a largo plazo.
Una temporada histórica… pero amarga
A pesar del caos institucional, Jokic volvió a demostrar por qué es uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA. Fue el primer pívot en promediar un triple-doble durante una temporada regular: 29.6 puntos, 12.7 rebotes y 10.2 asistencias por partido. Terminó segundo en la votación por el MVP tras Shai Gilgeous-Alexander (Thunder), pero dejó claro que su impacto va más allá de los premios individuales.
En los playoffs, los Nuggets eliminaron a los Clippers en siete juegos y empujaron a los eventuales campeones, Oklahoma City Thunder, al límite en una semifinal del Oeste a siete partidos. Jokic promedió 26.2 puntos y 12.7 rebotes en esa postemporada.
Nadie en la historia de la liga ha alcanzado los 16,000 puntos, 8,000 rebotes y 5,000 asistencias en menos partidos que él (739). El anterior récord era de Larry Bird (799 juegos).
34 triple-dobles en la temporada regular, uno de ellos con 61 puntos. No es exagerado decir que Jokic está reescribiendo la historia desde su posición de pívot.
Cambio en el banquillo y en los despachos
La decisión de Jokic llega en un momento particularmente turbulento para Denver. El equipo despidió al entrenador Michael Malone y al gerente general Calvin Booth apenas tres partidos antes del final de la temporada regular. Su reemplazo, David Adelman —que asumió de forma interina— fue confirmado de manera permanente.
Pero eso no fue lo único: la directiva también sufrió una reestructuración. Ben Tenzer y Jonathan Wallace, ahora vicepresidentes ejecutivos, han prometido ser agresivos en la reconstrucción del equipo alrededor de Jokic.
¿El primer gran movimiento? Romper el núcleo campeón de 2023 al traspasar a Michael Porter Jr. y una primera ronda a Brooklyn por Cam Johnson. También regresaron a Bruce Brown, pieza vital en el título, y ficharon al francotirador Tim Hardaway Jr.
Además, según ESPN, Denver acaba de enviar a Dario Saric a Sacramento por Jonas Valanciunas en un intento por reforzar el juego interior con un suplente sólido para Jokic.
Lo de Jokic no es solo una estrategia financiera
Muchos podrían pensar que esperar un año para ganar más dinero es una jugada puramente económica. Pero lo que Jokic ha hecho también puede interpretarse como una apuesta por ver si los Nuggets realmente están decididos a seguir compitiendo.
Ha visto cómo desmantelan una parte significativa del equipo con el que ganó el campeonato en 2023. También ha sido testigo del despido de un entrenador con el que tenía sinergia. A pesar de todo, sigue jugando, ganando y elevando el estándar del baloncesto moderno.
¿Puede un jugador trascender la estabilidad emocional y estructural de su franquicia? Parece que sí, si te llamas Nikola Jokic.
Los Spurs meten presión con movimientos claves
El equipo que más mira de cerca estos movimientos podría ser San Antonio, donde el crecimiento de Victor Wembanyama está respaldado por una serie de traspasos agresivos. Uno de ellos involucra a Kelly Olynyk, que ha sido traspasado tres veces en apenas cinco meses y ahora llega a los Spurs.
San Antonio busca apoyar a Wembanyama con veteranos útiles como Olynyk y Luke Kornet. Además, el equipo se hizo con De'Aaron Fox la temporada pasada, completando una base joven, competitiva y con proyección real.
¿La era post-Jokic en el Oeste? Aún es pronto para hablar en esos términos, pero si Jokic termina marchándose de Denver para 2027-28, San Antonio ya está preparando su toma del trono.
Una nueva estrella en viejo continente
Por ahora, Nikola Jokic pasa su verano haciendo lo que más le gusta fuera del baloncesto: competir con sus caballos en Serbia. La imagen del MVP aplaudiendo efusivamente a su corcel mientras cruza primero la línea de meta se ha vuelto viral.
Ese contraste entre la intensidad de la NBA y la serenidad del campo balcánico define perfectamente la dualidad de Jokic. Un jugador de otro planeta, pero con los pies bien puestos sobre la tierra.
¿Y ahora qué?
La decisión de Jokic no afecta su permanencia inmediata en Denver. Cuenta con un salario garantizado de $55.2 millones esta temporada y $59 millones en 2026-27, además de una player option por casi $63 millones en 2027-28.
Pero la incertidumbre sobre el futuro es inevitable. El equipo ha cambiado significativamente, y aunque el discurso de la gerencia es de seguir construyendo alrededor de su superestrella, Jokic ha preferido dejar abierta una puerta.
La temporada 2024-25 será decisiva para el núcleo aún más renovado de los Nuggets. Porque si pierden competitividad, el balón ya no estará en manos de Jokic... sino sobre su mesa de decisiones en el próximo verano.